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Me siento en la mesa con Jess a mi lado. Laura se sienta frente a mi mientras mis padres terminan de preparar la mesa. Luego papá y mamá se sientan en los extremos y la cena comienza. Mis padres lucen felices y relajados con ella aquí y yo si apenas la saludé.

¿Qué puedo decir de mi hermana?

Sólo que no tengo relación alguna con ella. Cuando llegó en la tarde, nos saludamos y luego subí a mi habitación. Por desgracia, Laura es parecida a mi, pálida con el cabello negro pero más largo que el mio, por supuesto porque ella nunca lo perdió hasta quedarse calva, como yo. Los mismos ojos color miel y creo que lo único que nos difiere es que ella es mucho más gorda que yo.  

Mientras cenamos, ella cuenta sobre cómo es su vida en la capital y sobre el trabajo que consiguió en una empresa vinculada con un hospital como trabajadora social. Yo solo guardo silencio. A veces me pregunto si le tengo envidia por la vida que no se si tendré, pero luego decido que no, porque Laura nunca le puso pasión a nada. Cuando tenía mi edad solo se dedicaba a quejarse de mi y de la atención que según ella, robaba de mis padres.

Cuando la cena termina, doy una estúpida escusa de que me siento cansada y me voy a mi cuarto. Intentando subir las escaleras puedo escuchar como hablan de mi en "voz baja". Agarrada de la baranda, intento escuchar.

— Lo único bueno que pude ver, es que aún puede subir las escaleras sola, veremos cuánto tiempo falta para que te pida que la cagues papá. — Suelta Laura en una especie de tono de broma.

Por suerte, nadie se ríe.

— Estamos felices de que Male este mejorando. — Contesta Jess de manera amable.

— Además ya sabes como cansan los medicamentos a tu hermana. — Suelta mamá.

Laura ríe sin ganas.

— Si no son los medicamentos, es la quimioterapia, y sino, se está recuperando de alguna cirugía... Siempre está cansada. Es una pena... — Finaliza como para que no suene tan malo lo que acaba de decir.

— Lo importante es que la tenemos con nosotros y si tengo que cargarla todos los días por la escalera, lo haré. — Suelta mi padre de manera brusca.

Por lo menos tengo quien me defienda. Laura se ríe como usando su estúpida risa como mecanismo de defensa.

— Si, yo también lo haría su pudiera. — Miente. — ¿Y ya eligió una carrera?

Claramente no le interesa, de ser así me lo habría preguntado en la cena. Sólo pregunta para cambiar de tema porque sabe que sus comentarios molestan a mis padres. Y se sentiría mejor al saber que aún no se lo que voy a estudiar y que mi vida no tiene algún sentido desde que terminé la secundaria. Porque le gusta verme así o al menos eso es lo que siento 

Cansada de escuchar, subo lo más rápido que puedo las escaleras, aunque sé que no puedo apurarme mucho. Por alguna razón, me siento desesperada por llegar a mi cama y que este día terminé de una maldita vez.

~•~

Al día siguiente.

Generalmente los viernes, mamá se va a trabajar a las 4 PM, pero no sin antes asegurarse de que me quede con Ceci, mi enfermera. Al parecer hay cambio de planes, porque Ceci aviso a mis padres que le surgió una emergencia y no puede venir a quedarse conmigo.

Ya son las 3:30 PM y mamá está como desesperada.

— Ya te dije que puedo quedarme sola.

Mi maravillosa creaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora