¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces?
Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...
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Para Frida, aparte del otoño y sus festividades amaba profundamente cuando la navidad llegaba, le gustaba decorar la casa, colocar muchas luces de colores y flores con mucha brillantina, le gustaba armar el árbol aunque en esta segunda oportunidad lo está haciendo sola nuevamente. Baja con mucho cuidado de la escalerilla de tres escalones, ella sonríe al ver la acción que hace, en su mente no deja de pasearse la idea de que ella está siendo una completa exagerada pero ella tiene motivos, o mejor dicho, tiene un motivo por el cual debe cuidarse mucho.
Después de colocar el muérdago cerca de la puerta de entrada a la casa, toma camino a la cocina para revisar cómo van las galletas que ella con mucho esmero y amor ha preparado para la noche buena. Lamentablemente Mark y su tía no vendrán hasta después de la media noche, pero al menos tendrá la dicha de compartir una cena con la compañía de su esposo y sabe que al darle la noticia todo cambiara, ella tiene la fe, la esperanza de que será de ese modo.
Al notar que a las galletas no le hacen falta más cocción, de inmediato deja todo preparado y se encamina a su habitación. Allí, se despoja de la ropa y se adentra al cuarto de baño para darse una ducha y luego arreglarse antes de que Abdón vuelva a casa, es mas de las ocho de la noche y de seguro llegara en cualquier momento y ella quiere estar lista para cuando él ya esté en casa.
Después de darse una ducha, salir y arreglarse para la ocasión llevo el pequeño pero muy significativo obsequio que sería para Abdón, lo dejo bajo el árbol de navidad y desvió la mirada al reloj de la mesita, nueve y treinta de la noche y el aún no ha llegado. Frida se sirve un poco de ponche sin alcohol que ella preparo y toma asiento en el mueble que esta junto a la ventana que da con el frente de casa.
Se da un sorbo y lleva la mirada a las afueras, espera ver el coche policial llegar y nada, se pasan segundos y minutos y nada, observa a sus vecinos tener a su familia en casa, Frida lleva la palma de su mano a él vientre y suspira, se dice repetidas veces que todo va a estar, que él está por llegar y que no la dejara plantada, deja el vaso sobre la mesita céntrica y de pronto se acurruca en el mueble, coloca su frazada favorita en sus piernas y se mantiene con la mirada fija en la ventana.
Escucha el sonido de una puerta de coche siendo cerrada con mucha fuerza, lucha con el sueño que ahora tiene y aprieta con fuerza sus ojos para espabilar este, mira el reloj en la mesita de noche y nota que ya es media noche, que ya es noche buena y el sonido de la puerta de casa siendo abierta le hace saber que él ya está aquí, pero algo pasa, algo de inmediato hace que su sangre se agolpe en los pies y el temor comience.
Abdón comienza a silbar y su cuerpo se encuentra petrificado en su lugar, como puede en silencio corre en dirección a la cocina y se coloca detrás de la encimera, intenta llamar a su primo, pero las líneas están colapsadas y lo único que le toca es escribir un rápido mensaje que solo reconoce Mark y lo envía. Se sienta sobre el suelo, abrazando sus piernas, el silbido se intensifica más y ya su cuerpo no hace más que temblar una y otra vez, se abraza con más fuerza, le pide a Dios que no la abandone en este momento, que ocurra algo y que Abdón no dé con ella, pero ya es muy tarde para plegarias, Abdón ya dio con ella.
