33. Gracias, mamá

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Eithan

Chateo con Belle y le cuenta a "José" lo que le ocurrió, entonces quedo impactado.

Eithan: ¿Y no vas a despedirlo? Eso es pasarse de la raya.

Belle: Lo sé, aunque no puedo hacer nada, sabe más cosas de las que debería.

Me manda un emoticono triste.

Eithan: No te preocupes, seguro encuentras una solución.

Dejo de chatear cuando ya no me contesta y me levanto de mi cama, salgo de mi cuarto, bajando las escaleras, entonces visualizo a mi madre contando dinero.

—¿Y papá? —pregunto.

—Se fue a Lovelace Company, como David no conoce su cara, fue a investigar un poco.

—Es el papá del primo de Belle, ¿cierto? —Alzo una ceja.

—Aja —Asiente mientras sigue contando sentada en su silla y se cruza de piernas, pasando cada billete en la mesa.

—Me meterán en líos —Bufo.

Levanta la vista y me mira.

—Tranquilo cariño, no mataremos a nadie —Apoya el dinero en su barbilla —. Al menos ya no hoy —Se ríe.

—Mamá, irás a la cárcel si sigues así.

—No, soy bastante meticulosa con mi trabajo —Pone la plata sobre el otro fajo de billetes.

—Si fuera así, Belle no te hubiera descubierto —Alzo una ceja.

—Ese es el problema de meterse con la mafia, tienen ojos en todos lados, pero qué le vamos a hacer, algunos trabajos requieren riesgos —Sonríe con malicia.

—Pues yo no quiero involucrarme más en esto —Me cruzo de brazos.

—Lo sé cariño, lo sé —repite y se levanta de su silla, se me acerca, entonces pone sus manos en mis hombros —. Tú encárgate de tus sentimientos y nosotros haremos el resto.

—El problema con eso es que tú tienes problemas con Aurora Matthei —nombro a la madre de Belle.

Se aleja y se ríe.

—No es mi culpa que Brayton Lovelace estuviese perdidamente enamorado de mí, causo esa sensación en los hombres, ¿qué se le va a hacer?

—Pero nunca me dijiste que intentaste matar a la madre de Belle cuando ella estaba en su vientre.

Hace una carcajada.

—Sí, cierto —No puede borrar su sonrisa, mamá es toda una psicópata —. La secuestre, muy mal, soy todo un monstruo —expresa con satisfacción —. No te preocupes cariño, ella debería estar agradecida, es una de mis pocas víctimas que sobrevivieron a mi hechizante personalidad.

—Mamá, por favor —Bufo.

Suspira.

—Ah, algún día entenderás, o quizás no, quizás mi hijo nació correcto ¿Qué habré hecho mal? —Se lo piensa —Ah no, debe ser culpa de tu padre, él si aparenta ser buena persona, aunque no lo sea —Se ríe.

—Papá es... —Hago una pausa —raro.

—Lo sé —Sigue sonriente y se gira en dirección a la silla —¿Necesitas algo más? Tengo que volver a contar.

—Sí ¿Qué se hace con un empleado que sabe tus secretos pero no lo puedes despedir porque sino te delataría? —pregunto por el imbécil de Vlad.

Da la vuelta a mirarme con una gran sonrisa maliciosa.

—Pues lo matas, muerto el delator, secretos a la tumba.

—Mamá...

Rueda los ojos.

—Pues si quieres algo más normal, te conviertes en sincero y ya, fin del asunto, ya no pueden amenazarte porque el secreto ya no es secreto.

Sonrío.

—Tiene lógica, gracias.

Se sienta y vuelve a contar el dinero.

—Sí, como sea, mi otra idea era mejor.

—Gracias, mamá —Le doy un beso en la mejilla y salgo corriendo fuera de la casa.

Si no quiero que el imbécil de Vlad moleste más a Belle, tendré que arriesgarme y decirle la verdad a Brayton Lovelace.

No me importa mi vida, me importa Belle.

Herencia Lovelace (R#12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora