5. No directamente

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Tristán

Se oye el contacto de nuestros labios mientras nos besamos una y otra vez con Priscila. Estamos sobre la cama de mi cuarto, se escucha el sonido de la tele, pero ni le préstamos atención. Nuestras bocas siguen deseándose la una a la otra. Podríamos hacer un ciclo sin fin, lleno de besuqueos.

—Tristán —expresa con una bella sonrisa y revolotea sus largas pestañas.

—¿Sí?

Alza la mano alegre.

—Dame tu celular.

—¿Otra vez con eso? —Ruedo los ojos y hace puchero.

—Solo quiero ver.

—Tus celos y ese control arruinan todo el ambiente —Me levanto de la cama abruptamente.

Se inclina para sentarse.

—No seas así, no te enojes.

—¡¿Cómo no voy a enfadarme?! —grito indignado —La otra vez, nos tomamos un tiempo, por este tipo de actitudes.

—Bueno, sí, pero...

—Estoy cansado, ¿sabés? Me gustas, no, me encantas, pero esto no da para más, no podemos seguir así, ¿entiendes?

Sus ojos se humedecen.

—Perdóname, no puedo controlarlo, en serio —Se refriega los ojos —. Todo el tiempo estoy pensando que vas a engañarme y sé que no es así pero...

Suspiro.

—No llores.

—¿Pero no me perdonas?

Esto es manipulación.

—Necesito tomar aire —Bufo.

—¿Me compras algo?

Ruedo los ojos.

—Vale, solo si dejas de llorar —Asiente cuando le aclaro eso y luego agrego —. Le avisaré a papá que te quedas por aquí.

Vuelve a asentir, hablo con Ian y luego salgo de la casa. Camino por las cuadras oscuras, ya que está anocheciendo, entonces llego hasta una pequeña cafetería. Visualizo a Lucía, así que me acerco a saludarla.

—¿Trabajando? —le pregunto.

—Sí, pero no le digas a mi padre que me mata —Se ríe y saca una cartilla —¿Qué vas a tomar?

—Solo un café.

Me siento en una de las sillas y veo a mi amiga como se dirige a buscar mi pedido. Luego de un rato me lo entrega, apoyándolo en la mesa. Cuando ve que no hay nadie para atender, se asegura y se sienta a mi lado, sonriente.

—¿Y qué te trae por aquí? ¿Por qué no estás a los besitos con tu novia? —Se ríe.

Suspiro pesadamente.

—Estoy cansado.

Su sonrisa se borra.

—¿Qué pasó?

—Creo que Pri y yo debemos terminar, aunque no sé cómo, si le nombro el tema, solo se pone a llorar y no puedo con ello.

—¡No pueden terminar! —exclama indignada —¡Ustedes se aman, se ven muy bien juntos! —expresa bastante alterada.

—Con eso no basta, Lucía —Bufo.

—¿Por qué no? ¿La engañaste o que mierda? —se queja.

—¡Claro que no! —Hago una pausa —No directamente —expreso avergonzado.

—Espera —dice impactada —, entonces las sospechas de ella, ¡¿son verdaderas?! —Mira hacia un costado y apoya el codo en la mesa, luego la mano en su mejilla —Y yo que pensé que eran solo imaginaciones suyas —Bufa.

—¡Son imaginaciones suyas! —Golpeo la mesa y se sobresalta —¡Yo no la engañé!

—Entonces no entiendo —Vuelve a observarme —¿Qué quieres decir con "no directamente"?

Bufo.

—Me robaron un beso.

—¡¿Quién?! —Se sorprende.

—No conoces a esa persona.

—¿Y qué vas a hacer? No vas a acabar una relación por un beso, ¿o sí?

—Pareces más preocupada que yo —opino —. Y no, no voy a terminar con Priscila por un simple beso, quiero que terminemos porque es una controladora maniaca.

—Cálmate, Priscila puede ser algo chillona, pero tampoco exageres.

—Me revisa el celular al menos cinco veces en el día, tengo que decirle hasta cuando voy al baño ¿Eso es exagerar? Lo peor, es que cuando nos tomamos un tiempo, ella me llamaba todos los días, se volvió paranoica.

—No olvides que su novio anterior la engañó con siete chicas diferentes y tampoco olvides lo que te costó conquistarla, no puedes rendirte así como así, Tristán, piénsalo mejor.

Suspiro de nuevo.

—No lo olvido, pero es complicado.

Es que ya lo he pensado por meses, no quiero analizarlo más. Estoy harto y cansado. Las actitudes de Priscila se han vuelto obsesivas y yo no tengo la culpa. La amo, pero no puedo simplemente sacrificar todo yo solo. Además, desde que llegó esta nueva persona a mi vida, me hace plantearme varias cosas.

Herencia Lovelace (R#12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora