Reviviendo mi pasado

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El lunes cambié de turno me tocaba trabajar el martes en la mañana, el lunes tuve día libre.

El martes marqué tarjeta en la entrada y me dirigí a mi horario de trabajo. El señor Molano me mandó llamar a su oficina

-Ingeniero Arango, desde hoy va a colaborar en el área de oficinas, necesito que traiga su diploma y su acta de graduación.

-Señor Molano muchas gracias por su confianza, pero es que estoy saliendo de una etapa que no quisiera recordar, yo estoy conforme con mi trabajo.

-Ingeniero Arango, es su oportunidad de ascender, yo lo necesito aquí para que me colabore.

Me dejo sin argumentos. Le colabore, no quería que me investigara.

-Bueno señor, mañana le traigo mi diploma, esta es mi tarjeta profesional.

Le saco copia a mi tarjeta y me la entrego. Me ordeno solicitar unas cotizaciones a proveedores, llego la hora del almuerzo, fui al casino y encontré a Carolina recogiendo la losa sucia y colocando en un carrito. Me toco almorzar a las 12 en punto centraba a la una.

Los ingenieros nos hacíamos en mesas diferentes, me miro se asombró y siguió en su oficio, me sentí incomodo, esa noche me esperaba un interrogatorio, le iba a decir parte de la verdad.

En la noche estaba en la zona de ropas recogiendo mi ropa, ella entro a extender una ropa que tenía en la lavadora.

-Buenas noches.

-Buenas noches, de manera que ahora es ingeniero, ¿Por qué no me lo dijo?

-Sí, es una larga historia, si soy ingeniero. Quería trabajar en otro campo, estoy acabando un ciclo... Ciclo un poco doloroso. Al hablar ni siquiera la mire, no podía explicarle, no quería decirle más mentiras.

-Tranquilo no soy quien, para juzgarlo, usted tampoco sabe nada de mí y me ayudado mucho con mis hermanos, todos tenemos nuestros secretos,

-Somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que hablamos.

-Qué bonito, que frases la voy anotar. Es frase suya.

-No me lo dijo una persona muy sabia mi tío Alejandro, el solía darme muchos consejos.

-Qué bueno, yo no he tenido muchas personas de que aprender, siempre he estado sola, con mis hermanos.

-Bueno Señorita Carolina, en mi tiene usted un amigo en quien confiar.

-Muchas gracias, ingeniero Gabriel Arango. Me dio un abrazo y me pregunto.

-Ese si es su verdadero nombre.

-Claro le dije correspondiéndole el abrazo.

Los niños nos miraron sorprendidos.

-Ya no están enojados. ¡Se contentaron! Dijeron en coro.

Mire asombrado a Carolina sin soltarle las manos, note que se puso bastante nerviosa, entonces creí comprender todo, se había enterado desde el domingo por eso el lunes no la vi en todo el día.

-Estos niños si son muy chistosos, con las que salen. Vamos a comer. Me dijo

Fui con ellos al comedor. Nos dio milo frio con sándwich.

-uy nana que rico, nos pagaron la lavada de ayer, sirvió trabajar todo el día.

-Si señoritos y esta es su paga, les hice su comida favorita.

-Trabajaron ayer.

-Si ayudamos a lavar dos apartamentos, los desocuparon y nosotros los lavamos.

Carolina era muy trabajadora, no tenía descanso, que mujer tan valiosa, y estaba enseñando a sus hermanos a no ser holgazanes el amor al trabajo.

Teníamos el mismo turno, nos encontrábamos en la noche y le ayudábamos hacer las tareas a los niños.

-Quien sabe quién invento la matemática, que cosa más aburridora decía Diego

-No manito, miles es fácil, cero redondos como un anillo, el uno es un palito el dos es un patico.

-Si como no haga estos fraccionarios. Dijo Diego.

-ven te ayudo, lo importante es que se aprendan la formula base y con ellos resuelve todos los otros, las propiedades de la suma. Multiplicación y división.

-Uy, pues ahora ya quedé peor, ya me duele el cerebelo. Dijo Diego

-Mejor que te duela eso y no el trasero de los correazos que te voy a dar si me pierdes esa materia.

-Tranquilo, venga y le ayudo a resolver el primero.

El viernes almorcé con varios ingenieros, el jefe se hizo con nosotros, llamo a una de las mujeres que trabajaban en la barra para que nos atendieran.

En la empresa comentaban mi acenso, algunos con envidia y otros se admiraban que en menos de un mes yo hubiera ascendido.

Ese día llego el Ingeniero Martínez el conocía a mi padre, me saludo de mano.

-Hola Ingeniero, como está tu papa, te mando a supervisarnos.

-Bien, está muy bien gracias por preguntar y no me envió a nada estoy por mi gusto.

-Ingeniero es un honor, que el hijo de uno de los socios mayoritarios este aquí con nosotros.

Hubiera tenido una cámara para grabarlos a todos, parecía que estuvieran en cámara escondida. Me sentí descubierto, debía salir de allí corriendo. Salí busque un bus que me sacara de allí. Vi un Dron volando cerca de mí, supe de inmediato que era mi hermano Sebastián, me habían descubierto. Él era ingeniero Mecatrónica. Le ayudaba a mi padre con todo lo que tenía que ver con la tecnología, el sueño de él, era fabricar un brazo mecánico, o una pierna para ayudar a la persona que perdieron estos miembros en la lucha contra las minas antipersonas, había campesinos, gente del ejército, que habían encontrado dichas minas, quedaron vivos, pero perdieron alguno de sus miembros.

Vi a mi hermano, me dio alegría verlo llevaba varios meses sin verlo.

-Hola nano como vas.

-Bien manito, aquí jugando al espía. Nuestro padre te necesita, tenemos la reunión anual, debemos elegir entre mi padre y mi tío para que nos represente y dirija nuestras empresas.

-Qué bueno, ahora si me necesitan. Yo voy, pero quiero que me dejen seguir trabajando aquí.

-No te preocupes sigue aquí, necesitamos tu voto, solo falta ubicar dos miembros más de la junta y te avisamos.

Enci Silva

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora