¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces?
Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...
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Bajhor Hunther.
El sonido de mi dedo índice chocando una y otra vez sobre la madera de mi escritorio es lo único que se logra escuchar en este momento. Ni siquiera las voces del otro lado de la puerta, ni siquiera el sonido del teléfono de mi oficina, ya que pedí que ninguna llamada fuera traspasada, en este momento no tengo cabeza para estar recibiendo llamadas cada cierto minuto.
Ya está por terminarse otra semana, ya está a la mitad, y esa mujer ha sido incapaz de poner un pie en este lugar. Me he limitado, muchísimo diría yo, para tan siquiera preguntarle a Mark sobre ella, este solo le dejo un certificado médico a mi secretaria haciéndome saber que Frida estará ausente por unos días. Eso lo recibí el lunes, ya hoy es miércoles y aun nada, ¿Qué tiene? ¿Por qué tanta ausencia de su parte?
–No lo entiendo –digo, con la mirada fija al ventanal, observo parte de la ciudad. –Ni siquiera responde mis mensajes, y mucho menos mis llamadas, ¿Qué le hice?
–Se te va a reventar la cabeza de tanto pensar, Bajhor –agito mi mano, como si eso fuera capaz de callar a Gareth. –Dale tiempo amigo, quizás es algo muy personal y por eso no te quiere contar, en ocasiones es difícil contar tu pasado y problemas.
– ¿Me lo dices a mí? –volteo a verle. – ¿En serio?
–Lo siento, tienes razón –calla y yo vuelvo mi mirada al ventanal. –Solo, dale tiempo Bajhor, quizás alguna mala experiencia, esa noche se veía muy afligida, su primo estaba preocupado.
– ¿Cómo te fue con Mark? Gracias por entretenerlo.
–Es un agradable sujeto, gracioso y con interesantes temas.
– ¿Te gusto? –digo directo y sin tapujos. –Tienes mucho tiempo sin pareja.
–Él tiene pareja, Bajhor –vuelvo a mirarle, se encoge de hombros. –Supongo que tendremos una buena amistad.
–Que bien –le miro fijo, este entrecierra sus ojos. –Si para mañana Frida no aparece, iré a ver qué pasa, no soporto más ese extraño silencio de su parte –me quedo pensativo un momento, niego. –No mañana es mucho, hoy mismo.
–Bajhor...
– ¡Quiero saber que jodida mierda hice mal! –le doy un fuerte golpe al escritorio. –Todo iba bien, estábamos abriéndonos, me estaba excitando de solo verla recostada en la cama de ese cuarto, ¿Qué demonios hice mal?
–Te estas imaginando cosas, ya te dije, quizás mala experiencia o quizás temor de experimentar eso, que se yo.
–Gritaba que me detuviera, me dijo que no silbara más, yo ni siquiera se silbar –Gareth reprime una sonrisa. –No estamos para tus burlas, ¿Ok? Decía que le dolía, que le ardían las piernas, no fui duro, te lo juro, fue todo muy tranquilo, con calma, maldita sea –vuelvo a darle otro manotazo a la madera del escritorio. –No creo soportar hasta mañana, no, definitivamente no.