Capítulo 29: " La Última Letra (The Last Letter)"

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Chicos Chicas les traigo el penúltimo capitulo de esta hermosa historia espero le guste

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Emilio se levantó temprano en la mañana del sábado gruñendo porque sus músculos protestaban ante el más suave movimiento. No importaba qué moviese, todo dolía. Hasta ladear la cabeza para mirar a Joaquín fue doloroso, pero esta vez no le importó.

El día anterior había sido como una piedra base en su relación con Joaquín, si eso era lo que tenían. No lo habían hablado, pero Emilio estaba más que seguro de que eso era, sin tener en cuenta cual era el título. Sabía que eran novios, aunque esas palabras no sean explicitadas; todo estaba claro. Se dio vuelta muy lentamente y apoyó la cabeza en la palma de su mano para mirar a Joaquín, tratando de no mover su cuerpo demasiado. Joaquín estaba dormido, acurrucado contra su pecho. Su pelo estaba todo desarreglado, su respiración era tranquila y su mano agarraba la cadera de Emilio su meñique escondido bajo el elástico enrollado de sus pantalones de gimnasia. El lucía tan pacífico dormido. Por unos minutos lo miró dormir, dejando a su abarrotada mente descansar. Su sueño había sido sin descanso, pasando la mayor parte del tiempo moviéndose y dando vueltas hasta que finalmente se adormeció en un profundo sueño. Su mente estaba consumida por los rumores que había oído en el trabajo, y no sólo el que le había comentado a Joaquín. Estaba preocupado por llevar su carrera al siguiente nivel, y eso era lo que había esperado desde que trabajaba en la empresa. Pero las cosas habían cambiado, tantas cosas eran distintas ahora. Había otra persona involucrada ahora, alguien que él debía considerar, y eso era en lo en lo único que había podido pensar en los últimos días, pero trataba de apartarlo hacia el fondo de su mente, aunque sabía que Joaquín se daba cuenta de que algo estaba mal. Él siempre reconocía sus emociones. Emilio toco lentamente la mejilla de Joaquín con mucho cuidado de no despertarlo, acomodó su mano en la parte baja de su espalda y empezó a pasar los dedos por su espalda. Joaquín hizo un pequeño gruñido entre sueños y Emilio sonrió para sí y sacudió la cabeza. Todavía no podía creer que hubiera tardado tanto, tantos años, en darse cuenta de quién estaba enfrente de él. El día anterior había sido tan intenso. Aunque se habían reído durante el día, había sido muy diferente de la rutina. Era obvio que un día como ese era necesario en su relación, tan emocional como lo fue. Supo que Joaquín necesitaba decir y demostrar todo lo que sentía, y fue realmente increíble, aunque cuando sugirió saltar, su corazón se le fue a la garganta. Imágenes de años anteriores bombardeaban su cerebro mientras miraba por el borde del precipicio, pero saltó pese a todo. Estaba tan feliz de haberlo hecho, aunque ahora su cuerpo se lo estuviera cobrando.

Sumido en sus pensamientos, Emilio no había notado los ojos de Joaquín abrirse. Su mano había viajado por el borde de su rostro y luego más al centro sin que él se diera cuenta. Joaquín estaba tratando de quitar la tensión de su entrecejo.

—¿Haciendo cuentas en tu cabeza Osorio? — bromeó vagamente con una voz ronca mientras él se daba vuelta para ver que Joaquín todavía se estaba despertando. Sus ojos eran extremadamente cafés, cada vez que lo miraba, se perdía en su mirada.

—Siempre Joaco, siempre. —

— Maldición, me duele el cuerpo, — gruñó Joaquín y Emilio río.

—A mí también. Quizá saltar de un acantilado no fue la cosa más inteligente, — lo reprendió y Joaquín lo pellizco en el brazo.

—Ey, te digo que me duele todo el jodido cuerpo y tú tratas de pegarme. Eres realmente malo. —

—Tú más, — Joaquín lo provocó y Emilio lo hizo rodar sobre él. Ambos gimieron de dolor antes de que Emilio dejara a Joaquín de nuevo en la cama.

Tentación incontrolable [Emiliaco] ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora