Capítulo 17

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—¿Por qué tardaste tanto? —me preguntó Devon cuando entré al auto.

Me puse el cinturón de seguridad y permanecí rígido sin decir nada.

—¿Lucas?

A mi mente se vino toda aquella información y la procesé por quinta vez. Me sentí abrumado. Sacudí la cabeza y fingí una sonrisa.

—¿Cómo?

Devon rodó sus ojos como si no me soportara y comenzó a conducir. Durante el camino se la pasó hablando, cosa que era extraña, mientras conducía a una velocidad muy rápida. No lo había notado, pero Devon era algo salvaje manejando. Yo por mi parte trataba de mostrarme tranquilo y aparentar normalidad y no nervios o enojo cuando realmente era así como me sentía.

Tyler no tuvo de otra más que decirme toda la verdad. Después de descubrirlo, lo encerré en el cuarto del conserje y bajo llave, me lo confesó todo.

Resultó ser que quien lo golpeó para empezar, no fue Collins, sino Conall. Y lo hizo porque lo había descubierto amenazando a Devon sobre mandar la foto de ella y el subdirector a toda la escuela. Él iba camino a una de sus clases cuando sin querer, le tocó ver y escuchar esas cosas en el momento y lugar equivocado. Dice que antes de que Conall pudiera haberle hecho algo, él huyó, pero que al día siguiente no corrió con la misma suerte y fue entonces cuando lo golpeó. Lo amenazó con no decir nada sobre nada, y a partir de ahí no dejó de atormentarlo junto con su primo.

Absolutamente le creí todo a Tyler, pues todo tenía sentido y era absurdo que se inventara toda esa historia solo porque sí y hubiera fingido su aislamiento con nosotros. Desahogarse y contármelo todo fue como quitarse cien kilos de encima. Aunque ahora estaba más asustado que nunca por haberlo hecho, y lo entendía, pues solo había sido una víctima más por escuchar y ver cosas que no debía.

Ahora más que nunca sentía más repulsión y odio hacia Conall. Juro que si lo miraba lo mataba, así tuviera que terminar de joderme. Pero tenía que pensar con la cabeza fría, dejar a un lado los impulsos y actuar con inteligencia. Le daría su merecido a aquel bastardo, eso era seguro, pero lo haría de una forma cruel y elaborada; por Tyler y por Devon. Por Tyler, porque había sido abusado y oprimido sin culpa alguna, y por Devon, porque prácticamente habían arruinado su reputación de la forma más vil y baja posible.

Eso era otra cosa que no terminaba por entender. ¿Por qué rayos Conall había tomado esa foto y por qué era tan importante para él publicarla? ¿Había sido por el mero hecho de manchar la imagen de su ex, o había algo más?

Eso seguía frustrándome, y Tyler tampoco lo sabía. Pero gracias a él ahora teníamos una gran información. El rompecabezas poco a  poco iba tomando forma, y aunque aún había muchas piezas sin encajar, cada vez se recaudaba algo nuevo que nos era de mucha ayuda. Ahora aquella conversación de Conall con su primo en los baños del centro comercial tuvo sentido. Ellos hablaban de lo que harían con la foto, a eso se referían.

Malditos, ansiaba poner en marcha mi plan.

Ni siquiera me di cuenta cuando llegamos a la casa de Devon hasta que ella aparcó frente a su cochera.

—Llegamos —anunció.

Nos bajamos del auto y comenzamos a caminar hacia ella. Así en el día pude apreciarla mejor, ya que la última y primera vez que había estado ahí no lo había hecho. Era una casa grande de color blanca de tejabanes rojos muy bonitos; la cerca que separaba el jardín con el patio trasero le daba un aire vintage al lugar. Se notaba el toque femenino de una madre en los pequeños detalles, como las macetas que adornaban la entrada o en las enredaderas de rosales bien cuidadas en las ventanas.

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