¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces?
Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...
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Ya no puedo más con el dolor en mis piernas, no sé cuántas veces me he flexionado para agarrar la ropa desordenada en el suelo de mi habitación. Después de aquel encuentro un tanto extraño con don señorito no me gusta las calorías, pero estoy rico qué más da, me vine de inmediato a mi acogedora morada.
Por un lado, no quería, debido a que realmente no quería ponerme a ordenar y todo eso. Pero es de esos días en que no se me sale de la mente el hecho de que debo hacerlo y bueno acá estoy, recogiendo la última prenda, de las once que he recogido. Debo dejar de tirar las cosas cada que llego del trabajo, pero me es imposible no hacerlo, llego tan exhausta que de inmediato quiero lanzarme sobre mi cama.
No sé qué demonios pinta el cesto de la ropa sucia en una esquina de mi habitación, lo único que tenía era un par de medias y ninguna coincidía. Vivir sola es un relajo, puedes hacer a tu antojo, incluso estar en ropa interior todo el día si te da la perra gana, pero en ocasiones la soledad me pega, a veces solo quiero meterme de cabeza en la casa de mi tía Catia y pasar todo el día de relajo de la compañía de Mark.
Llevo todo lo sucio al cuarto de limpieza y la lavadora y secadora harán todo lo suyo. Paso por la cocina, me freno, tengo hambre nuevamente, pero no, espanto eso de mi cabeza, solo tomare un vaso de jugo y nada más, me debo controlar, por mi salud me debo controlar. Sé que me importa un carajo todas las calorías que puedo ingerir, pero tampoco puedo abusar de mi metabolismo, no puedo forzarme a comer y comer y no darle descanso a mi estómago.
– ¡Ábreme la puerta perra! –revoloteo los ojos al escuchar la voz de Mark, se había tardado en llegar, es jueves de películas y ya está por anochecer. – ¡Se me entumece los dedos por la carga!
Me dirijo a la puerta la abro y lo veo con un par de bolsas en sus manos, este entra con prisa y deja todo sobre la mesita de noche. Yo voy por un tazón para las botanas y al regresar Mark ya está recostado en el sofá cama y buscando la película en mi portátil para la noche de hoy.
Este voltea a verme, esos ojitos verdosos me miran fijamente, una sonrisa se forma en mis labios y paso a colocarme junto a él. Apoyo mi cabeza en su hombro y este elige como siempre una película romanticona para así comenzar hablar pestes de que el amor no sirve y termina suspirando porque la película tuvo un final feliz.
–Hoy, me encontré al señor Hunther –este abre una lata de soda y me la entrega. –Quiere hablar conmigo y además entregarme mi paga.
– ¿Por qué no te la envió conmigo? –me alejo para verlo.
– ¡Lo mismo me pregunto yo!
–Te elogio –dice y eso me toma por sorpresa. –Está muy satisfecho con tu trabajo, la chica voluptuosa gana una vez más –agito mi cabello, este sonríe. –Pero aun no entiendo por qué quiere hablar contigo y más aún darte personalmente el dinero, un momento, ¿Dónde se encontraron?