Herencia Lovelace (R#12)

74. Merecedor de su amor

Eithan

Bajo a Belle de mis brazos cuando me hace una señal de que quiere pararse. Luego se sostiene de mí, quedándose a mi lado observando la estrepitosa situación.

—No sé qué hiciste —declara mi madre mirando a Brayton —pero de nuevo lograste que no robara ni un centavo tuyo.

Él sigue apuntándola con su arma aunque ella ni se inmuta.

—Debí haberte matado cuando pude —declara el rubio.

—Nunca has podido, cariño —Revolotea las pestañas.

Belle frunce el ceño escuchando esta conversación y decido interceder. Detesto esto, es lo que arruinó toda mi relación con ella.

—Los voy a interrumpir —declaro y me miran —. Yo soy el culpable de que no puedas transferir el dinero, mamá. Conseguí la forma de hacer un poder para que no podamos quitarle nada a la familia Lovelace —explico seriamente.

—¿Lo hiciste? —pregunta mi novia sorprendida y yo asiento.

—¡¿Qué hiciste qué?! —grita mi mamá.

Brayton de repente baja el arma, la guarda y se acerca hasta mí. Siento la tensión cuando me está mirando fijamente. Luego me sobresalto cuando me abraza.

¡¿Qué pasa aquí?!

¡¿Acaso esto es como la mafia italiana que te dan el beso de la muerte pero aquí los ingleses lo hacen con abrazos?!

Vale, estoy delirando, pero es que me encuentro asustado.

—Gracias —me dice cuando se aleja de mí y me observa con una sonrisa —. Has demostrado ser digno de Belle, no solo por el dinero, más que nada porque la salvaste y eso dice mucho de ti, mis respetos —Asiente.

Oh mierda, el líder de la mafia y padre de mi novia me acaba de agradecer, estoy impactado.

—Hablando de Herencias —Se acerca Adler y mira a Belle —¿Tu propuesta sigue en pie o solo era broma?

—No, quédatela —declara ella sin importancia —. Además Evan tampoco la quiere.

—¡Bien! —dice en tono de victoria alzando el puño.

Brayton alza una ceja.

—Parece que los jóvenes arreglan todo así ahora —afirma y David se ríe.

—Mejor, así no seguimos las estúpidas reglas de nuestro padre —Le da dos palmadas en el hombro a su hermano.

—Bien —Sonríe el papá de Belle y le quita el seguro a su arma —. Hora de terminar con Vlad, porque seguro ninguno acabó el trabajo.

—La verdad no —Tiembla Evan —, eso me da miedo.

—Aquel hombre ya no es un problema —Escucho ese tono tranquilo y me da un escalofrío, entonces me giro.

—Papá... —Lo veo salir del galpón, ni sé en qué momento entró —cuando estás muy tranquilo das miedo.

Se acomoda el traje blanco y sonríe.

—Lo normal.

—No entiendo por qué lo mataste —opino viendo que se limpia una pequeña mancha de sangre, dando a entender lo que hizo.

—La seguridad de mi hijo es primero y como no eres un asesino, tengo que encargarme yo, no vaya a ser que el hombre buscara venganza —Hace una pausa y me da otro escalofrío —. Bueno, ya no va a poder, pobrecito —declara como si realmente le doliera —. Como odio la violencia, la detesto —Suspira.

—Mejor vámonos —declara irritada mamá cruzándose de brazos.

Él sonríe.

—¿A México? Quiero comprar recuerdos de por ahí, ya sabés, alguna calaverita.

—¡Deja de imaginar cosas, no inventes y vámonos! —Mamá comienza a retirarse y se detiene para mirarme —Tú... haz lo que quieras, pero no olvides comunicarte.

Asiento y veo como mis padres se retiran, luego Brayton se me acerca de nuevo poniendo su mano en mi hombro, estando sonriente.

—Bienvenido a la familia.

—¡Fiesta! —grita Adler.

—Esa es una muy buena idea —opina Belle y se agarra la herida —pero primero al médico.

—Y acabamos de venir de un funeral —se queja Evan —. Un poco de respeto, por favor.

Me acerco hasta él.

—No te preocupes, fue solo la emoción, dejaremos eso para otro momento —le aclaro y sonríe.

—Ya veo porqué eres merecedor del amor de Belle, tienes un gran corazón.

Río nervioso.

—Tampoco para tanto.

Mi novia se acerca, ya que después del abrazo que su padre me dió, tuvo que alejarse un poco, entonces me agarra del brazo otra vez.

—Eres mi orgullo —Me besa y le correspondo, entonces todos se ponen a aplaudir.

A este momento lo puedo llamar felicidad, me siento dichoso. Al fin las cosas se ponen en su sitio y está de maravilla. Espero que cada uno encuentre su final feliz, sobre todo Evan, que ha demostrado que aunque está destruido, ha ido por su prima y eso se valora por mucho. Ahora sí me creo merecedor de este gran instante, porque entre todos, logramos algo aquí. Me dicen poeta, pero hoy me siento más que eso, me siento libre de expresar mi amor, el cual ya no es prohibido.