Noche de Navidad

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Capítulo 13.

El 24 de diciembre la noche buena trabajamos hasta las dos de la tarde, llegue al apartamento, me duche, cambie de ropa y Salí a comprar la bicicleta de Diego, fui al centro comercial y busque la muñeca que quería Ana miles, encontré todo en un mismo sitio, pase por una joyería y le compre una cadena de la virgencita, para Carolina, ella era muy devota.

Después de varias horas regrese al apartamento, estaba todo en silencio, aproveche y escondí los regalos en mi habitación. Quería que Ana miles, siguiera creyendo lo del niño Dios. Aproveche mi soledad, para entrar a mi cuenta personal, Messenger y enviarle mensajes de navidad a mi madre y mis hermanos. Estaban conectados y hablamos un largo rato. Me entere la fecha de la gran reunión.

Llegaron los niños corriendo.

-Hola veci, miles la muñeca que me dieron en la novena.  Dijo Ana mile

-A mí me dieron disque un carro, yo no tengo edad de carros. Dijo Diego

-Qué bueno, esta bonita tu muñeca, guarda tu carro, colecciónalo, no te paceré Diego.

-Veci mi nanita no llega, quien sabe dónde anda. Dijo Ana mile

-No sé, pero debe estar haciendo algo muy importante, ella no los dejaría solos porque sí. Aprovechen las vacaciones. Miren una película. Como siempre fue tema de discusión, Pero encontré un punto neutral, le gustaban las películas de acción a ambos, les puse Star Wars la amenaza fantasma.

Carolina llego y nos saludó.

-Hola amor como vas, niños que hacen, pense que estaban en la novena.

-Ya fuimos y nos dieron una muñeca y un carro.

-Qué bueno, me alegra por ustedes.

Me hizo señas con las manos y Salí, la seguí hasta la zona de ropas.

-Amor, es que les compre los regalos a los niños, necesito que me ayudes a entretenerlos mientras envuelvo los regalos.

-Bueno amor, no te preocupes yo te cubro, somos un buen equipo. Ya veras, confía en mí.

Me fui a ver ese par de pillos, estaba terminando la película.

-Niños, esto es una secuela, si quieren vemos la que sigue la Star Wars el ataque de los clones.

-Se las voy a poner, si me prometen que se quedan juiciosos voy les compro gaseosa con papas, o prefieren galletas con yogurt.

-Galletas con yogurt dijeron en coro.

-Ok, voy a comprarles, no se pueden salir de la pieza, su hermana se acostó a dormir, déjenla dormir, si la encuentro enojada, se quedaron si el refrigerio.

-Trato hecho, no nos movemos de aquí, así me toque que amarrar a Ana Mile

-Milelo, milelo. Yo estoy Juiciosa.

-Ya vengo niños.

Salí a la tienda les compré yogures de varios sabores, tres paquetes de galletas, dos tajadas de ponqué.

Al llegar dentro a mirar a Carolina.

-Hola amor como vas, ya casi terminas.

-Si Amor, ya casi, no te preocupes, ya te libero de la carga.

-Te traje un yogurt y una tajada de ponqué.

Soltó lo que tenía en las manos y me dio un beso

-gracias amor.

En la noche repartimos los regalos, entre risas y fuegos. Se fueron a dormir contentos, nos quedamos con Carolina tomando unas cervezas. Se enojó porque me llamo Azucena a invitarme a salir. Me excuse diciendo que estaba con mi novia y mi familia.

Se levantó de la silla y dijo:

-Me voy a dormir, estoy cansada, nos vemos mañana.

Diciendo esto se encamino a la puerta. La tome por la cintura, la tire a la cama, le hice varias cosquillas, era demasiado sensible, gritaba y se reía.

-Amor, ya por favor no mas dijo.

-Amor tu eres de un genio horrible, mi hermosa malgeniada, como me encantas.

Me beso suavemente, sentía su corazón agitado, me encantaba ese sonido, que indica que estamos vivos. La acaricie su cabello.

-Tu eres muy bella, me encanta tus ojos, tu piel, tus besos, me gusta hasta esa manera de quererme ganar siempre. Siempre tienes la razón, las que no ganas las empatas, pero nunca pierdes.

-Qué bueno caballero, porque a mí también me gusta mucho tu cabello, tu forma de mirarme, me gusta esa boquita y me encanta esa barbita, me encanta que me abraces, me siento muy segura en ellos. Lo único que no me gusta es que siempre tienes la razón, lo reconozco.

Me hizo reír

-Por fin, lamento no tener un celular para grabar esto.

Enci Silva

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora