Capítulo 2: "V es por Vampiros" (PARTE 1/2)

1.1K 109 0
                                    

Era una fría tarde de noviembre en México y Emilio había engañado a Joaquín haciéndole creer que iban a ver El Rey León. Ellos habían pagado las entradas para ver la popular película de Disney, hasta que Emilio lo empezó a arrastrar a la puerta 4, en el letrero rojo parpadeante se leía "Entrevista con un Vampiro" programada para iniciar dentro de quince minutos.

Joaquín había protestado en los veinte pasos al cine, quejándose y murmurando que iban a ser atrapados, no parecían tener más de doce, lo que hacía que no hubiera ninguna manera de que los guardias de seguridad los dejaran pasar, así como así, pero el pequeño Joaco se había equivocado.

La suerte había estado de su parte aquel día, ningún guardia de seguridad había estado cerca de la puerta 4 y ellos se deslizaron en el ya oscuro cine, rápido y silenciosamente, para la gran sorpresa de Emilio. Él había figurado en su plan la posibilidad de que Joaquín cayera e hiciera una escena, lo que les haría ser capturados. Él lo había arrastrado de la mano hasta los dos asientos que había localizado hasta atrás. Él había ido tan lejos que hasta había pensado en preparar bocadillos y algunos de los jugos de cincuenta centavos, incluso recordando que el único sabor que le gustaba a su amigo era el de fresa. Incluso se las arregló para llevar dos bolsas de las papas que su amigo tanto amaba.

Joaquín no había puesto atención alguna a los cortos, demasiado asustado por el guardia que acababa de entrar a la sala, pero una vez que salió de la pequeña sala, se relajó mientras la película comenzaba.

Decir que Joaquín había estado completamente absorto en la película desde el momento en que comenzó la exageración, era poco, Él no apartó los ojos de la pantalla de plata, en más, miró hipnotizado mientras Pointe du Lac, interpretado por el diabólicamente guapo de Brad Pitt, vagabundeaba por toda la pantalla antes de la transformación y después cuando Kirsten Dunst lo besa, Joaquín casi cayó de su asiento. ¿Por qué no puedo ser ella? Pensó.

Ese día se despertó su obsesión con los vampiros, los chupasangres, vrykolakas, nasfaratu, strigoi, los demonios, como quieras llamarlos. Así que, cuando sacó del sombrero el pedazo de papel blanco con la letra V, fue una inmediata respuesta para él, aunque trató de pensar en otras cosas, en verdad lo trató, fue inútil.

Joaquín pasó la mayor parte del domingo pensando en las cosas que podría hacer con la letra V, buscó posiciones diferentes, como la Ostra Vienesa o la posición de la Victoria. Pensó jugar desnudos Voleibol, aunque eso no sonaba muy divertido en el frío clima de febrero, pero la palabra Vampiro no dejaba de aparecer, y él sabía que Emilio lo averiguaría el viernes en la noche cuando él le pregunte qué letra era, sería una reacción instantánea, Joaquín le diría la letra, Emilio haría ese extraño guiño mientras piensa, y una vez que lo averiguara haría esa maldita sonrisa torcida que hace que hasta los bóxers se te cayeran solos , y entonces él gruñiría en molestia, sólo por el infierno de la misma.

Emilio sabía la obsesión de Joaquín por los vampiros; después de todo era su culpa. Después de ver la película, él lo había arrastrado a la librería para comprar ese libro. Él ni siquiera tenía idea de que la película estaba basada en un libro. De todo lo que él estaba consciente, era que había desnudez. Había oído hablar a los profesores acerca de ello en las horas de descanso y él supo de inmediato que lo tenía que ver, porque: ¡Hola, un hombre vampiro desnudo! ¡Quien no se excitaría con eso! Quién sabría que él estaba creando una nueva obsesión para Joaquín.

El pequeño empezó con Anne Rice, en Entrevista con Un Vampiro y con todo lo relacionado con vampiros, desde Drácula de Bram Stoker a Buffy la Caza vampiros, desde aquel día se hizo una búsqueda para Joaquín conseguir parafernalia de vampiros como fuera posible. Para la Navidad de ese año, Emilio uso el dinero que le había enviado su abuelo por su cumpleaños en la primera versión limitada de Drácula para Joaquín, y hasta este día, en cualquier momento en el que Joaquín abriera la inscripción que le había hecho en esa entonces su mejor amigo de once años, el siempre sonreiría.

Tentación incontrolable [Emiliaco] ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora