Grandes Decisiones

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Grandes Decisiones

Salí donde mi madre rápidamente no quería encontrarme con mi padre adoptivo, no sabría cómo contenerme y no intentar matarlo.

Llegue al apartamento de mi hermano, tenía que decirle, pero no hallaba las palabras. El ayudo mucho a Alexander Arango a cumplir gran parte de sus planes, quien sabe cuanta gente no murió por culpa de él, con la ayuda de mi hermano. Lo vi llegar.

-Hola puto como vas.

-Puto que tienes, estas como raro, parece que cargaras todo el peso del mundo.

-Encontré a mi hermana, esta con mi tío, por su voluntad.

-Uy, qué disparate, se va enloquecer el viejo.

-No se lo digas, ella descubrió el juego de papa. Está tratando de crear órganos en 3d, para ello experimentan con seres humanos, el alemán le provee las personas, según mi hermana, tienen muchos cadáveres en el laboratorio.

Mi hermano, se tocó la cabeza. Dejo salir su expresión favorita.

-La puta madre, esto es cosa de locos, nos metimos al hampa, nuestro apellido esta por el lodo. Cree se cree nuestro padre, si sigue así va hacer más historia que el doctor Lector. El de Silencio de los inocentes la película.

-Qué bueno que lo tomes así. Yo no pude, ay cosas que no acepto.

-Denunciarlo, no podremos, ser sus cómplices tampoco, mi hermana tomo la mejor decisión, que vamos hacer, bueno tu que vas hacer.

-Tengo que buscar a Carolina, mi tío prometió cuidarla, voy a dejar que se calme las cosas y la busco.

-No hermanito, que traga, este si es una nueva faceta. Bueno si es lo que quieres, es tu forma de escapar.

-Sí, ella me da tranquilidad. Lo miré y puse mi mejor sonrisa para darle una buena noticia.

-Carolina está embarazada, vas a ser tío.

Me miro asombrado. Se incorporó y me abrazo.

-Felicitaciones, una buena noticia por fin. Lo primero que te digo y la dejas embarazada. Que haremos con el semental criollo.

-Estoy feliz con esta noticia, si no fuera por esto, me hubiera ido de este país, a estas horas estaría en Australia.

-Te comprendo, lo de papa, está fuera de todo contexto.

-Yo si me voy, voy a pensar para donde me voy, no puedo seguir dejamdome utilizar, voy como cordero para el matadero.

-Descansa, piénsalo muy bien. Si lo mejor es que te vayas, lo dije evadiendo su mirada.

-Hay algo más, porque siento que no me has dicho todo. Dímelo.

-Si, pero es que tienes que tomarlo con calma, me fui y le serví un Wiski.

-Escúpelo ya, me tienes en ascuas.

Le pase mi registro civil. Lo leyó, no respiraba.

-No, no somos hermanos, que pasa.

-Si somos hermanos, nuestro padre es Alejandro Arango. Tómalo con calma.

-Con calma, y nuestra madre, quien putas es.

-Victoria y Alejandro son nuestros padres. EL señor Alexander no podía tener hijos, sufrió un accidente cuando pequeño, un toro lo dejo estéril, tu sabes que es aficionado a los caballos. Estaba montando a caballo y fue envestido por un toro, lo alzo por los aires y lo recibió de nuevo con un cacho le lastimo los genitales. Lo operaron, quedo estéril. Mis abuelas se sintieron culpable, no había nada que le negaran a su hijito consentido, le gusto la novia del hermano y decidió casarse con ella, conto con la aprobación del abuelo Rafael y convencieron al papá de nuestra madre para que les ayudara, Todos ambiciosos, no les importo nada.

-Pobre mamá. Exclamo. Se quedó callado un rato, -no es nuestro padre, mi hermana ya lo sabe.

-Si por eso ella se fue con él. Mi madre sigue con él, pobre mama, tu casa es casa de locos. volvió a exclamar.

-Estaba embarazada de mí, les pareció mejor, mi padre me reconoció como hijo, lo secuestraron y se lo llevaron, mi madre sola, no supo que hacer. No satisfecho, quería otro hijo, planeo el nacimiento de mi hermana, y de nuevo las amenazas, ella si fue registrada por él. Cuando la mujer de mi padre murió, mi madre fue recluida en un centro de reposo, mi padre la rescato y huyeron los dos a Alaska, duraron unos meses, quedo embarazada de ti, amenazaron con matar a nuestros hermanastros y los obligaron a volver.

-No puede ser, y yo fui el culpable de que ella muriera, no me lo va a perdonar. Mate a mi madrastra. Lo dijo dejándose tumbar en el sofá

-Eso fue un accidente. Nadie tuvo la culpa. Trate de consolarlo

-Me he sentido muy culpable, por eso me alejé de ellos, yo los perseguí con el Ícaro, el hombre de confianza de mi padre le salvo la vida, pero no pudo salvarla a ella.

Lo abracé y le dije

-Fue un accidente quien te puede culpar. Si te vas avísame a donde. Para estar pendiente de ti, yo tengo que seguir aquí, debo frustrar los planes de don Alexander, para ello, no puedo dejar que descubra que lo sabemos todo.

-Ya hablaste con nuestro verdadero padre.

-No..no me atrevo. Dije bajando la mirada

-Yo te acompaño, el ya lo debe de saber, mi madre, ya se lo haría saber.

-Si , debe de saberlo ya, que tal si mañana vamos los dos y nos reunimos con el.

-Ok. Mañana vamos, esto es difícil de depurar, es como para volverse loco.

-Prometeme, que vamos los dos, eres muy impulsivo, vamos los dos. Le dije tomándole la cabeza y sacudiéndolo. Me sonrió y dijo

-De acuerdo vamos los dos. No, es que es tan difícil de aceptar, Lo único bueno es que pertenecemos a la parte buena. Tenemos una oportunidad de hacer algo bueno.

-Claro, Alexander Arango no es Dios, y se lo vamos hacer sentir, todo el daño que nos hizo en su afán de poder, se lo vamos a devolver.

Enci Silva

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora