43. Arturo

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-¿Todo listo? -pregunta Matteo.

-Sí.

-Entonces vamos. Mamá nos está esperando.

Sonreí nerviosa.

En el camino como nos era costumbre a mi hermano y a mí, cantamos mientras llegamos.

Con eso los nervios se disiparon. Algo, pero ya eran menos.

Cuando llegamos nos despedimos de mamá y entramos.

-Lo único malo es que nos vamos a tener que separar de salón. Lo digo por tí, no tendrás quien te diga que no hagas cosas torpes.

Miro mal a mi hermano.

-Yo no hago cosas torpes. No me respondas- tapé su boca antes de que hable. Entrecerró sus ojos, quitó mi mano.

-Sí las haces. ¿Recuerdas esa vez que vimos la película y dijiste que venías de Silent Hill? -preguntó soltando una risa.

-Esa película me traumó.

Primero tuvimos que ir con la directora, quien se presentó como Isabel.

Con ella estaban dos chicas, Zoe y Natalia. Al parecer la primera está en el grado al que iba a ir mi hermano y la segunda el mío.

-¿Eres nueva sólo en el Instituto? -me preguntó. -¿O también en la ciudad? ¿O país, quizás?

Las dos caminamos por los pasillos, ella me mostraba las instalaciones de el IAD.

-En realidad, sólo lo primero. Ya había estado aquí antes. Nuestros padres nunca tienen un lugar fijo para vivir, así que viajamos mucho. Espero poder terminar los dos años en este instituto.

-Debes de haber estado cambiando mucho de escuelas, ¿no?

Asentí con la cabeza.

-Sí, a veces fueron dos por año.

-¿Y juegas Voley? -pregunta.

-No- le digo. -No me gusta mucho.

-En el IAD hay un equipo, la chica que se fue con tu hermano es la capitana, yo junto con algunas compañeras formamos parte del equipo, hubiera sido genial que te nos unieras.

-No juego voley desde que pasó un accidente con mi mano- levanté mi mano derecha. -Lo mío es el fútbol.

Ella sonrió - Le vas a caer muy bien a Delfina.

[...]

Después de las clases fui con las chicas para esperar a un tal Gabo, que es novio de Zoe.

Matteo estaba entrenando con todos ellos, es bueno jugando fútbol, pero no le gusta tanto. Es como un hobby para él.

Me saludó desde allá, yo también lo hice.

-¿Conoces a ese chico?- me pregunta Delfina.

-Sí- le respondo - Estoy con él todos los días... -la miro- ¿Te gustó mi hermano, Delfina?

Ella niega- Para nada, sólo preguntaba- dijo.

Nadie le creyó..

Puse atención al juego táctico con el que estaban entrenando, había unos detalles en la defensa. En el medio campo todo bien. Y en la delantera estaban mi hermano y otros dos chicos.

A uno no lo conocía, el otro estaba en mi salón.

Aparte la vista del segundo (no me había dado cuenta que lo veía) cuando Delfina me toca el hombro.

O11CE [Imaginas, One Shots]         Donde viven las historias. Descúbrelo ahora