– ¿Qué te ha dicho en cuanto le entregaste el paquete? –el pelinegro sirve un vaso de su licor favorito y se da un sorbo de este.
–Pregunto por quién había sido enviado, no le he dicho tal cual usted me ordeno –al voltear observa a su leal trabajador de tantos años, Miguel. –El jet está preparado señor, debemos ir tomando camino al aeropuerto en unos 20 minutos.
En ese momento el pelinegro se debatía entre marcharse o simplemente quedarse en Nueva York, pues algo, o mejor dicho alguien se le entremetió entre ceja y ceja y se divierte de tan solo verle enojar.
–Juro que, si al llegar no me tienen una buena excusa con respecto al escape de Varsha, despediré a todos los de esa casa –se da un largo sorbo sin dejar ni una gota en su vaso, le señala la puerta a Miguel, aquel hombre alto y fornido que está siempre a su disposición se marcha dejándolo solo en el estudio de su pent–house.
Rodea su escritorio, el silencio de la noche es como si fuese una extraña música para sus oídos, se siente tranquilo y en paz, esa es una de las cosas que realmente necesita en estos momentos. Toma asiento en su silla muy cómoda, vuelve abrir aquella carpeta, ya ni siquiera recuerda cuantas veces lo ha hecho.
Toma aquella fotografía y le mira muy fijo, con determinación intentando buscar el motivo por el cual la ha visto tanto. Esos ojos verdosos, cabello rubio y labios llamativos, esboza una sonrisa de lado, de seguro piensa por qué le mira tanto y por qué últimamente en estos días la ha detallado sin que ella lo note.
Coge su móvil y escribe un corto mensaje, selecciona el destinario y lo envía, él sonríe, pero más amplio, se divierte, se imagina como en este momento la mujer de la fotografía ha de estar partiéndose la cabeza o simplemente como él sabe que es, ignorando las cosas a su antojo.
–Señor, disculpe, el vuelo a Zaragoza está listo.
La voz de Miguel interrumpe su diversión y exhausto por todas las cosas que debe hacer en momentos repentinos, toma camino fuera de su estudio y luego de su no tan humilde morada.
En cuanto llegan al estacionamiento sube al coche y comienza a enviar un montón de correos importantes antes de emprender su vuelo. Marca un número y después de tres repicadas responden.
–Estaré de vuelta para el evento, quiero que estés al pendiente de todo, ni se les ocurra molestar al abuelo, tengo un viaje urgente que hacer, confió en ti y en tu capacidad de llevar las riendas del HH mientras me ausento –escucha la voz del otro lado, Bajhor lleva la mirada a las afueras, observando las calles ya casi vacías. –No quiero que nadie se entrometa en su trabajo, no quiero que la hostiguen y déjenla hacer lo que le venga en gana, después de todo, lo que sale de esa mentecita es arte.
Escucha las últimas palabras de quien habla del otro lado de la línea y la llamada es finalizada a los pocos segundos. El trayecto a la pista aérea fue rápida gracias al poco transito que a estas horas se encuentra.
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Por Favor, Solo Ámame ·Saga Por Favor #1· ★
Romance¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces? Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...