¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces?
Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...
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Para no ser descortés, en cuanto Aurora entro a casa fui directo a la cocina y prepare té, ahora ambas nos encontramos con una taza cada una y en un silencio que solo espero esta mujer corte porque necesito ver a Grace con respecto al artículo y esta inesperada visita no toma la iniciativa y fue ella quien llego así sin más.
Coloco mi taza sobre la mesa céntrica y me acomodo en mi sofá, le miro fijo y esta hace lo mismo, deja la taza sobre la mesa y fija sus ojos oscuros en los míos, le doy un leve asentimiento para que esta hable y solo se dedica a esbozar una sonrisa, yo carraspeo y vuelvo asentir.
-Bien, ya que no tienes la iniciativa de querer hablar, lo haré yo entonces –me encojo de hombros. – ¿Qué es toda esa tontería de la que vienes hablar conmigo? ¿De que va?
-No es ninguna tontería Frida, es realmente importante.
-Así que, dejar a Bajhor es sumamente importante, ¿Por qué?
-Entonces, ¿Si es oficial que tienen algo? –suspiro y niego. – ¿Y que con ese artículo?
-Déjame hacerte saber que me encontraste de salida para ir y enfrentar a Grace Cardini, pero allí estabas tú, esperando como toda una emperatriz y no pude correrte sin más, porque créeme Aurora, me causa malestar hablar contigo –enarca una ceja y sonríe.
-No le convienes a Bajhor.
-¿Y tú sí? –esta no dice nada. – ¿Y según tu porque no le convengo? –Aurora intenta hablar, yo la detengo con mi mano y sonrió. –Ya, no lo digas yo misma lo hare, porque soy gorda –esbozo una sonrisa. –Dios, que mentalidad tan deprimente –hago un gesto de asco.
-Frida, eres una mala imagen al lado de Bajhor –ahora soy yo quien enarca una ceja y le miro fijo. – ¿Cómo puedes ir a un evento de su mano? No estás a su nivel, mira nada más donde vives, un simple departamento, con una pecera barata y una alfombra que Dios sabe cuándo la has limpiado –sonrió y le escucho atenta. –Bajhor merece calidad a su lado.
-¿Y tú eres la calidad? –esta asiente, demostrando lo obvio. – ¿Por qué no pensaste eso antes de engañarlo? –la veo tragar grueso. –Si tanto te importa el pelinegro, si tanto deseas calidad en su vida y tú piensas que calidad eres tú, ¿Por qué lo traicionaste?
-Tu no...
-Discúlpame, pero realmente es estúpido toda esta conversación, pareces un patriarca de esos que provoca colgar de una soga para ya tener paz –observo como comienza alterarse un poco. –Es deprimente tu manera de pensar, ¿Acaso crees que la vida gira en torno de lo que dirán los demás? De la calidad y la presencia, no seas ridícula Aurora, por favor.
-¡Bajhor aun me quiere a mi! –dice entre dientes, observo su enojo. –Tu solo eres su diversión y su momento de ratos, no mas que eso –yo paso a inclinarme en su dirección y le miro fijo, una sonrisa se expande en mis labios.
