Ver el amanecer en la playa conformó uno de los paisajes más bellos que habían tenido la suerte de contemplar en sus vidas. Valió la pena el haber pasado toda la noche despiertos, aunque en ningún momento nadie se quejó al respecto; estuvieron demasiado ocupados bebiendo y cantando bajo las estrellas. Aquel paseo con las manos entrelazadas a la orilla del mar nunca fue uno de sus objetivos, solo una bonita consecuencia de su noche de música, fogatas y chapuzones entre las olas. La marea les lamía los dedos de los pies, causándoles agradables escalofríos por todo el cuerpo. La camisa blanca de Lan Zhan ondeaba ante los jugueteos de la brisa en torno al esbelto cuerpo de su novio, mientras él se protegía con un cabezal de chándal fino. Le había prestado su ropa después de que Jiang Cheng le tirase al agua —la segunda vez que se zambullía en toda la noche— a eso de las tres de la mañana, cuando estuvo a punto de contarle a Lan XiChen una de las anécdotas más humillantes de su infancia.
De todo su grupito, solo quedaban ellos dos en pie, el resto se habían ido retirando al hotel. Se sonrieron, contemplando como la bruma se disipaba poco a poco del horizonte y como el sol iluminaba una playa idílica de arena blanca y aguas turquesas. Wei Ying apretó con cariño la mano del de letras, esbozando una sonrisa tan tranquila como dulce, y tan satisfecha como luminosa. Fue tan sincera que Lan WangJi no pudo más que corresponderla con una de las suyas, una de esas pequeñas sonrisas que destilaban amor puro y que eran como tesoros para el de biomédica. Con la suave luz del amanecer bañando sus siluetas, Wei WuXian se puso de puntillas para alcanzar sus labios, una mano entrelazada con la ajena y la otra sujetando sus chanclas rojas. A lo lejos escucharon a las primeras gaviotas.
-¿Alguna vez habías hecho esto? -Cuestionó mientras paseaban por la playa-. Ya sabes, lo de quedarte despierto toda la noche y luego ver el amanecer.
-Me levanto al amanecer.
-Ya sabes que no me refiero a eso. No me des evasivas. -Se quejó.
-No. Nunca.
-¿En serio? ¿Ni de adolescente? -El futuro abogado negó con la cabeza, movimientos cortos y gráciles-. Vaya. Jiang Cheng y yo lo hacíamos un montón a los diecisiete. Nos íbamos de festivales y luego empalmábamos con el desayuno. Al tío Jiang le decíamos que habíamos salido a correr pero, aunque nunca colaba, no nos castigó ni una vez.
-Esta es la primera vez que hago algo parecido.
-Seguro que a tu tío le daría un ataque al corazón si supiera que altero tu horario de sueño.
-Es posible.
-Y dime, ¿qué tal la experiencia? ¿Te ha gustado?
Lan Zhan miró al horizonte, hacia el sol naciente. Pensó en la noche que se había acabado y en cómo se había sorprendido pensando a las cuatro de la mañana con el abandono de Wen Ning y de Nie HuaiSang que no quería que aquella velada bajo las estrellas acabara. Fue por Wei Ying sí, por sus besos con sabor a mar y a cerveza y por sus risas, pero también fue por el conjunto en general. Nunca había vivido una experiencia así. La estricta educación de su tío nunca le permitió sumergirse en la juventud desenfrenada, perderse en una playa desierta y simplemente hacer locuras con sus amigos. Y por una vez nadie lo miraba raro por ser tan rígido y tan formal, porque en aquel grupito todos estaban acostumbrados a su forma de ser. Se lo pasó bien. Se divirtió, se sintió relajado y acogido. Puede que su tío tuviera a Wei WuXian como un demonio, pero para él era un ángel que lo había salvado de la amargura, que le había dado algo a lo que pertenecer.
-Sí. -Concedió al cabo de unos minutos, para sorpresa de su novio-. Por una vez no hacer lo que se espera de mí ha sido... divertido.
-Quiero grabar este momento, es una de las cosas más bonitas que he visto nunca. -Lan WangJi lo contempló con una ceja alzada, como si le pidiera una explicación con la mirada-. Es que siempre siento que estás tan atado a las normas y que eres tan respetuoso con todo lo establecido que me ha acabado preocupando que no supieras, ya sabes, vivir.
-Todo el mundo sabe vivir.
-No me refiero a eso. Me refiero a disfrutar de tu vida, a sentirte pleno. Lo que más odiaría al morir es sentir que me han quedado cosas por hacer.
Tras otros segundos de reflexión y unos cuantos pasos más que las olas se encargaron de borrar, Lan Zhan fue esta vez el encargado de depositar un beso en sus labios, uno de esos que, ya sea por la escena, el ambiente o el significado, te sacan totalmente de tu zona de confort. Uno de esos besos que recuerdas durante toda tu vida.
-Junto a ti, me siento pleno. No necesito más que eso.
-Dios, Lan Zhan, eres demasiado para mi pobre corazón. -De forma harto dramática, el de biomédica giró sobre sus propios talones mientras se llevaba una mano al pecho-. Seguro que dices esto porque te cautivó mi interpretación del Bella Ciao a las dos de la mañana.
Lan WangJi se limitó a negar para sí con la cabeza. Al fin y al cabo, todo era verdad. Junto a él, junto a Wei Ying, descubría lo bonito que era vivir.
ESTÁS LEYENDO
Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]
FanfictionA veces los abrazos se quedan cortos. Los besos también suelen, por eso a Wei WuXian le gustaba tantísimo pasar a palabras mayores, pero los besos es verdad que suelen ser capaces de dar una mejor definición del estado de una relación. ¿Eran amigos...