Perdiendo la batalla

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CAPITULO 44

Mi hermano acomodo al niño en el icaro y se dispuso a llevarlo a la mansion.

Siempre preguntaba por Alexander.

-Mi papa, donde está mi papa. No me puedo quitar la careta decía.

-El esta allá esperándonos campeón. Dijo mi hermano y alzo vuelo junto con el niño. Jean Paul me alcanzo y arrancamos en motos y camioneta, se oían disparos, se escuchaba un helicóptero, solo quería Salir de allí, Se enfrentaron los mercenarios con los hombres de Alexander, Esa era la distracción para que saliéramos nosotros ilesos.

Nos dirigimos a la mansión de mi padre, mi hermana nos esperaba. Le hizo varios exámenes.

-Cómo te llamas,

-Gabriel, y mi papa cuando llega y mi fiesta.

-Tu fiesta ya está todo preparado. Te estábamos esperando le dijo mi hermana.

En el operativo murieron cinco hombres. Mi padre se encargó del entierro y de indemnizar a sus familias. Por eso mi padre no estaba de acuerdo con la violencia.

No era hijo de Alexander, era de mi hermana, pero la sangre no era de ninguno de nosotros. Lo bueno era que no era hijo de Alexander.

Mi hermana lo abrazo, le preparo la dichosa fiesta. Todos participamos le dimos la bienvenida, era muy tierno, inocente,

-Te voy a llamar hijo, tú me puedes llamar mama, te parece. Yo te voy a querer como mi hijo, más que si fueras mi hijo le decía mi hermana sin dejar de abrasarlo.

-Bueno, pero no se los digas a mi padre, se enojaría. Decía

-Claro hijo es nuestro secreto. Te voy a dar este medicamento, para que puedas quedarte por fuera de la casa, (vitamina C).

-Tomándote por unos días, ya podrás extra por fuera de casa sin ningún problema.

-qué bueno y mi padre no lo sabía, ay que decirle, para que yo pueda volver con ustedes decía entusiasmado.

Mi hermana lo incorporo poco a poco a nuestras vidas. Todo se estaba dando, el único problema era la reunión familiar. Debíamos reunirnos con todos nuestros familiares y los socios.

Alexander llamo a mi padre, dentro de un mes debíamos reunirnos para tomar nuevas decisiones.

Lo único que pidió para que todos votaran por mi padre fue a su supuesto hijo.

-No es tu hijo le dijo mi padre. Dime quien es su padre.

-Es mi hijo, lo necesito de nuevo aquí conmigo, si no lo traes en una semana iré por él. sentencio.

Se cumplió la semana, nos preparamos para recibirlo, mi hermana no estaba dispuesta a devolverlo.

Alexander se vino con todos sus matones para la mansión. Tratamos de contactar al Teniente García, pero no lo ubicamos.

Alexander llego con todo un equipo comandado por Martínez. Ubico el objetivo y fue por él.

Jean Paul, Solomon y todos los guardias se dispusieron a defender la mansión. Empezó el ataque, en unos segundos ya nos tenían diezmados, cuando llego mi madre, se interpuso en medio.

-Alejandro dame al niño dijo.

-No mama no te lo voy a dar, es mi hijo, no quiero que lo crie Alexander. Dijo mi hermana

-Te aseguro, que yo me hare cargo de él, evitemos una tragedia. Le dijo mi madre suplicando

No cedimos y continuamos, pero mi madre tenía toda la razón, llegaron nuevos hombres muy bien armados y se incorporaron a atacarnos. Nuestra derrota era eminente,

Alexander le apunto a Jean le tenía la mira justo a la cabeza. Y Martínez le apuntaba al niño.

-Te portaste mal le dijo a mi hermana, tienes que elegir entre tu hijo y tu gran amor.

-No.. grito, déjalos ir, si alguna vez sentiste amor por mí, no les hagas daño. Por favor suplicaba.

Estaba ya de rodillas, pero Alexander no le conmovía nada. La vio llorar desesperada, pero parecía no bastarle. Alicia mi hermana lo miro a los ojos y supo la respuesta se lanzó encima de Jean Paul y sintió el disparo justo en la espalda. Se derrumbó en los brazos de Jean Paul,

-No... grito Jean Paul.

De inmediato, se oyó otro impacto y cayó sobre el niño. El disparo se lo dieron justo en el pecho. ¿Martínez disparo?, no se supo quién disparo.

Me derrumbe igual, no podía creer, la magnitud de la tragedia se cernía sobre nosotros, en cuestión de segundos Alexander cogió a mi padre, a provecho la, confusión y lo tomo de rehén para salir de allí, vi al teniente García dispararle,

-No le grite es mi padre, tiene a mi padre nos disparen.

-No ese perro debe morir, no te vas a salvar, vas a morir como la rata que eres. Dijo García.

-No, fue una bala perdida, se salió de control. Decía Alexander

-Era mi hijo, grito, te di mi gran tesoro y no lo valoraste, me traicionaste. Dijo García

-No te traicione, no se quien disparo. Dijo Alexander

-Tu hijo, no te salieron tus planes, siempre quisiste tener el poder en tus manos, te, aliaste con Alexander para engendrar al bebe, tomaron los óvulos de mi hija Alicia y el espermatozoide tuyo García, sería el heredero, el plan perfecto. Dijo mi padre

-Si ese era el plan, hice un pacto con el diablo, "maldito el hombre que confié en el hombre", me traiciono grito García.

-No confíes en Alexander, él no es leal ni con el mismo. Dijo mi padre

-Tú papa. El gran señor Rafael (dijo apretando sus puños), mato a mi hermano Carlos y tu tía Margarita, ellos eran novios, se amaban, Pero el no soporto la felicidad ajena, los mando a matar. Me quito el ser que más quería en la tierra. Desde entonces e planeado mi venganza.

-Fue un accidente compréndelo, el carro se salió del camino y se fue por un precipicio. Dijo mi padre.

-No ellos iban huyendo, Rafael ordeno que los trajeran a la mansión, mi hermano tenía miedo, sabía que los iban a separar, los guardaespaldas, los atosigaron hasta hacerlos accidentar. Dijo García

Cual tía, nunca supe de mi tía Margarita, mi sobrino estaba muerto, yo estaba junto a su cadáver frio, mi hermana recibió un disparo en la espalda y la llevaba para el laboratorio, debían rescatar al hijo que esperaba. Él estaba vivo y ella también.

Enci Silva.

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora