¡Hey, Bajhor Hunther! ¿Podrías llegar a caer en aquello que te juraste nunca caer? ¿Podrías llegar a sentir atracción por algo que para ti no es atractivo? ¿Llegaras a implorar por un amor que no te mereces?
Frida Kayenston sabe lo que es vivir con...
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-¿Crees, que algún día yo pueda llegar hacer feliz? –nuestras manos entrelazadas van y vienen, volteo a verle, la luz del sol hace que entrecierre mis ojos, pero su cabello rubio resalta aún más. –No lo sé, en ocasiones me da miedo mamá, no quiero que...
-¿Te ocurra lo mismo que a mí? –llevo la mirada al frente, asiento levemente. –Frida, aun estas de corta edad para pensar en si llegaras hacer feliz con una persona –se queda en silencio unos segundos, retoma sus palabras. –Pero supongo que la ausencia de tu padre de un modo u otro te ha afectado.
-No del todo, mamá –nos detenemos, sonrió. –Papá decidió perderse toda una bonita vida junto a nosotras, siento más pena por él, que por nosotras –me encojo de hombros, esta ríe.
-Tú serás feliz Frida –dice y continuamos la andada. –Pero debes saber que la vida feliz lleva su tiempo.
-¿A qué te refieres? –nos detenemos nuevamente y esta de pronto toma mis mejillas y me mira fijo, sus ojos ambarinos me miran fijo, mis verdes son gracias a los genes de mi padre. – ¿Sufriré mucho para obtener mi felicidad? –asiente levemente.
-La vida es esto Frida, subir, caer, pelear, declinar, volverlo a intentar, lágrimas, sudor, esfuerzos, vinimos a este mundo para pasar un montón de cosas, pero si tú, tienes muchas fuerzas y nunca permites el decaer, créeme mi amor, serás feliz.
-¿Tu pasaste todo eso para lograr ser feliz? –esta sonríe y asiente levemente. –Creo que, considerare ser feliz –mamá suelta una risotada y logra abrazarme.
-No digas eso Frida –nos alejamos un poco, nos miramos fijo. –Pase todo eso, pero mi recompensa fuiste tú, quien fue mi más grande felicidad fuiste tú, y mi amor, no lo olvides nunca.
Sonreímos y retomamos el camino de regreso a casa, el olor a flores silvestre a nuestro alrededor es intenso, es primavera y el parque por donde nos movilizamos está repleto de flores, muchas mariposas van y vienen y el cantar de las aves es como una dulce y tranquila melodía. Llevo la mirada al frente, las palabras de mamá se afianzan a mis pensamientos y tengo esa extraña cosa que me hace ser curiosa, desde los diez he sido así de preguntona y para nada cohibida de indagar e indagar más.
¿Una de las cosas que me gusta de mamá? Ella tiene respuesta para todo, siempre que tengo una duda, ella ya tiene la respuesta correcta para ello, creo que de allí viene mi forma de ser, creo que herede eso de mamá, aunque aún voy por la fase de preguntas, espero cuando este grande, siempre tener respuesta para todo.
-Cuando encuentres a alguien o algo que te haga feliz, tráelo conmigo, ¿Si? –volteo a verle, la observo con la mirada fija al frente. –Me gustaría conocer o saber qué es eso que te trajo felicidad a tu vida, y allí sabré cuanto luchaste para tenerlo en tu vida.
