Herencia Lovelace (R#12)

36. Enfrentar a sus papás

Alaric

Recibo un mensaje de mi padre, entonces sonrío, al fin ha conseguido información sobre mi amigo Eithan, le reenvío los datos a Belle y luego miro a mi novia mientras estamos en frente de su casa.

—¿Preparada? —le pregunto y niega moviendo la cabeza muy rápidamente.

—¿Y si se enojan? —expresa nerviosa.

—¿Por qué se iban a enojar? —Alzo una ceja —Tú deberías ser la enfadada.

Asiente con entusiasmo.

—¡Sí, vamos! —Levanta el puño.

Hace unos días venimos hablando de que sus padres le ocultan que tiene una discapacidad y que ella lo sabe hace tiempo. Es algo que le molesta desde hace mucho, así que le prometí que la ayudaría y acompañaría en el proceso de enfrentarlos, para confesarlo y que deje de sentirse mal por ello.

Ojalá estuviera aquí para presentarme formalmente como el flamante novio, pero ya habrá tiempo para eso. Además de que no quiero que su hermano me mate mientras ayudo a Nina en esto del coeficiente intelectual.

Al entrar, visualizo a sus padres, el papá renguea hasta llegar al sillón que está en frente del nuestro y también se sienta. Por lo que tengo entendido, hace algunos años sufrió un accidente y su pierna le quedó así. La mamá también se suma y me observa con mirada amenazante. Ya me asusté. Cálmese, nadie va a matarte.

Aún.

Visualizo a Elías apoyando su hombro en el marco de una puerta, observando la inminente conversación.

Tranquilo, no van a asesinarte, esta charla no es sobre ti.

Aunque te sientas un mal chico por llevar a Nina por el camino de las mentiras, ya que ella últimamente les miente mucho para salir conmigo, aunque sea así, esto va sobre ayudarla.

—Me presento, soy Alaric —digo sonriente pero no aclaro títulos como "novio" para no escandalizar a las masas —. Estoy aquí para acompañar a Nina que quiere decirles algo muy importante, pero no se anima, entonces me pidió que la acompañara.

Me miran sorprendidos, seguro pensaban que les iba a decir otra cosa como "hola, le vendí drogas" o algo así.

La madre observa a Nina y le habla.

—Cariño ¿Por qué le pides a un extraño que te ayude? Pensé que confiabas en Elías —Señala a su hermano.

Mi novia se sobresalta.

—Es que... —Baja la vista nerviosa —no sé si Elías sabe.

—¿Qué cosa? —pregunta el padre y la mira preocupado —¿Qué ocurrió?

Suspira y decidida alza la cabeza frunciendo el ceño, entonces toma confianza para decirlo.

—Sé que ustedes saben que tengo una discapacidad pero no se han tomado la molestia de contármelo ni explicármelo, tuve que entenderlo sola y me dolió —expresa lo último angustiada.

—¡Oh cielos! —su madre exclama impactada.

El padre suspira.

—Lo sentimos, cuando lo descubrimos, no sabíamos cómo manejarlo y el tema simplemente se fue postergando. Lo consultamos con varios médicos, pero había tantas opiniones diversas que no sabíamos qué hacer, lo lamento, jamás quisimos hacerte sentir mal.

—¡Papi! —Corre ella a abrazarlo.

—Y te queremos —agrega su mamá —, solo estábamos preocupados por ti —Toca su brazo y Nina la rodea también con este.

Sonrío contento.

—Que bueno que todo se solucionó —acoto.

Elías se acerca hasta mí y me agarra un escalofrío.

—Sigo sin entender qué tienes que ver en todo esto —declara pero luego sonríe, lo que me genera tranquilidad —pero que bueno que interveniste —Me da dos golpecitos en el hombro a modo de paz.

—Me alegra que así sea —Suspiro. Su celular suena y mira el mensaje sorprendido —¿Sucede algo malo? —le pregunto.

—Que raro —opina —, Lucía me mandó un mensaje urgente —Guarda el móvil en su bolsillo —. Bueno, iré a ver qué le pasa a mi otra hermana y regreso.

Saluda a sus padres y Nina, pero antes de retirarse me hace una señal de que me está vigilando.

Uh, eso estuvo cerca.

Los papás me miran curiosos, no sé si debería decir algo más, ahora que el hermano sobreprotector no se encuentra aquí.