¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces?
Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...
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En cuanto Timothy vino por Bera yo me quede completamente sola y ovillada en el mueble de mi sala, con una manta a mí alrededor y una taza de té que me dejo la castaña antes de marcharse. La mente la tengo en un solo tema, ¿Qué estará pensando Bajhor de mí? Y realmente no debería darle importancia, pero lo que salió de mis labios no fue cualquier cosa, ni siquiera recuerdo que dije, ni siquiera sé hasta qué punto llegue, pero por la mirada de Bera sé que dije lo suficiente.
El sonido de la pecera es lo único que en este momento entra por mis oídos, sabía que era una mala idea tomar y tomar tragos diferentes pero no me controle y simplemente me arrepiento pero ya no hay marcha atrás. Observo el móvil en mi mano, esa línea vertical parpadea para comenzar a escribir pero es que simplemente nada viene a mi mente y yo no sé qué decirle al pelinegro, ¿Por qué no me mordí la lengua? ¿Por qué no calle? ¿Por qué siempre tengo que ser tan parlanchina?
El sonido de la puerta principal hace que desvié de inmediato la mirada y allí observo a Mark entrar con varias bolsas en sus manos, pero para mi mayor sorpresa, este no viene solo, viene en compañía de Gareth y cómo puedo me acomodo en mi lugar. En cuanto el rubio enciende la luz y me encuentra en el mueble me da una mirada fija y es suficiente para hacerme saber que no es momento para hablar de ello gracias a la presencia de Gareth.
-Déjame decirte –es la voz de Gareth la que llama mi atención, este se deja caer en el sofá diagonal a mí. –Que aparte de ser una mujer que escandaliza, eres un huracán que arrasa completamente –sonríe y me guiña. –Mira que decirle esas cosas a Grace, ¡Bravo!
-¿Y qué fue lo que dije? –pregunto preocupada. – ¿Acaso dije más de lo que Bera me conto?
-Bueno, la palabra enferma no salía de tu boca y agreguémosle también mujer sin vida social y arrastrada.
-Oh dios –oculto mi rostro entre mis manos le vuelvo a mirar. – ¿Debería disculparme?
-¡¿Qué?! Claro que no Frida –es Mark quien habla y se coloca a mi lado. –Le dijiste todo eso con toda la razón del mundo, te comenzó atacar tomándote fotos, eso fue poco a decir verdad –volteo a ver a Gareth y este asiente.
-Yo iré hacer algo de comer, ¿Vale? –el moreno se coloca de pie toma las bolsas que traía Mark y toma el camino a mi cocina.
Ahora quedamos Mark y yo solos, aunque no podemos hablar del todo, sabe que ese tema me está carcomiendo la mente y necesito que sus palabras aunque sean mentiras me alivien un poco porque si no abriré la puerta saldré y me lanzare escaleras abajo.
-No debí aceptar que el señor Hunther nos trajera –es lo primero que dice, muy bajo para que su acompañante no escuche. –Pero insistió, Bera estaba acta para manejar pero él no quería, él quería traerte a casa, pero tú, lamento que todo concluyera de ese modo.
