Capítulo 7: "O de Orgasmo" (PARTE 2/2)

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Emilio evitó a Joaquín durante todo el día del sábado. Tenía que estar completamente concentrado para lo que tenía en mente, y tenía que ser severo, pero asegurándose de que Louis estuviese bien y que estuviera listo para todo.

Se quedó en su habitación, jugando con la botella de aceite de semillas en sus manos, pasándola de una a otra, de nuevo y de nuevo.

Después de hacer nada desde que se despertó, decidió trabajar en un proyecto del trabajo. Sólo tenía veinticinco años, pero al siguiente año, existían rumores de que podría ser un socio. Sería el más joven ejecutivo que la compañía ha tenido si los rumores eran ciertos, pero eran bien merecidos.

Emilio había comenzado en la Agencia de publicidad de Austen y Meyers como pasante en su segundo año de Universidad, y constantemente subió por la escalera corporativa hasta lo que era ahora. La compañía le debía a Emilio un gran trato para la campaña de cereales que les había firmado.

El trabajo había sido muy estresante por lo que estos fines de semana estaban probando que era exactamente lo que necesitaba para el estrés.

Para el atardecer, Emilio había estado sentado en su cama haciendo nada desde hace tres horas. Aunque todo era estrategia. Joaquín se había reído de su entusiasmo, pero desde donde estaba podía ver la sombra de Joaquín paseándose por la sala de estar.

Lo estaba haciendo esperar a propósito; la anticipación lo excitaría mucho más para lo que planeaba.

Decidió finalmente sacarlo de su miseria, tomándolo por sorpresa cuando abrió la puerta. Joaquín tragó saliva y se dejó caer en el sillón.

—Joder, Emilio, me has asustado —exclamó Joaquín, parándose y aferrándose a su pecho.

—Lo siento —se disculpó, caminando hacia Joaquín. Su voz era más profunda de lo usual, y prácticamente marchó hacia él como si lo estuviese cazando. Sus movimientos le hicieron volver a sentarse en el sillón. Le miró con los ojos muy abiertos mientras él le sonreía, con fuego en los ojos.

—Levántate Joaco —ordenó, serio y lo hizo de inmediato. —Sígueme.

Le extendió su mano y caminó con Joaquín hacia la mesa de la cocina, dejándolo al lado de ésta.

—No te muevas —ordenó mientras quitaba el frutero de la mesa. Una vez que lo apartó, fue a su habitación por dos almohadas y las puso en la mesa en sentido vertical.

—Quítate la ropa —le dijo a Joaquín mirándolo directamente mientras se quitaba su camiseta sin mangas, sus pantalones de pijama, y sus bóxers mientras Emilio lo miraba hambriento.

—Mmmm... encantador —murmuró, moviéndose para quedar detrás de Joaquín.

—Me encanta el olor que tienes Joaco —murmuró contra su cuello mientras comenzaba a manejar su espalda. Emilio frotó sus caderas contra su espalda baja y Joaquín sintió lo duro que estaba. Él estaba usando pantalones, pero aun así podía sentirlo.

—Siéntate en el borde de la mesa – Joaquín lo hizo de inmediato, sentándose en el borde de la mesa con las piernas cerradas. Emilio siguió sus movimientos, mientras tomaba una silla y se sentaba enfrente de Joaquín, abriéndole las piernas y agarrando fuertemente sus muslos. Joaquín ya estaba totalmente duro, Emilio presiono la punta de su pene y Joaquín gruño, pero rápidamente saco su mano.

—Recuéstate —dijo Emilio, comenzando a empujarlo ligeramente con su mano en su pecho.

Una vez que estuvo completamente recostado sobre las almohadas en la mesa, él se volvió a sentar y lo acercó hacia él por medio de sus caderas. Su miembro estaba a pulgadas de su boca y Joaquín podía sentirlo. Se aferró con fuerza a las almohadas cuando él le sopló aire caliente en su parte más sensible.

Tentación incontrolable [Emiliaco] ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora