Extra 1: Amor completo.

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Nota: Esto está ambientado en el tiempo en el que aún no eran oficialmente novios otra vez.
Después de que Emilio se declaró gay.

Narrador.

—¿Ya sabes qué película quieres ver, Emi? —preguntó Joaquín.

Tomó el bowl de palomitas y algunos dulces y se acercó al sofá donde se encontraba sentado Emilio.

—La que tú quieras, amor. —dijo Emilio.

"Amor."

Definitivamente esa era una de las tantas palabras que Joaquín nunca se cansaría de escuchar.

Joaquín sonrió y decidieron ver una comedia romántica.

Al principio se encontraba cada uno sentado a lado del otro.

Se encontraban prestándole atención a la película. O al menos eso pensaban los dos.

El bowl de palomitas se encontraba en medio de los dos.

Y como si fuera el típico momento cliché, mientras miraban la película, acercaron sus manos al bowl a tomar algunas palomitas, y en ese momento sus manos se encontraron.

Joaquín volteó rápidamente a verlo y sonrió tímidamente.

Emilio.

Después de haberle dicho a Joaquín que estaba totalmente enamorado de él y que me aceptaba tal y como era, las cosas claramente habían mejorado.

Aunque en muchas ocasiones nos dejábamos llevar por los nervios de saber que estábamos intentando lo nuestro nuevamente y actuábamos como típicos adolescentes que están viviendo su primer amor y tienen miedo de hacer algo mal.

Habían pasado dos semanas de aquel momento en el que había gritado al mundo lo mucho que lo amaba y después de haber compartido un beso aquel día, no habíamos vuelto a compartir otro o a tener algún encuentro de ese modo.

Por lo que se podía sentir esa vibra y ese deseo de que sucediera nuevamente un beso.

Cuando nuestras manos se encontraron me fue imposible no soltar una risa y una expresión que daba a entender que moría de nervios.

Permití que Joaquín tomara algunas palomitas y continuamos mirando la película.

Traté de concentrarme en la trama de la película, pero me parecía imposible al tener al dueño de mi corazón a lado de mí.

Comencé a dejar de prestar atención a la película y de manera sutil, comencé a observarlo de perfil.

Era hermoso.

Poder apreciar su piel tal suave, su cabello tan sedoso y brillante, su delicado rostro y cada una de sus facciones, era maravilloso.

Pero poder apreciar aquellos labios que me estaban volviendo loco, era toda una tortura. Una bonita tortura.

"Bésalo."

Esa palabra no dejaba de pasearse por mi mente.

Y lo único que podía hacer era observar su bonita boca y pensar en cada uno de los besos que ya habíamos compartido.

El día de nuestro primer beso en la escuela cuando teníamos seis años.

El beso que le había dado cuando había entrado a su cuarto y se encontraba escuchando música con los audífonos puestos.

Los besos antes de hacer el amor.

Y el beso que sabía que en cualquier momento sucedería.

—¿Por qué me miras así? —preguntó Joaquín mientras miraba la película.

El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora