La cabeza de Joaquín salió del agua más rápido de lo que esperó, por el oleaje del agua empujándolo hacia arriba. Jadeó por aire mientras sus pulmones trataban de ajustarse a la sensación de aire llenándolos. Quitó el agua y apartó el cabello de sus ojos desesperadamente mientras trataba de ajustar su visión para ver en dónde había caído.
Por unos momentos, Joaquín olvidó en dónde estaba y quién estaba con él mientras trataba de familiarizarse con el área encima del agua. Mientras trataba de respirar con normalidad, un par de brazos lo rodearon y lo giraron. Se encontró con la intensa mirada de Emilio, quien tenía el cabello hacia atrás a causa del agua, y al igual que mucha de su propia ropa, su camiseta estaba pegada a su cuerpo.
Sus manos liberaron su cintura por debajo del agua y los dos permanecieron flotando allí en silencio antes de que sus manos encontraran camino en su rostro.
Él tomó sus mejillas antes de hablar.
—Dilo otra vez Joaco — jadeó a través de respiraciones profundas mientras dejaba sus ojos viajar de sus ojos a sus labios. Joaquín sonrió y mordió la comisura de su labio mientras veía su pecho levantándose y hundiéndose al mismo tiempo causando pequeños oleajes entre ellos. —¿Por favor Joaquín? ¿Por favor dilo de nuevo? Quiero creer que no estaba escuchando cosas —suplicó Emilio
— Tonto, no estabas escuchando cosas —murmuró Joaquín y los ojos de Emilio se abrieron al máximo por la confesión. Usando la fluidez del agua, Emilio se movió más cerca de él, entrelazando sus piernas.
—¿Entonces? —preguntó desesperadamente y Joaquín sonrió.
—Te amo Emilio, siempre te he amado—afirmó Joaquín, sinceramente y Emilio se abalanzó hacia él, acercando su rostro hacia el suyo y besándolo apasionadamente. Sus labios se moldearon a los de Joaquín en perfecta sincronización. Era lento y amoroso y sin embargo completamente imperturbable mientras flotaban en el agua. Cuando sus labios se bajaron para succionar su labio inferior, los de Joaquín se movieron para tomar su labio superior. Sus manos se hundieron en su cabello mojado y las de él también.
— Dilo de nuevo —susurró Emilio y Joaquín accedió.
—Te amo.
Sus labios se encontraron con los de Joaquín de nuevo. Sus dientes chocaron por un instante antes de que alentaran sus movimientos.
—¡De nuevo! —murmuró contra su boca y Joaquín río y accedió una vez más.
—Te amo Emilio, Te amo, ¡Te amo! —gritó y Emilio comenzó a reírse. Joaquín había ido muy lejos; su corazón se llenaba y explotaba cada vez que lo decía. Joaquín levantó sus ojos para mirarlo realmente y fue recibido por la más pura y sincera emoción.
—Te amo tanto —murmuró Emilio mientras lo acercaba de nuevo a él. Pasó sus dedos por su espalda sobre sus ropas mojadas y agarró su cuello suavemente mientras los bajaba.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Joaquín mientras su barbilla rozaba la superficie del agua.
—¿Confías en mí? —preguntó Emilio seriamente.
—Con mi vida.
—Entonces confía en mí ahora mismo —replicó Emilio, inclinándose hacia adelante para besarlo. Sus labios encontraron los suyos fuertemente y los bajó lentamente hacia el agua. Joaquín estaba seguro de que, si sus piernas no estuvieran entrelazadas, ya hubiese regresado flotando a la superficie. Sin embargo, permanecieron allí, agarrándose uno al otro y sumergidos en el agua. Sólo estaban presionando sus labios contra los del otro. Era un beso surreal. Todo lo que Joaquín podía sentir era a Emilio. Todo lo que Joaquín pudo ver cuando abrió a sus ojos fue a Emilio. No importaba que el agua picara sus ojos. Todo lo que podía escuchar era el vacío del agua. El beso no duró mucho antes de que Emilio los devolviera a la superficie. Emilio simplemente agarró a Joaquín y lo miró y Joaquín, aunque la mirada era extraña, no puedo evitar estar cautivado y encantado por esta.
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Tentación incontrolable [Emiliaco] ADAPTACIÓN
Hayran KurguEl saco el sombrero del cajón, lo sacudió dos veces y se lo tendió a Joaquín. Ellos sabían cual letra era, pero esa era la forma en que en que habían llevado el juego desde los cuatro meses atrás donde habían empezado.