Capítulo 22

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Seis palabras: no quería ir a la escuela.

Los párpados aún me pesaban y el hecho de que fueran las 6:25 am y el sol se estuviera colando por la ventana no ayudaba. Pero qué interesante éramos nosotros los humanos, ayer me quería morir y hoy me alegraba de ver el sol.

Eso quería decir que un nuevo día me esperaba, uno donde vería a Devon. Últimamente desde que habíamos comenzado a salir pensamientos cursis como ese se paseaban por mi mente de vez en cuando. Me había vuelto alguien mucho más sensible, y no sabía si eso era algo de lo que me debía preocupar o alegrar.

Con todo mi pesar, me levanté de la cama y me di una ducha. Cuando salí, me enrollé la toalla en la cintura y borré el vapor del espejo para verme. Tenía ojeras, ayer había vuelto a la una de la mañana y mis padres ya habían vuelto. Sonreí al recordar la noche anterior.

¿Era posible sentir tanta alegría y suerte al mismo tiempo? Sin duda sí, y yo era el claro ejemplo.

Después de haber estado con Heasly, Macky nos dio un recorrido por todo el zoológico a Devon y a mí. Visitamos a las focas mientras dormían, vimos a los leones, a los monos que nos habían visto y que con curiosidad habían sacado sus manitas para que los tocáramos. Macky nos habló de algunas especies, como las pitones. Sabía mucho, y aquel tour había sido el más especial y ameno que había dado en los tres años que llevaba de cuidador en el zoológico según él. Debo admitir que me cayó muy bien, el chico era demasiado agradable y te hacía reír con cualquier comentario, hasta me llegué a preguntar cómo él y Devon se habían hecho amigos por lo diferentes que eran.

Supongo que entre introvertidos y extrovertidos la amistad fluía mejor, Jahir y yo éramos la prueba.

Tómame y destrúyeme,

Las palabras de Devon sonaron en mi cabeza de repente. Su rostro esa noche apareció frente a mis ojos sin mucha claridad.

de todas formas mi alma ya está perdida.

Tomar y destruir eran dos cosas que juntas, eran sinónimo de sufrimiento. Razoné y quise entender, pero tenía demasiadas especulaciones que al final se desvanecían por lo incierto que resultaba todo y solo me confundían más. Me sentía abrumado.

Porque si algún día llego a sufrir más de lo que estoy sufriendo, quiero que seas tú quien me lastime y no alguien más.

Ella hablaba de un sufrimiento en tiempo presente y no en pasado.

Ella está sangrando frente a ti y no lo ves, susurró una voz en mi cabeza.

Ella está muriendo y nadie lo sabe.

¿Qué era lo que sucedía? ¿Por qué había dicho eso?

Promételo.

Yo se lo prometí, pero no lo cumpliría. Jamás haría eso.

Sabes que sí.

No.

Al final de cuentas, lo que ahora es bueno, terminará siendo malo y ambos saldrán heridos y lo sabes.

Quería hacer algo, porque a pesar de haber hecho lo que hice sentía que aún había mucho más.

¿Quieres ayudarla? Descubre lo que le pasa.

Salí del baño y me cambié para bajar y tomar un café. Cuando entré a la cocina, me sorprendió ver a mi papá tan temprano. Estaba en la mesa con muchos papeles esparcidos sobre la misma, tenía varias tazas de café vacías y sus ojos lucían cansados bajo sus gafas mientras tecleaba algo en su laptop. Ni siquiera se dio cuenta cuando llegué.

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