¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces?
Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...
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Estoy en una estúpida cuenta regresiva en mi mente, observo la imponente fachada del House Hunther, y en este momento es realmente ridículo el cómo me siento tan pequeña ante el edificio. No puedo simplemente dejar pasar por alto lo que ocurrió por la madrugada, la llegada de Bajhor borracho, mi confesión y su confesión al hacerme saber que no se quedara muy tranquilo con respecto a mi situación.
Me causa temor, Abdón no es de fiar, es un monstruo y es capaz de lo imposible por causar daño. Pero luego esta Bajhor mi problema mental es de todos menos paciente, sé qué hará algo sé qué hará mucho a decir verdad y eso me preocupa mucho, porque ahora no se por quién preocuparme, ahora no se si quien de verdad corre peligro es Bajhor o Abdón y esto va acabar con mi poca paciencia.
Me decido de una vez por todas y entro al edificio, siento una jodida ansiedad y desespero, el sonar de mis tacones es el único sonido que dejo que mis oídos reciban, el resto, como personas hablando o la música de ambiente del lugar pasa a segundo plano, el tac, tac, tac, de mis tacones no me ayuda mucho tampoco, es como si fueran las manillas del reloj que me hacen saber que cada vez falta menos.
Logro tomar el ascensor, este por suerte va solo o bueno, solo hace cinco segundos, Balián aparece junto a Oriel, ambos ríen, ambos se percatan de mi presencia, ambos me saludan con ese cariño que la verdad me agrada mucho. El hermano de Bajhor va como siempre con esa vestimenta sencilla que lo caracteriza, unos deportivos blancos, un jeans azul marino, su franela blanca de cuello holgado y un sobretodo color negro, ¡Pecado!
Balián es lo contrario de Bajhor, cero trajes y elegancia, Balián es un poco más mundano y la verdad que es muy claro que esa es su esencia, su cabello oscuro desordenado y su barba muy bien arreglada. Por otro lado tenemos a Oriel, este va con unos jeans rotos, una camisa mangas tres cuarta verde agua, calzado marrón y una bufanda del mismo color que su calzado.
-De verdad Frida, que tú le iluminas el día a cualquier persona –es Balián quien comenta, las puertas del ascensor se cierran y ambos me miran de lleno. –Eres como...
-El sol, obvio –le guiño, ambos ríen. –Buenos días chicos, ¿Qué tal están?
-No me quejo –comenta Oriel, sonríe, él debe dejar de hacer eso, es muy dulce.
-Yo si me quejo –dice el segundo de los Hunther. –No es fácil lidiar con Varsha, se supone que hoy no vendría al House, pero me informaron que ya está aquí, es un dolor de culo –Oriel y yo reímos ante ello. –Pero también tengo entendido que viene por ti, Frida –suspiro y asiento.
-Quiere que organice su cumpleaños, ¿Es muy duro a lo que me enfrento? –los dos hombres se miran y luego se enfocan en mí.
-Espero puedas dar con una cabeza gigante de calavera con diamantes incrustados, eso sería lo más extravagante que podría pedir –apunta el primo Hunther.
