40. Tu herencia

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Evan

—Por fi, por fi, por fi —le ruego a mi mami para que convenza a papá de sacarme de ese testamento Lovelace.

¡No quiero pelear otra vez con Belle y que me mate a palos!

No soy luchador, no soy un mafioso, yo soy solo un chico que le gusta ir a fiestas, dormir, jugar videojuegos hasta tarde, salir con chicas y a veces aburrirme en la universidad ¡Pero nada más!

Mi madre bufa mientras sigue sentada en la silla del escritorio de su oficina, deja de cruzar las piernas para un lado y las cruza para el otro.

—Por fi —repito otra vez arrodillado en el suelo, con los codos en la mesa y las manos unidas como si estuviera rezando.

¡Necesito un milagro!

Hago puchero.

—Mami...

—Cállate, déjame pensar —expresa enfadada —. Cuando a tu padre se le mete algo en la cabeza no es cosa fácil de cambiar.

Me levanto del suelo.

—¡¡Pero eres Crista Ricoy!! —Alzo la voz —¡¡Ya lo tienes hipnotizado, eres su diosa griega!!

Se ríe.

—Sí, lo sé, pero con eso no basta.

—¿Por qué no? —Hago puchero.

—Porque tu papá sabe como utilizar mi punto débil en mi contra —habla de su libido y se cruza de brazos molesta, gira su vista hacia un costado —, y no pienso quedarme sin sexo solo por un descuido.

—No vale, yo también tengo problemas con mi deseo sexual y no por eso me ando quejando.

—No me hables así, jovencito —Me vuelve a observar y me reprende —. Te estoy intentando ayudar.

—Perdón —Hago una mueca.

La puerta de la oficina principal de Deluxe se abre y papá llega. Mierda, ni llegué a tiempo para convencerla.

—Hello, Greek goddess —Papá entra y le da un beso a mamá, ella sonríe mientras revolotea las pestañas —. Siempre tan hermosa —le hace un cumplido y luego me observa a mí —. Hola, campeón ¿Listo para un poco de entrenamiento con Freya?

Frunzo el ceño.

—No.

—No seas reacio con esto, es tu herencia, debes pelear por ella.

—Pues yo no...

El intercomunicador de mamá suena y se escucha a la recepcionista avisarle.

—Señora Crista, Carter Elek y sus hijos están aquí —le informa.

—Que raro —opina ella —. Bueno, hazlos pasar.

Ellos entran, entonces me giro y visualizo a una Lucía angustiada, a el hermano que me mira de mala manera y al padre que no logro descifrar lo que está pensando. Bueno, es abogado, tiene que tener cara de póker a veces. Eso me recuerda que Lucía sabe usar ese gesto.

Igual mamá tiene razón ¿Qué hacen aquí? Que yo sepa ellos ahora se llevan bien, bueno arreglaron sus diferencias luego de un juicio que hubo por Tatiana o algo así hace años, pero no es como si fueran amigos, más bien permitieron que sus hijos seamos los amigos y nada más, ya que cuando éramos pequeños fuimos a varías excursiones juntos.

De todas maneras, todo esto me parece muy extraño, jamás se presentan aquí y todos juntos, menos Carter Elek.

Herencia Lovelace (R#12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora