Herencia Lovelace (R#12)

22. Nidito de amor

Priscila

Corro como loca enamorada, porque lo estoy, entonces voy feliz por los pasillos de la universidad a encontrarme con Tristán, pero me detengo al ver a mi ex en el camino.

Debo ser fuerte e ignorarlo.

Paso por su lado sin mirarlo y él me sigue con la vista, sonríe de lado.

—Hola, Pri.

Le lanzo una mirada asesina, para luego salir corriendo, ni pienso hablar con un desgraciado que no vale la pena.

—¡Buenas noticias! —grito cuando veo a Tristán que guarda el celular cuando me ve llegar.

—Ah, ¿sí? —Sonríe —Cuéntame, ya me dió curiosidad.

—Estoy decidida a cambiar.

Alza una ceja.

—¿A qué te refieres? —Se ríe.

—Es que vi como Lucía no se preocupaba por lo que hiciera Evan y me hizo reflexionar mucho.

—¿Y qué pensaste?

Levanto un dedo.

—¡Que tengo que descubrir cómo dejar de ser tan celosa y controladora!

Hace una carcajada.

—Bueno, al menos lo dices animada.

Hago puchero y frunzo el ceño.

—Cállate.

—¿Y cómo vas a hacer eso? —pregunta tranquilo y sonriente.

—No sé, pero seguro hay miles de posibilidades.

Enrrolla su brazo alrededor de mi cuello y me da un leve beso en los labios.

—¿Te ayudo con la confianza?

—Ay, atrevido —Me río y le pego un golpecito en el pecho.

—No hablaba de eso pero... —se acerca a mi oído a susurrar —si quieres te reservo esta noche un lugarcito en nuestro nidito de amor.

Hago otra risita y pongo las manos en mis mejillas sonrojadas.

—Ay Tristán, me encantaría, iré con mucho gusto, mi halcón.