¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces?
Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...
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En este momento, la tensión es realmente palpable, si tuviera en mi mano un cuchillo muy filoso, juro que podría cortarlo y todo. Las miradas están encima de Oriel y Aurora, ¿Pero que hace el dulcito de Oriel con ella? ¿Qué es lo que ocurre? ¿Cómo ella puede ser tan descarada de ese modo?
Mi vista viaja de inmediato al abuelo Hunther, es muy notorio su enojo, pero gracias a Varsha quien está a su lado lo mantiene un poco controlado, quien está junto a Oriel es Balián, quien quizás intenta apaciguar las cosas, pero en este momento quien esta en una furia que es imposible de detener es Bajhor. Todo se esclarece a mí alrededor, vuelvo a la realidad y los gritos y los empujones de parte de Bajhor son intensos, intento controlarlo pero me es imposible, algo se desato en él, ¿Qué es lo que ahora está pasando?
-¡Eres un maldito traidor! –Oriel observa a Bajhor, yo no comprendo absolutamente nada. – ¡Sabia que eras un traidor! ¡Eso eres! –Balián intenta controlar a Bajhor pero es imposible, el pelinegro le da un empujón tan fuerte que lo aleja y aprovecha de tomar a Oriel con mucha fuerza de su traje, yo como puedo me escabullo y quedo junto a ambos, intentado ya alejar de una vez por todas a Bajhor. – ¡¿Cómo puedes traerla para el cumpleaños del abuelo?! ¡¿Acaso eres estúpido o cuando eras bebe te dejaron caer y te diste en la cabeza?! –oh por dios Bajhor, ¿En serio?
-Deberías calmarte primito, deja de hacer el ridículo frente a los invitados –siento una sensación extraña al escuchar a Oriel de ese modo tan frio y neutral, una sonrisa de lado en sus labios. –Vas a causar un malestar en el viejo Valentín, por favor, calma.
-¿Cómo me pides calma? ¿Eh? –Bajhor se aferra más a su traje, lo sacude con fuerza. – ¿Por qué la has traído? ¿Qué mierdas pasa contigo?
-Bajhor, mi amor –en ese momento mi vista viaja a Aurora, el pelinegro la mira fijo, la repulsión en su gesto. –Ya cálmate, yo...
-¡Cállate! –dice Bajhor entre dientes. –Cállate de una puta vez Aurora y lárgate inmediatamente, ¿Qué acaso no entiendes? –Bajhor suelta tan fuerte a Oriel que este se tambalea un poco y ahora me enfoco entre él y Aurora. –Me estas pidiendo guerra ¿Tu también? –trago duro, observo la conmoción de la castaña en su mirar. –Debes ya dejar de una vez estar de rogona –yo tomo la mano de Bajhor, este me suelta con fuerza así sin más, se acerca aún más a Aurora. –Eres nada, escucha muy bien, nada.
Silencio, confusión, ¿Decepción? Todo se me arremolina sin más y comienzo alejarme poquito a poco, quien pasa a mi lado es Anette, la madre de los chicos, observo como esta le habla a Bajhor y logra inmediatamente alejarlo de toda esta situación y lo lleva dentro de casa. Yo extrañamente bajo mi mirada, observo la mano que tomo la del pelinegro y siento un extraño vacío al verla, la música de fondo vuelve y aunque todos intentan no darle tanta importancia a la situación, es algo que da de hablar.
En la distancia noto a Aurora, todas las miradas esta sobre ella y en un simple chasquido de dedos esta se da media vuelta y se marcha, ¿Cómo puede ser tan descarada? ¿Cómo puede continuar causando malestar en esta familia? Yo por mi lado intento tomar otro camino y elijo el camino de piedrecillas que me dirige a cualquier lugar lejos de todos.
