27. Pelea.

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Nota: Por favor lean la nota al final.

Emilio.

Dos días habían pasado desde mi plática con Joaquín y parecía que las cosas iban normal.

No nos habíamos visto en estos dos días pues Joaquín me había hablado ese mismo día para decirme que estaría muy ocupado con sus exámenes.

Pero hoy planeaba darle una sorpresa. Iría a la casa de su tía a visitarlo y a pasar con él la tarde.

Joaquín.

Me miré en el espejo. Llevaba dos días enteros llorando pensando en qué mierda estaba pasando con mi relación con Emilio.

El pensar en lo mal que la estábamos pasando, en su mentira, y en sus constantes acercamientos a Alex, realmente me estaba doliendo.

Todavía recordaba perfectamente la conversación con Alex.

—Ok mira. Ayer en la mañana le conté a Emilio por primera vez que soy gay. dijo AlexY bueno... creo que es obvio que Emilio me gusta. Entonces... quería saber si es gay, si tiene pareja o si tengo alguna oportunidad.

Me quedé en shock totalmente. Y en ese momento solo me invadieron las ganas de dejarle bien en claro que Emilio era mi novio. Pero sabía que no podía hacerlo. No si Emilio aún no quería gritarlo al mundo.

Tomé una respiración profunda y lo miré a los ojos.

—La verdad no sabría decirte Alejandro. —dije serio— Emilio solo ha tenido novias así que creo que no tienes oportunidad. —dije.

Alex se quedó unos segundos procesando la información. Me dio las gracias por haber sido sincero con él. Y no pude evitar sentirme peor. Pues así como él se había decepcionado de la "verdad" que le había dicho, yo cada vez me decepcionada más de saber que posiblemente nunca podría gritarle al mundo lo mucho que amaba a mi Emi.

Me senté en el colchón de la cama meditando todo lo que estaba pasando y mi celular comenzó sonar.

Miré rápidamente el celular, tratando de ver quien era el que me estaba marcando.

Tomé mi celular y miré su foto en la pantalla.

Bebé.

Solté un suspiro y pensé en si contestarle o no.

Tomé el celular y lo desbloqueé, aceptando la llamada.

—¿Cómo amaneció mi bebé? —dijo Emilio rápidamente.

—Bien. —dije— ¿Y tú?

Emilio soltó una risita.

—Buenos días para ti también eh amor. —rio—Estoy bien.

Me quedé callado unos segundos.

—Oye precioso... —dijo Emilio— ¿Tienes algo que hacer hoy en la tarde? —preguntó.

Tomé un suspiro.

—Estudiar.

Emilio suspiró también.

—Amor. Te la has pasado tres días enteros estudiando. —dijo serio— ¿No crees que puedas tener un ratito para tu novio?

—No lo sé, Emilio. Tengo que estudiar. —dije.

—¿Pero por qué estudiar tanto? -preguntó Emilio.

—¿Tiene algo de malo que a mi si me interese salir bien en mis materias? —dije.

El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora