Herencia Lovelace (R#12)

55. Sugerencia irrespetuosa

Alaric

Hoy es un día importante, el día de muerte. Sí, humor negro porque quiero y porque puedo. Ya, hablando en serio, llego el turno de decirle sobre mi relación con Nina a Elías, y bueno, ya compré flores para mi funeral.

Estoy sentado en las sillas del auditorio junto a mi futuro cuñado, porque ya estoy soñando con casarme, mientras miro la puesta en escena de Nina sobre el escenario, ese baile es magnífico.

Cuando termina la música le aplaudimos y ella hace una reverencia, es preciosa, sobre todo cuando sonríe.

—Ya, habla —dice el hermano y me sobresalto.

—Seguro tus padres ya te habrán adelantado algo —expreso nervioso —, quiero aclarar que no tengo motivos perversos con tu hermana, que la quiero cuidar, no deseo hacerle daño.

—Sí, se nota —exclama serio y no me mira.

Yo siento que ya me estoy sofocando dentro del cajón fúnebre.

—Pues... —Trago saliva —no he hecho nada malo y estoy saliendo con tu hermana, quería decírtelo.

Es aquí cuando muero.

—Sí... —Bufa y hace una pausa interminable —entiendo.

¡¿Eso solo me dice?! Este es un silencio atroz que explica que está listo para enterrarme vivo.

—Por favor, créeme.

Sonríe y me agarra un escalofrío, sus ojos verdes se giran hacia mí.

—Te creo, pero si mientes, considérate hombre muerto.

—Bueno, ya me estaba considerando sin haber hecho nada malo —Río nervioso.

—Bien por ti, hay que ser precavido —Se levanta de su asiento —. Los dejo a solas a los tórtolos, no quiero ver barbaridades ahora que me lo aclaraste.

—¡Juro que no he hecho nada raro con tu hermana! —le aclaro.

—Sí, sí —responde mientras se retira.

Nina baja por las escaleras del escenario y se acerca hasta mí.

—¿Por qué se va Elías? ¿Se enojó porque se lo dijiste? —Ladea la cabeza la preciosura.

Sonrío.

—No —Me levanto de mi asiento —, tenía que hacer cosas.

—Vale —Sonríe ella también y luego se queda pensativa —. Me dijiste que eras un príncipe, ¿verdad?

—Sí. Que extraño que de repente...

—Es que estuve leyendo, eso significa que serás un rey un día.

—No, eso ya no va más por primogénito como antes, mi padre puede elegir a cualquiera de mis hermanos, además yo abdiqué, revoqué ese cargo hace tiempo.

Ladea la cabeza confundida.

—No entiendo.

—En palabras más simples, no quiero ser rey, es algo difícil, así que mejor que lo sea alguno de mis hermanos.

Sonríe.

—¿Tienes muchos hermanos?

—Unos cinco.

—Oh —En sus labios se forma el bonito círculo de la sorpresa que entona aquella letra.

—¿Interrumpo? —Miramos que un rubio entra al auditorio y se acerca hasta nosotros —No pude evitar oír ¿No eres acaso el amigo de Belle? Yo soy Adler, su primo —se presenta.

—¡Sí! —expresa Nina entusiasmada —Él es Alaric y yo soy Nina, somos novios —declara feliz.

El chico se ríe.

—Lo sospeché, se ven muy bien juntos.

Entrecierro los ojos.

—Que extraño —opino —, Belle nunca me ha hablado de ti.

—Es que nos acabamos de conocer —Ríe otra vez —. Me encanta que sean tan amigos, Belle es una chica muy hermosa, ¿no? —le pregunta a Nina ya que la mira a ella.

—¡Sí! —responde otra vez entusiasmada mi novia —Conozco a Belle, es muy bonita, me gusta su pelo, rojo, largo y brillante —Une las manos emocionada.

—Tienes razón, deben hablar mucho ustedes —Ahora me mira a mí —¿No?

—Lo normal —contesto —, nuestras madres son amigas, así que obvio nos vemos de alguna forma u otra.

—¿Creés en la amistad entre el hombre y la mujer?

¿Qué extraña pregunta es esa?

—¿A dónde quieres llegar? —Frunzo el ceño —Belle y yo solo somos amigos, de hecho también soy amigo de su novio, así que no sé qué estás sugiriendo y para alguien que recién me conoce me parece una falta de respeto acusarme delante de mi novia y de esa manera, discúlpate.

—Te salió lo príncipe —Se ríe.

—¿De qué están hablando? —pregunta Nina confundida.

—Nada, preciosa —dice el tal Adler —. Que a tu novio le gusta mentir, si Belle no está con... Eithan, creo que se llama —le contesta mirándome desafiante.

—Cierto, Belle no está con Eithan —le respondo rápido —pero eso no significa nada, estoy seguro de que van a volver.

Se gira para irse.

—Bueno, sí, como sea, los dejo, estás algo agresivo y nervioso, mejor hablamos después.

Veo como se retira y Nina me observa confundida.

—No soy tonta, el chico está sugiriendo cosas que no son, aunque no entiendo por qué.

Me río al ella quitarme mi enojo, rodeo mi brazo en su cuello y le doy un beso en la frente.

—Tú eres una chica muy lista.

Sonríe sonrojándose.

—Gracias, presté atención.