41. Noticias frescas

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Evan

Carter camina en dirección a mi mamá, entonces ella se levanta de su asiento y rodea su escritorio para ponerse delante, pero para mi sorpresa el abogado se gira hasta mí, me sonríe.

—Que bueno que estás aquí, Evan, porque justo vine por ti. Iba hablar con tus padres, pero mejor te lo aclaro primero a ti.

—¿Eh? —digo confundido —Yo ni lo conozco, ¿para qué querría hablar con usted? —expreso confundido.

—Ah, sí, pero conoces muy bien a mi hija, demasiado bien diría yo —Su sonrisa se borra.

—Eh, no sé de qué está hablando —Miro a mi padre —¡Papá...!

Me interrumpe.

—Justamente de eso quería hablar, de ser progenitor —Vuelve a sonreír.

—Pa... papá... —dice Lucía nerviosa.

—¿Qué estás sugiriendo, Carter? —exclama mi madre estupefacta.

—No estoy sugiriendo, estoy afirmando —explica el abogado y regresa a mirarme —. Voy a emitir una demanda para ver si se crea una ley para ver si te la cortan.

Trago saliva ¿Por qué me quiere destruir a mi amiguito? Un segundo ¿Lucía le dijo que nos acostamos? Sí, eso debe ser ¡¿Por qué?!

Carter Elek vuelve a hablar.

—Bueno, voy a ser más específico ya que su hijo parece algo lentito ¿Te parece divertido dejar a mi hija embarazada? Porque a mí no ¿No sabés usar preservativo correctamente o qué? Responde.

Me quedo petrificado.

—Yo...

—¡¿Qué hiciste qué?! —chilla mamá y papá bufa.

—Yo lo mato —Presiona los dientes Elías y puedo notar como se aguanta no golpearme.

Aunque el silencio del señor Carter, que está en frente de mí, me asusta más y no sé porqué.

—A ver, nos calmamos —habla mi padre ahora —, somos personas civilizadas y podemos arreglar las cosas de maneras más tranquilas.

—¡Ja! —Se mofa el abogado —¿Tranquilas? Para nada, la tregua se acabó, yo les declaro la guerra —Señala a mi mamá —. Y declino tus malditas disculpas, no puedo creer que te creí cuando me pedías perdón, seguro hasta lo planeaste y todo —expresa con asco.

—No es cierto, Carter —expresa mi madre alarmada —. Yo fui sincera, esto no tiene nada que ver con venganzas ni nada por el estilo, quizás en el pasado lo hubiera intentado, pero en este momento no, esto fue cosa de chicos, un error, lo juro.

—Sí, es el error de sus vidas —expresa con puro odio —. Puedo ser un corrupto, un mentiroso, un estafador y una mala persona, pero nada de eso es mi hija, ella salió igualita a su madre o mejor, una santa, será malhumorada, tendrá sus berrinches, pero jamás anda con cualquiera, yo la crié para que no sea como yo, así que este esperpento —Me señala y me sobresalto —, tiene los días contados y no me importa nada, ¿entendido? —Agarra a Lucía del brazo —Nos vamos, eso es todo lo que quería decir.

—¡Papá! —chilla ella.

—Yo... —Mis padres me miran mal cuando abro la boca, así que la cierro, luego me agarra un escalofrío cuando Elías me mira y hace un gesto de que me va a cortar el cuello.

Se oye un portazo cuando los Elek se van, pero yo sigo teniendo miedo, puedo notar los ojos de mis padre en mi espalda.

—Yo... —repito nervioso y me giro lentamente a mirarlos.

—¡¿Qué estabas pensando?! —grita mi madre alterada.

—Greek goddess, cálmate —expresa papá.

—¡¿Viste todo lo que nos dijo?! —Sigue con la voz en alto —¡¡Y no podemos defendernos porque tiene razón!!

—Tu amado Carter no puede tener siempre la razón —exclama irradiando odio y algo de celos.

—¡La tiene, niégame que no es verdad todo lo que dijo!

—Bueno, lo consientes demasiado a Evan, así que quizás sí.

—Sí, porque tú no —ella expresa con sarcasmo y rueda los ojos.

—¿Y... ¿Y qué hacemos? —digo nervioso.

Los ojos cafés de mi madre se giran a mirarme fijamente y creo que me desmayaré.

—Nada —me contesta —, hay que esperar a ver qué es lo que van a decidir ellos, la noticia es demasiado fresca todavía, Carter estaba muy enfadado, así que se notaba que se acababa de enterar.

Herencia Lovelace (R#12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora