Capitulo 10

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Anonadada, asombrada, sin una jodida gota de saliva en mi boca en cuanto observo tan humilde morada, ¿Si sintieron el sarcasmo de humilde morada, verdad?

No dejo de estar moviéndome en círculos en mi lugar, observo el alto techo y el escandaloso candelabro que cuelga de este. Las paredes son de un color azul rey y solo una de ellas tiene franjas de un color blanco metálico, es extraño, pero jodidamente sofisticado.

La vista de Nueva York es impresionante, camino completamente hipnotizada, coloco mi mano en el vidrio que evita que caiga al precipicio, observo la ciudad que nunca duerme desde un noveno piso. Desde que entre supe que no era un simple apartamento, es un extravagante Pent–house, para él solito. Escucho su carraspeo detrás de mí, alzo mi mano sin mirarle, le escucho reír un poco.

–Déjame mirar un poco más, quiero sentir que esto es real.

–Es real, Frida.

–Lo sé –volteo a verle, señalo a un lado. –Eres un afortunado por tener toda la ciudad para ti, literalmente –asiente levemente, lo veo caminar a un lado, yo noto el juego de muebles de color negro con cojines negros y todo jodidamente negro.

Escucho el sonido de los cubos de hielo golpeando el vidrio del vaso, noto en ese momento, que este está sirviendo un par de vasos con lo que puede ser, whisky o ron. Camino al lado contrario donde se encuentra, la enorme mesa del comedor, al fondo la cocina que por cierto, es enorme y con unas encimeras que, ay diosito.

Cuadros, infinitamente una pared llena de estos, y allí están, los vuelvo a encontrar, los jarrones llenos de plumas azules, blancas, verdes e incluso de pavo reales. Noto una escalera, escalones transparentes y de barandilla de metal, no tengo idea de donde lleva cada rincón de este lugar, pero es escandaloso para un hombre solo.

– ¿No te da curiosidad si hay alguien viviendo a escondidas aquí? –pregunto, escucho el sonido de sus pasos volteo a verlo, me entrega uno de los vasos, este se da un sorbo, relame sus labios, yo me altero un cinco por ciento.

– ¿De dónde sacas tantas cosas? –me encojo de hombro, me doy un sorbo de, si, whisky. –Tienes cada cosa, Frida Kayenston.

–Es solo cosas que pueden llegar hacer lógicas, es enorme, tú, ¿Casa? Y cualquiera puede escabullirse dentro y vivir pasando desapercibido.

–Imposible –se aleja y pasa a mi lado, yo le sigo. –Este pent–house tiene cámaras en todos los rincones y créeme nunca darás con ellas.

– ¿Me podrías ver haciendo pis?

–E incluso verte masturbándote –ahogamiento, la saliva se me va por otro lado y comienzo a toser, este enarca una sonrisa, su lengüita rosadita y bella se pasea por sus dientes. –Lamento ser un hombre sin tapujos.

Por Favor, Solo Ámame ·Saga Por Favor #1· ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora