Aprendiendo Labores domésticas

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En la mañana me levanto la niña golpeo la puerta.

-Vecino. El desayuno. Dijo Ana mile

-Voy dije.

Abrí la puerta, estaba Carolina y su hermana Ana mile, me traían un plato con huevos revueltos, arepa, pan, chocolate.

-Vecino su desayuno, gracias por el pan y los huevos. Dijo Carolina.

-No, el agradecido soy yo, me ciento en un hotel de cinco estrellas, con comida a la cama. Dije.

-Qué pena, esto no podrá ser muy lujoso, pero es lo que tenemos. Yo soy feliz de que mi hermano tenga el techo y la comida no pido más. Dijo Carolina.

-No el apenado soy yo, muchas gracias. Se ve muy rico, ya me lo voy a comer.

-Buen provecho, me voy a lavar ropa, no tiene usted ropa sucia.

-No qué pena ahorita voy miro como la lavo. Dije

-No creo que usted sepa Laval, Dijo Anímele.

-Anímele deja ser grosera, como dices eso.

-No sabe hacer un huevo, ni plátano, nada. Dijo Ana mile.

-Qué pena es una niña, pero tranquilo, yo tengo lavadora, solo es echarla allí, ponerle jabón y restregar la parte donde está sucio y ya.

-Bueno siendo así, si tengo una sudadera, jeans, un buzo, medias. Se las entregue. Salieron de mi habitación apuradas. Desayuné me dirigí a la zona de ropas, quise ayudar a tender mi ropa. Estaba Diego jugando con un carro improvisado con una tapa de olla, hacía con la mano como si fuera la palanca de cambios aceleraba con la boca, Anímele bañaba una de sus muñecas.

-Niños mañana tienen que ir a estudiar, hoy nos cogió la tarde, pero mañana si toca ir, tenemos que ser responsables. Dijo Carolina

-Bueno señora contestaron en coro.

Mire la lavadora, era un modelo antiguo, trancado con ladridos en la parte de abajo, tenía un ruido muy particular, centrifugaba y al terminar daba un golpe seco.

Termino el ciclo de lavado. Carolina saco toda la ropa me entrego la mía, yo la extendí, estaba en buen estado y hoy olía a suavizante de ropa.

-Gracias le dije, me libro la pereza de lavar.

-Señor Gabriel, podemos ver la tele dijo Diego.

-Si no sea malito, dejemos ver la tele. Es que mi hermana no tiene cable, solo tenemos dos canales.

-Claro caminen vemos algo. Les voy a pedir un favor llámenme Gabriel sí.

-Gabriel, si ahora ya somos amigos dijo Diego.

Nos fuimos para el apartamento. Eso sí fue un lio, Anímele quería ver muñequitos y Diego quería ver una serie de anime. En el colegio donde Diego Estudiaba era muy popular la serie y él quería ver un capitulo. Anímele las niñas en preescolar le hablaban de pepa ping y ella quería saber que era.

-Niños mire cojamos una moneda, tú qué pides le dije a Diego

-Cara dijo

-Te toco Ana mile, sello, yo la lanzo hacia arriba el que gana ve su programa sin problemas. Yo veré.

Tire la moneda y la gano Diego. Anímele se puso llorar, después que vio que eran dibujos animados, se conformó, la serie era Caruto, los deje ver su programa y me fui para la cocina.

-Te puedo ayudar en algo, no soy experto, pero quiero aprender le dije a

Carolina.

-Claro te voy a enseñar hacer unos frijoles. Quedarían más ricos si tuvieran pesuña, pero no tengo

-Compra la pezuña, le pase algo de dinero y se fue, mientras lave el arroz, y lo eche al agua hirviendo.

Me enseño hacer unos frijoles con pezuña, la receta para las arvejas, frijoles y lentejas era la misma con variaciones de carne.

Se fue a trabajar. Me acosté a leer un rato y me quedé dormido. Me despertaron los niños.

-Está dormido, no está despierto decían.

-Niños que pasa les dije incorporándome.

-Don pedro nos pagó por arrancar la hierba de la entrada.

-Yo quiero un helado de chocolate y pasas, solo eso lloraba

-No lo hay, ya fuimos a la tienda toca en el supermercado grande.

-Vamos a comprarlo.

Me incorporé me puse los zapatos, estos niños me sorprendían, trabajar a esa corta edad.

Al salir don pedro. Bromeo.

-Niños se le van a medir a pintar la pared.

-Claro don Pedro, ya tiene la pintura, brocha rodillos, cinta de enmascarar y manos a la obra. Le pregunte

-Joven se le mide. Yo le doy la plata para que compre todo lo necesario.

-Es un trato nosotros le pintamos la fachada.

Nos fuimos a comprar los materiales y de paso el helado para Anímele.

El guarda escoba lo pinto Anímele, enmascare, le coloquen papel periódico y empezó con una brocha, lentamente para no regar tanta 'pintura.

Diego me ayudo a pintar la pared del primer piso, los otros pisos, fue más fácil eran ventanales solo había pequeños pedazos de pared. Con ayuda de una escalera y unos andamios, en esa tarde terminamos de pintar.

Don pedro quedo muy satisfecho. Nos pagó bien y nos dio pollo asado para la cena, le guardamos a Carolina. Yo les di para el descanso y les serví de caja menor para administrar su dinero.

En la mañana me la encontré en el patio de ropas.

-Qué bueno, como quedo el frente de este edificio, me gusta la combinación de colores.

-Buenos días, ya le contaron que lo pintamos con sus hermanos.

-Buenos días vecino, si se nota que no eligió los colores don pedro, él no sabe de eso.

-Si no nos tomó mucho tiempo.

-Vecino yo hablé con señor Molano y le recomendé un puesto para usted, dijo que sí que me iba a ayudar.

-Quien es el señor Molano si se puede saber pregunte intrigado.

-El señor Molano trabaja en la fábrica de Caracolito, el me ayuda entrar al casino, yo trabajo allí en el casino para los empleados.

-Qué bueno trabajas en la fábrica de cementos.

-Si sr en esa fábrica. Ya voy a cumplir un año. Tenemos tres horarios, de 6 am a 2 pm. De 2 pm a 10 pm y de 10 pm a 6 am. Dijo

-Qué bueno, dije. La fábrica de cemento, no podría trabajar allí, en ese sitio me conocían, mi padre era socio de allí.

En la tarde fuimos a un café internet a elaborar la hoja de vida, yo imprimí una que tenía en el correo, le quite los títulos obtenidos solo deje el de bachiller y un técnico que hice virtual y ya. La imprimí y se la di.

Enci Silva

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora