«Algunas emociones no hacen mucho ruido. Es difícil escuchar el orgullo. El cuidado es realmente débil, como el latido del corazón. Y el amor puro, porque, algunos días es tan silencioso, que ni siquiera sabes que está allí», Erma Bombeck
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El desayuno del domingo fue agradable para Emilio. Joaquín y el habían salido a una pequeña cafetería que tenía el mejor pan francés y los mejores huevos revueltos en un radio de diez millas. Usaban la cantidad justa de canela y azúcar al gusto de Joaquín y él. Se sentaron en una de las mesas y se rieron ante la joven pareja que prácticamente se comían con los ojos.
—Son las diez de la mañana, se podría pensar que podrían tener un poco de decencia — bromeo Joaquín mientras comía sus huevos.
—Son jóvenes y están enamorados, recuerda lo que es, el ardiente deseo de querer comerse a alguien que realmente quieres cada vez que haya oportunidad.
—Sí, pero no en público —replicó el menor.
—Especialmente en público —bromeó él, mientras encontraba el muslo de Joaquín con su mano. Joaquín se apartó rápidamente, levantando su tenedor en forma amenazante, él se río.
Cuando llegaron a casa, se encerró en su habitación para trabajar en su nuevo proyecto, casi por dos horas, miró inexpresivo la hoja de especificaciones que había recibido. Ellos querían a alguien amigable comercial que agradara tanto a niños como adultos. Esa no era la parte difícil, si no que estaba tratando de vender pasta de dientes. No había forma de venderla si aburrir a las personas con los hechos básicos de la pasta dental, el flúor, la placa y toda esa mierda.
Y cuando de alguna manera estaba avanzando con la campaña, con algo parecido a una monstruosa placa y una pasta de dientes plateada con una gorra, se dio cuenta de que no había escuchado a Joaquín desde que regresaron a casa. Cuando finalmente salió de los confines de su habitación, encontró la puerta de su amigo cerrada, lo cual era extraño pues él siempre tenía la puerta abierta, incluso si dormía. Dentro de la habitación, lo encontró encaramado junto a la ventana.
Estaba sereno, y silencioso.
Entonces fue allí, justo en ese momento, cuál sería la letra que usaría.
No le dijo nada a Joaquín y volvió a su habitación para volver a trabajar con su proyecto.
...
La presentación del proyecto se fue sin ningún problema en la tarde del lunes. A la compañía dental les encantó la idea de una pasta de dientes súper héroe combatiendo la placa y explicando por qué era mala. Era brillante porque entretenía y además informaba, o al menos eso era lo que había dicho la compañía dental después de que Emilio terminó.
Emilio celebró el contrato de un millón de dólares dejando el trabajo temprano y cocinado una enorme cena para él y Joaquín, con champán incluida. Todavía con su brillante victoria, el martes pasó rápidamente a pesar de que sólo estuvo en su oficina garabateando en una libretilla y viendo videos de YouTube.
El miércoles, Kiko vino a visitar a Emilio al trabajo y demostró ser algo divertido y desconcertante al mismo tiempo. Kiko sacó a almorzar a su hermano como felicitación por la reciente adquisición de su nuevo cliente. Los dos se dirigieron a un bar local de deportes por algunas hamburguesas y cerveza, para celebrar. Fue durante la espera por su comida que Kiko trajo al tema algo que hizo caer el estómago de Emilio, literalmente.
—¿Con quién está saliendo Joaquín? — preguntó, y Emilio sintió que su cara se palidecía. No sabía que Joaquín estaba saliendo con alguien, él no había mencionado nada. No fue sino hasta que su hermano explicó que se relajó.
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Tentación incontrolable [Emiliaco] ADAPTACIÓN
FanfictionEl saco el sombrero del cajón, lo sacudió dos veces y se lo tendió a Joaquín. Ellos sabían cual letra era, pero esa era la forma en que en que habían llevado el juego desde los cuatro meses atrás donde habían empezado.