El encuentro con mi hermana Alicia

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Capítulo 23

Alicia estaba algo confundida, triste, me abrazo, me dijo:

-No puedo casarme con ese tipo, me dijo desesperada, no es tan malo como ustedes creen, pero yo no podía ser su esposa.

-Hermanita tienes mi apoyo, si esa es la razón, voy hablar con mi padre.

-No te escuchara, el no escucha. Carolina está bien, los niños también, esa mujer te ama, se le nota, en las noches la cuando está sola llora, sabe que cometió un error al hacerte caso.

-yo también la amo, jamás me había enamorado, ella fue mi primer amor. Me sentía raro hablando de estas cosas con mi hermana. Me abrazo, sus brazos me apretaron y de repente estaba llorando, lloraba, la consolé.

-No te preocupes, no tienes que casarte. No llores, no seas tontica deja de llorar.

-Es que hay algo más, pero no es como decírtelo, él no es nuestro papa, él no puede tener hijos, no sé porque, pero es estéril.

-No, la aparte un poco de mí, tienes pruebas le dije mientras le apretaba los brazos y la sacudía, para que reaccionara.

-Sí, eso es lo que más me duele, es la verdad. No sabes cómo odio a mi madre, ella lo permitió, que él nos criara, solo le importabas tú, porque el abuelo te dejo todo, porque el sabía que tu padre era su hijo Alejandro, no Alexander.

-No puede ser, como puede estar tan segura, grite, me cogí la cabeza, me arranque los cabellos de impotencia, no puede ser, tu sabes, que yo amo a mi padre, que siempre lo admire, respete. Como se puede caer tan bajo, que triste se ve un trono caído. La aleje, me incorpore, sentí pesado mi cuerpo, las piernas no podían sostenerme.

-Espera somos hermanos, tienes que hablar con nuestro padre, él ha sido una víctima de todos.

-Victima yo, victima tú, no le estábamos pidiendo venir a este mundo. Me deje caer de nuevo en la silla de cemento del parque. Necesitaba recuperarme, respire profundo. Las lágrimas inundaron mis ojos recordé mi niñez, "papá te amo, le decía mientras me paseaba en su caballo. Yo también te amo hijo eres mi máximo orgullo. Mi abuelo se acercaba y me decía que el nuevo potro que había nacido era mío.

-Le puedes colocar nombre, tu eres Gabriel Arango, el que ara más grande nuestro extirpe no se te olvide, tienes toda mi confianza, y are que sea así."

Sentí odiarlo, apreté mis dedos, cerré las manos, sentí las uñas de mis manos rasgar mis manos, era tanto mi dolor, rabia y frustración.

Mi hermana me abrazo, acomodo su cabeza encima de mi cabeza nos abrazamos, lloramos.

-Tu eres mi hermano, tu sabes que te quiero, no estás solo, mira es el primer día desde que tengo memoria que te he visto llorar como un niño desconsolado.

Me dios besos en mi cabeza.

-Saldremos de esta, mira le prometí a Caro no decirte, pero, al verte así, te lo voy a confesar, tienes que salir de esta situación, ella va a darte un hijo.

Eso si no me lo esperaba, parecía una broma macabra del destino, en la peor situación iba a ser padre. Me incorpore la mire y le dije:

-Me imagino que esto también tienes pruebas.

-Si por increíble que parezca, se dejó aconsejar de tomar anticonceptivos, pero solo cuando iba a tener relaciones, que cuando fuera a tener relaciones contigo se tomara una pasta, unas dos horas antes y ya.

-No eso sí que no, en la escuela, en todo lado le habla de los métodos anticonceptivos.

-Si claro ella tenía claro cuáles eran, una de las compañeras le dijo que ella planificaba así y le funcionaba. No te preocupes, mi padre Alejandro, dijo que él se hacía cargo de ella, en la convenció de que le ayude, le busco una labor sumamente importante para él y la puso al frente, se ve feliz,

-Qué bueno, ella es una mujer muy valiosa. ¿y sus hermanos?

-sus hermanitos son unos diablillos encantadores, él les tomo cariño, y ata novia también, ella es una mujer muy linda tanto por dentro como por fuera, tranquilo tu hijo va a tener una buena mama, no como las que nos tocó.

Un hijo, no me cabía en la cabeza, la magnitud de responsabilidad que se me venía encima, mi hijo. Me tranquilizaba saber que Alicia estaba con ella apoyando a Carolina.

-Hermanita, me alegra mucho lo que me acabas de contar. Voy aclarar todo esto, después de eso la voy a buscar y me ocupare de ella y de mi hijo. Ya me valía madre ese título de heredero ahora menos.

-No, no le puedes dejar toda la compañía al señor Alexander el feliz, acabando con toda la gente, "Los pobres va a dejar de sufrir, voy a matar a todos los pobres". Ese es su lema, el laboratorio está lleno de cadáveres, hace experimentos.

-Como, esto ay que denunciarlo. Dije alarmado

-Si a quien, tiene gente infiltrada en los altos mandos, Gobierno, politicos, sobornos, sobrinos, familia, quien no le debe un favor a don Alexander. Dijo llorando. se llevo una mano a la cara.

-Apoya campañas políticas, ayudas humanitarias, albergues, mi madre y la ayuda a las iglesias. Dama rosada, Increíble, increíble dije tocándome la cara.

-Que pretenderá. Pregunte

-Ser inmortal, esta creado un tipo de órganos para reemplazar los de él, cuando ya no le funcionen, el alemán le surte los cadáveres. Lo que pasa es que el hospital universitario, lo descubrieron y denunciaron al alemán, entonces mientras calma las cosas, te utilizo a ti.

-Es el colmo, no tiene límites. Se cree un semi Dios

-Por eso me fui, enfrente a mamá, el llego y me descubrió, trato de convencerme, después ordeno al alemán que me llevara a la clínica de reposo, que yo necesitaba descanso, temiendo lo peor, me escape, mi madre me ayudo, es lo único que le tengo que agradecer a ella, el averno ayudado a escapar, me dijo:

-Vete para donde tu verdadero padre, Alejandro te ayudara. Lloro desconsolado

Abrace a mi hermana, no podía creer tanta maldad, Alexander  Arango, era un peligro, se le estaba saliendo todo de control y mientras lo volvía a tomar iba a ocurrir una tragedia.

-Hermanita, me tengo que ir y tú que vas hacer.

- Voy para donde papá, tengo que llevarle un encargo a Caro y me voy. dijo

-Que te encargo, me dio un beso en la mejilla. Le sonrei.

-Primero que todo, que te diera un beso de parte de ella,  ya cumpli, segundo unas vitaminas que le ordene, tiene síntomas de anemia.

-Vamos y se las compramos, mira a ella le encanta esas arepas.

Fuimos y le compre, les mande a sus hermanos, ella compro para ella y su supuesto padre.

-Hermanita, que pruebas tienes que él es nuestro padre.

-Tu registro de nacimiento. El verdadero. Lo encontré buscando fotos para un colash, que le quería regalar a mamá, lo guarde extrañada, pense que el notario se equivocó. Le iba a preguntar y se me paso, ahora si fui a la notaria y es auténtico,

Me entrego el documento autenticado.

Me despedí, nos abrazamos, le di varios besos en la mejilla.

-Dale muchos besos a Carolina, cuídamela, vas a ser tía, vas a tener un bebe a quien consentir. o

-Te quiero mucho hermanito, cuídate tú también. El amor, el amor me dijo. Me urge un amor como el tuyo. Dijo, nos despedimos

Me dirigí donde mi madre, estaba en la casa de la familia Arango, la casa que había pertenecido a nuestros antepasados, era nuestra mansión. Allí vivía con mi padre, nosotros ya con la mayoría de edad decidimos comprar cada uno nuestro apartamento de soltero, la independencia.

Enci Silva

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora