Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]

45 - A kiss out of anger

-Lan Zhan, ¿qué día dijiste que volvías a China?

Aunque intentó que su tono sonara lo más distendido posible, la cosa no fue exactamente como esperaba. Wei Ying salió de la ducha de su pequeño apartamento rumbo a la cocina con una toalla azul marino sobre su cabeza, frotándosela para tratar de secarse el húmedo cabello. Lan Zhan acababa de preparar dos tazas de café y estaba dándole un sorbo a la suya. Sus ojos dorados se fijaron en la figura de su novio, analizándolo de manera impasible. A pesar de que llevaban ya casi cuatro años con ese juego de verse las pocas veces que podían haciendo un viaje de miles de kilómetros para ello, seguían sin acostumbrarse a la distancia separados. A ambos les dolía el corazón durante esos últimos días juntos, esos que los hacían dolorosamente conscientes de los meses que los separarían de nuevo. El abogado consideraba que ya habían aguantado aquello durante demasiado tiempo, y se negaba a seguir así.

-No dije ningún día.

-Pues claro que sí, tonto. -Bromeó el investigador, acercándose a la tostadora y recogiendo el pan que su novio había metido apenas un minuto antes-. Me dijiste algo así sobre que las vacaciones se te acababan en octubre, ¿no? Eso es la semana que viene.

-El cinco de octubre vuelvo al trabajo, sí.

-Entonces supongo que te irás el tres o el cuatro, ¿me equivoco? -Lo de aparentar normalidad, a Wei WuXian se le daba bastante bien. Había que conocerle a la perfección para vislumbrar esos pequeños gestos que denotaban su nerviosismo. Se mordía el interior de la boca y movía un pie descalzo de forma periódica, pero su enorme sonrisa hacía imperceptibles esos detalles-. ¿A qué hora sale tu vuelo?

-A ninguna. -Soltó. Al investigador casi se le cae la tostada de las manos, junto con el cuchillo que estaba usando para untarla de mantequila-. No hay ningún vuelo de vuelta a China, Wei Ying.

-Vale, a ver, me estoy perdiendo.

-He conseguido un trabajo aquí, en un bufete de Oslo. No me iré esta vez.

-¿Hablas en serio, Lan Zhan?

El abogado solo se atrevió a asentir en su dirección, dejando la taza de café a un lado. Dentro de lo que era su expresión de sorpresa, Wei WuXian no parecía ni contento ni molesto. Aquella extraña neutralidad solo duró unos segundos. Enfermo de alegría, el de ciencias no dudó ni un segundo en tirar por los aires lo que tenía entre manos y lanzarse hacia su novio, riendo y chillando a causa de la euforia. Lan WangJi recibió su abrazo y lo correspondió con fuerza, alzándolo al notar sus piernas enrolladas alrededor de su cintura. Sin esperar ni una palabra por parte del contrario, ambos buscaron besarse, deshacerse de toda la frustración que les suponía el tener que estar separados. Wei Ying devoró con especial fervor los labios de su pareja, dejando que el Lan centrase sus esfuerzos en mantener el equilibrio sin demasiadas dificultades. A cada toque descontrolado, Lan Zhan respondía con un beso todavía más apasionado que el anterior, hasta que el joven investigador acabó con la espalda apoyada sobre uno de los armarios de la cocina. Les costó separarse, y les costó aún más hacerlo sin quitarse la ropa, pero cuando lo hicieron, el de letras pudo ver ante él la sonrisa más hermosa, luminosa y emocionada que había podido contemplar desde hacía demasiado tiempo.

-Júrame que es verdad, Lan Zhan. -Suplicó Wei Ying, sin ser capaz de dejar de sonreír-. Júrame que por fin te vas a quedar conmigo.

-Lo juro. -Y sin miedo a comprometerse, Lan WangJi respondió con la verdad más absoluta.

-¿Se acabó lo de esperarnos durante medio año para vernos dos míseras semanas? ¿Se acabaron las llamadas por Discord y el no poder hablar por las distintas franjas horarias?

-Se acabó.

Un grito de emoción se elevó hacia los pisos superiores del edificio. Tras él fueron las risas, las de ambos, unidas en una melodía perfecta.