Noche de Velitas

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En la fábrica se notaba por el ambiente de fin de año, teníamos un tac de ventas, ahora tenía oficina, más de uno se le notaba que no le gustó mucho mi acenso en tampoco tiempo, no me incomodaba, tenía lo que yo quería, un ambiente cómodo, me encerraba a trabajar sobre lo que me indicaban y solo salía a dar mi reporte a mi jefe, a comer en el casino, la gran mayoría de mi trabajo era por teléfono. En el barrio las luces en todas las casas indicaban que era diciembre. Carolina, coloco unas luces en su apartamento, junto con sus hermanos vistieron un arbolito, le colocaron varios muñecos que ella mismo elaboro. Improviso con cajas varios regalos, los niños colocaron una media en la puerta para que el niño Dios les trajera regalos.

-Mira vece, esta es mi bota para que me echen mi regalo dijo Diego.

-Claro, si te portaste bien, si no recibirás carbón.

-Qué bueno, pero eso está muy pequeño, ¿no le pediste una bicicleta, si le cabe dentro de esa bota?

Agacho la cabeza, ya sabía que el niño Dios no traía los regalos, solo lo hacía para mantener la ilusión de Ana miles.

-No cabe, pelo la deja junto al álbol, el dentla por la ventana, ¿cierta manita?

-Si claro, si te portas bien, él te trae tu muñeca que habla. Dijo Carolina

-Yo ya no quiero esa bicicleta, dijo Diego agachando la cabeza,

-No, ¿está segura manito?, piénselo bien. Dijo Ana miles, asombrada.

-Él quiere unas zapatillas, las que tiene, la hemos remendado ya varias veces, le va a tocar que caminar descalzo. Dijo Carolina

-No importa le magia de la navidad, es estar en familia. Ese es el mayor regalo.

No pasaron dos segundos, cuando me había arrepentido de lo dicho.

-Vece y su familia, vive muy lejos invítelos para esta navidad, mi hermana va a hacer natilla y buñuelos. Dijo Diego.

Agache la cabeza y no supe que responder, como se me ocurrió semejante intervención, mejor me hubiera quedado callado.

-Niños dejen al vecino, él no quiere hablar del tema, respetemos, cada quien tiene sus secretos, el que tiene teja de vidrio, no le tira piedras al vecino.

-Niños, carolina que duerman, los dejo.

Salí a la calle, quería respirar y pensar, me encontré con la compañera de Carolina del casino, caminamos, la noche está fresca.

-Hola ingeniero, vive por aquí.

-Si señorita y usted.

-No mi mama vi por aquí. Como están de bonitas las calles mañana es día de velitas. Ingeniero le provoca tomarse una cerveza.

-No, solo quería caminar un rato. Gracias otro día.

-Mañana el día de las velitas, si quiere salimos, los compañeros de la empresa nos vamos a reunir.

-Bueno mañana, nos encontramos y salimos a tomarnos esa cerveza.

En la mañana la pasé muy atareado, tuve que realizar compras de suministros, Salí tarde a almorzar y me encontré a todos los empleados del casino almorzando.

Victoria la compañera de Carolina, vino y me atendió, la barra ya no estaba en funcionamiento, me trajo un almuerzo improvisado. Carolina me observo desde la mesa y no dijo nada, desde que me ascendieron no hablamos, me huía todo el tiempo.

-Ingeniero, no se le olvide nuestro compromiso me dijo Victoria.

-Claro, donde nos vamos a encontrar, sabe dónde queda la zona industrial, vía al aeropuerto. En esa discoteca, no tenemos hora de llegada solo llegue allá.

-Bueno nos vemos allá le dije mientras me retiraba.

Carolina también se levantó y se fue. Llegue al apartamento, no escuche bulla, me cambie y Salí para la discoteca.

Al llegar Victoria vino hacia mí y me llevo a su mesa, bailamos, tomamos, nos reímos de un compañero que hizo Karaoke, me invito a concursar. Pero no me atreví, no quería ser reconocido por nadie.

Vivimos demasiado al salir, Victoria me ayudo a coger taxi, me acompaño hasta mi apartamento.

Amaneció, mi despertador sonaba, lo apague, no tenía que laborar, seguí durmiendo, me di la vuelta y me tropecé con alguien en la cama, era victoria, me asombro, "no puede ser" pensé. No me acordaba de mucho cogí un taxi, pensaba y no lograba recordar si no imágenes, subiendo las escaleras.

Me quede dormido, me despertaron los niños, jugando en el corredor, me levante, Victoria no estaba, que alivio, no hubo explicaciones. Abrí la puerta y

salude a los niños.

-Hola niños, como amanecen.

-Su esposa está haciéndole el desayuno me dijeron.

No Salí de mi asombro cuando victoria se acercó con una bandeja.

-Buenos días, te hice desayuno.

-Que bien le dije, "en que me metí", solo pensé.

Salió Carolina.

-Niños a desayunar, Dijo, no me saludo.

Desayunamos, para mí no era una situación muy cómoda.

-Que vas hacer hoy, me pregunto.

-Nada, solo descansar.

-Qué bueno, entonces me quedo contigo. Dijo

-Si quieres, aquí hace bastante calor, los niños vienen a ver televisión, este televisor es mas de ellos que mío.

-No te preocupes, no tengo la mejor relación con Carolina, pero es amable, yo pensaba que ustedes eran novios, pero ella me dijo que no, que ni amigos, solo compañeros de edificio, unos completos desconocidos, no sabe nada de ti.

Esa era la mejor definición para lo que teníamos Carolina y yo, pero ese día si me dolía que lo dijera así. Era evidente que me gustaba, que le tenía cariño a ella a los niños, por eso no quería meterla en mi vida, me brindo una amistad, me ayudo, no había vuelto a tomar, porque no quería mostrar esa parte fea de mi vida.

Enci Silva

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora