12 - A kiss in grief

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Nunca lo había pensado —porque en general no pensaba mucho en temas materiales como la ropa que se ponía la gente— pero no quería verle con un traje blanco. No así, no es estas circunstancias. No mientras hacía todo el esfuerzo del mundo en seguir esbozando una sonrisa para sus destrozados hermanos ni mientras aceptaba las condolencias falsas de unos familiares hipócritas que a él le consideraban un lastre, que se esforzaban en dejarle caer que le veían como a un culpable de lo ocurrido cuando ni siquiera estuvo presente durante el accidente. No quería ver como arrugaba la ropa blanca entre los puños, haciendo todo lo posible por no ponerse a llorar por quinta vez. Tampoco quería verle sonreír así, no cuando sabía que su sonrisa era falsa y que en realidad lo único que le apetecía era esconderse bajo una manta a olvidarse de todo lo que le rodeaba. No quería verle abrazando a Jiang Cheng, no quería ver cómo tanto su hermano como él trataban de consolar al estudiante de Exactas que, por una vez, había dejado de lado el orgullo y se limitaba a asistir al velatorio con los ojos llorosos en un estado de mutismo casi absoluto. Y no quería ver nada de eso principalmente por una razón muy sencilla. Con cada acto de aparente fuerza, con cada palabra y con cada sonrisa falsa, Wei Ying creaba a su alrededor una pesada coraza de mentiras que se caía por su propio peso, una barrera en la que aislar su dolor y que acabaría por consumirle de un momento a otro.

En un momento dado, le vio hacer amago de salir de la habitación, justo cuando Jiang YanLi le dio el relevo al lado de Jiang Cheng. Nada más darse la vuelta y encontrarse con la mirada compasiva de Lan Zhan, su máscara se tambaleó. Frunció los labios y le hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera. Desde que llegaron en coche a las siete de la mañana, cuando allí todavía no había nadie, se había mantenido a prudente distancia a un lado de la sala, esperando justo ese momento. Se alejaron a toda velocidad de las coronas de flores, del pesado olor del incienso que tanto le había gustado a su madre adoptiva y de las expresiones apenadas de amigos y familiares. Se alejaron de todo y de todos hasta que salieron del tanatorio y de la funeraria. Una vez en la calle, también se alejaron unos metros de los fumadores que habían huido como ellos de todo el pesar en el ambiente y que se escondían de la realidad tras un cigarro y una cortina de humo. No se alejaron mucho del edificio, no llegaron a doblar la esquina. Se detuvieron a unos metros de la puerta. Ahí, Wei WuXian dejó escapar el aliento que inconscientemente había estado manteniendo, pero incluso a él le mostró una sonrisa falsa. Era incapaz de deshacerse por completo de sus defensas, le daba igual estar delante de la persona que más le quería en el mundo. Aunque quizá fuese comprensible.

-Dios... esto está siendo agotador, Lan Zhan. -Comentó con aparente tranquilidad mientras se apoyaba en la pared de hormigón. El menor de sus problemas en un día como aquel era manchar o no el traje-. Nunca pensé que sería así.

-¿El velatorio?

El estudiante de ingeniería asintió. Acto seguido se masajeó las sienes con una mano.

-Sí. No recuerdo nada del de mis padres biológicos, ni siquiera sé si hubo uno, así que este podría ser el primero al que voy. Y el primero que organizo, desde luego. Me lo imaginaba todo más... no sé, más solemne. O más calmado, puede que esa sea la palabra correcta. Todo el mundo lleva yendo y viniendo todo el día, dándonos el pésame y esas cosas. -Suspiró. De pronto parecía tremendamente cansado. Y tremendamente triste-. No es que no lo agradezca pero es un poco lo último que quiero oír. Te juro que si escucho un solo "lo siento" más, acabaré pegándole a alguien.

Lan Zhan asintió. Esa era su forma de sobrellevar el duelo, con palabras mediante las que hacerse el fuerte. A él, sin embargo, no se le daban bien las palabras, no tenía la misma verborrea fácil. Pero sabía cuándo eran necesarias y cuándo no, sabía cuándo hablar y cuándo actuar. Con cuidado y suavidad tomó una de sus manos, llevándosela a los labios y besando sus nudillos. Wei Ying esbozó una de esas sonrisas que se usan para contener el llanto, una rota y desolada. Se permitió buscar de nuevo el abrazo de su pareja, porque realmente necesitaba ese consuelo.

-Estoy aquí, Wei Ying.

Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora