Curioso era lo grande que se había hecho su grupito de la hora de comer en la cafetería. En primero de carrera, Wei WuXian comía con su hermano y, muy ocasionalmente, con Wen Ning. Llegados a segundo la presencia de su compañero se hizo más habitual, y luego llegaron los hermanos Lan gracias al pequeño hecho de haberse liado en una fiesta con uno de ellos. Estaban en tercero, a mediados del primer cuatrimestre, y ahora ya eran siete y todo. Nie HuaiSang se les unió de forma habitual hacía unos meses, todavía en segundo, y curiosamente fue cosa de Jiang Cheng. Lo invitó a juntarse con ellos porque estaba harto de formar parte de un trío de sujetavelas, y porque le faltaba valor para pillar las indirectas de Lan XiChen, su buen amigo por el que estaba colado hasta los huesos. Al parecer el estudiante de Arte Dramático había prometido ayudarle a ligar, o algo así. O quizá lo que le había prometido era meterle la lengua hasta la garganta, quién sabe; Wei Ying la verdad es que no pondría la mano en el fuego. Su séptima integrante era también la única chica del grupo, Luo QingYang —MianMian para Wei Ying y sus compañeros—, una estudiante de Ingeniería Informática y gran amiga del de biomédica desde bachillerato. Cuando lo dejó con su novia, volvió a retomar el contacto con Wei WuXian, y la verdad es que ninguno de ellos lo lamentaba. Era un encanto y, aunque fuesen una pandilla sin duda alguna de lo más disfuncional, encajaba bastante bien con ellos. Pero, por suerte o por desgracia, también era una potencial aliada de Jiang Cheng, y se le unía en las situaciones más incómodas. Gracias a esos dos y a Nie HuaiSang, la parejita de moda de la universidad había pasado verdaderos malos ratos. Y mientras tanto Lan XiChen y Wen Ning observaban desde lejos, siempre almorzando como si fuesen los entretenidos espectadores de una comedia romántica que se negaban a interferir, daba igual lo sonrojados que estuviesen sus respectivos hermano y amigo. Wei WuXian creía odiarlos de vez en cuando.
Aquel día, aquel lluvioso jueves de la segunda semana de octubre, por supuesto no pudo ser como los demás. O tuvo que ser como los demás, todo depende del punto de vista.
-Oye, Lan WangJi -ladró Jiang Cheng desde la otra punta de la mesa mientras arrancaba parte de su sándwich de atún de un furioso mordisco, casi como si quisiera asesinarlo-, podrías empezar a cortarte un poquito, ¿no?
-¿Perdona?
-A ver, no me malentiendas, que me parece muy bien que te folles a mi hermano y todo lo que tú quieras...
-¡Jiang Cheng! -Wei WuXian estaba rojo, y era muy difícil hacer que a ese pequeño cabroncete se le subieran los colores a la cara de forma tan repentina, pero bastaba un reproche desvergonzado de su hermano y la mirada congelada de su novio para que quisiese huir del país-. ¿Qué demonios estás diciendo?
-Chist. Deja hablar a los mayores.
-Pero si soy mayor que tú.
-Que te calles. A lo que iba, que me parece muy bien que te lo tires y esas cosas, pero, joder, que estamos a jueves y ayer no durmió en casa.
-Bueno, ya haré yo con mi vida lo que quiera, ¿no?
-Como suspendas los finales por estar de juerga con tu noviete, se lo explicas tú a mi madre. Que parte de nuestras carreras las sigue pagando ella.
-Serás capullo...
-De todas formas, qué suerte, ¿no? -MianMian frunció el ceño como si estuviera molesta, aunque sus ojos relampagueaban con diversión maligna-. Llevo como medio año de sequía y estoy harta. Ojalá poder hacerlo todos los días como vosotros.
Ni Wei Ying ni Lan Zhan sabían donde meterse de la vergüenza. El de letras esperaba inútilmente que su hermano saliese en su ayuda, pero no tenía pinta.
-A ver, si quieres, yo te ayudo a solucionarlo. -Se ofreció Nie HuaiSang con una sonrisilla dudosa.
-¿Tú? ¿Tú no eras gay?
-¡Qué va!
-Pues te comes con la mirada a mi hermano. -Comentó el estudiante de biomédica en venganza, logrando que sus dos amigos se sonrojasen y le matasen con la mirada. Por desgracia su compañero camarero de vez en cuando —cuando no estaba negando con la cabeza y lloriqueando por "no saber nada"— tenía unas venas respondonas muy malas.
-Pero no le como la polla, y no sé si se puede decir lo mismo sobre tú y Lan WangJi.
-Es mi novio, se la comeré si quiero. La polla, la boca y lo que me dé la real gana.
Y oye, dicho y hecho. ¿Que a Lan Zhan le podría haber dado un ataque de nervios por la vergüenza? Sí, bueno, no era el único que se quería morir en aquel momento, pero con tal de callarles la boca a los bastardos que tenían por amigos, a Wei WuXian no le importó demasiado agarrarlo por la nuca en un arranque de valentía y de borrarle el sabor ramen de verduras de los labios. Wen Ning casi escupió el trago de agua que estaba tomando, Lan XiChen hizo un aspaviento extraño y la palmada que se dio Jiang Cheng en la frente resonó por toda la cafetería. Luo QingYang y Nie HuaiSang se limitaron a mirarse con sonrisillas cómplices, como si estuvieran satisfechos con el resultado. Lo que no se esperaron —ninguno de ellos lo hizo— fue que, al separarse la parejita Lan WangJi agarrase a su novio por la muñeca y prácticamente lo arrastrase fuera de la cafetería en dirección a los baños del edificio, los dos sonrojados hasta las orejas. Eso sí que los dejó a todos sin palabras.
Ese día, llegaron tarde a clase.
ESTÁS LEYENDO
Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]
FanficA veces los abrazos se quedan cortos. Los besos también suelen, por eso a Wei WuXian le gustaba tantísimo pasar a palabras mayores, pero los besos es verdad que suelen ser capaces de dar una mejor definición del estado de una relación. ¿Eran amigos...