Quisiera arrebatarle esa sonrisa arrogante que tiene plasmada en sus labios, quisiera lanzarle el tenedor directo a su cara, que le dé con todo, pero, por otro lado, quisiera borrarle esa sonrisa plantando mis labios en los suyos. No sé cuántos gemidos me han brotado de los labios, no se cuanta es mi humedad, no llevo la cantidad de palpitaciones en mi intimidad, no sé si quiera que hacer en este momento.
Él tiene tranquilidad, no está sufriendo como yo, pero sé que lo disfruta en cada momento que de mis labios sale un gemido que me cuesta retener, solo me mira de reojo y una sonrisa de boca cerrada se forma en sus labios. Me tiene sufriendo, me tiene casi que convulsionando de placer y esto no es justo, no me parece justo el hecho de que yo este jadeante, mojada y con un jodido vibrador en mi vagina y él este allí simplemente disfrutando su comida.
Así que opto por mi artillería pesada a pesar de que el cuerpo lo tengo casi que a su merced. Me inclino a un lado, este me observa con suspicacia, le doy una corta sonrisa, en ese momento y debido a mi movimiento Camilo se mueve un poco y me da con más presión, cierro mi mano en un fuerte puño y dejo salir aire de mis pulmones, inhalo de vuelta y me encargo del broche de mi sandalia derecha.
Logro lo cometido y vuelvo a mi posición, cierro mis ojos debido a que ya mi intimidad no puede más, no pierdo tiempo y con prisa alzo mi pierna, me inclino más hacia delante y llego hasta ese lugar que anhelaba llegar, la entrepierna de Bajhor. Aquel da un respingón en su lugar y pasa a mirarme, yo enarco una ceja, este reprime una sonrisa en sus labios.
–No te cohíbas de nada, amor –la manera arrastrada de cómo me dice amor me prende a tantos niveles. –Muéstrame lo que tienes.
Comienzo a masajear, tomo con mucha fuerza la servilleta que reposa en mis piernas ya que la posición en la que me encuentro logro presionar aún más el vibrador y siento el vibrar muy, muy intenso. Mis dedos masajean el bulto que comienzo a sentir en Bajhor, lo observo, este suspira y cierra sus ojos por simples segundos, yo comienzo a sentir la dureza, comienzo a sentir las ganas que me carcomen y sé que a él también.
–Señor... –me sobresalto.
– ¡Carajo! –mascullo muy bajito, quedo inmóvil, observo al chef junto a Bajhor este se inclina más a la mesa para evitar que vea lo que hago con mi piecito.
–S–sí, dígame –una sonrisa de lado se forma en mis labios.
–Quería saber, si ya es hora para traer las ostras –los grises claros se enfocan en mis verdes, lentamente niego ante ello, Bajhor sonríe.
–Creo que la noche de hoy, no tendremos ese privilegio, la señorita acá –presiono con fuerza mi pie en su erección, este se sobresalta, ríe un poco. –Ella... Ella ya tiene suficiente con lo que hemos cenado, gracias.
–Como usted diga señor Hunther, buenas noches.
El chef se retira y yo paso a darme un sorbo de mi copa, Bajhor lleva una de sus manos a mi pie y observo como lo mira y sonríe. A mí, de un modo u otro me llega a encender, me provoca y me excita la forma en como solo observa algo tan simple de mi cuerpo, mi pie.
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Por Favor, Solo Ámame ·Saga Por Favor #1· ★
Romance¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces? Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...