Conociendo la selva

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Capítulo 46

Amaneció mi hermana estaba estable despertó, la fui a visitarla

-Hola nanita, me alegro verte, no sabes cómo me alegra verte.

-Hola nanito, lloro. Lo mato, como pudo dispararle, le decía papa, Dios mío ese tipo es un monstruo.

-Preciosa, llora todo lo que tengas que llorar, la abrace, tienes que reponerte tienes un bebe prematuro, que cuidar, como se te ocurrió meterte entre Alexander y Jean Paul.

-No. podía dejar que me lo matara, yo vi en sus ojos que le iba a disparar, nunca imagine que le disparara a su hijo.

-Nanita no es su hijo, él era hijo de Exteniente García. Recupérate. No te preocupes por nada. Se egoísta solo piensa en ti.

-Gabriel te voy a pedir un favor, protege a Jean Paul, Alexander lo odia, él lo va a matar. Promételo, me dijo sin soltar mi mano.

-Te lo juro a él no le va a pasar nada. Alexander tiene un problema grave, se le torció a un mercenario. Ese ya tiene lapida. Le dije.

-Nunca le desee la muerte a nadie, pero ojalá se muera, quiero que Alexander se muera, lo odio tanto grito, ni muriéndose lo voy a perdonar... lloro, eso sería lo mejor para él, porque si no le va a tocar muy duro aquí con tanto enemigo. Dijo mi hermana

-A él no le importa nada, ese tipo como dices tú, supero al maestro, lo criaron para que vengara a los García, y mira como están las cosas. Cría cuervos y te sacaran los ojos. Si Alexander piensa que perdimos la batalla. DESPERTO FUE A UN LEON QUE ESTABA DORMIDO vamos con toda por él. Tendremos consecuencias, pero las asumo.

-Tiene a nuestro padre. Sebastián dice que no lo podemos dejar tanto tiempo con él. que peligro. Dijo mi hermana

-Si vamos a ir por papa, pero toca prepararnos, Descansa. Voy a ver a mi sobrino. Le dije

Fui a la incubadora, se veía tan débil, tan indefenso, se veía como respiraba, se le notaba el corazón, era solo huesos. Necesitaba de mucho amor, de calor humano.

-Hola bebe, como estas de hermoso. Aquí estoy para cuidarte, ayudarte a conocer este mundo. Bienvenido, yo soy tu tío.

-Tu hermana dice que le pongamos Juan Gabriel, en honor al bebe que murió.

-No quisiera contrariar a mi hermana, pero los Gabriel estamos malditos. dije

-No. pero como se te ocurre, tú tienes de tener la fortuna de tener a un buen padre, una buena esposa y un hijo hermoso, sano, no nació con ninguna enfermedad, ni discapacidad. Lo que eres es un sema Dios me dijo venia preparado para alzar al bebe. Lo alzo,

-Hola hijo como vas, mira este es tu tío, está un poco amargado, pero por lo general el irradia buena energía. Dijo Jean Paul Bromeando

Los mire, Jean dándome ánimo, el que casi se le muere la esposa y el hijo, y tenía mejor actitud que yo.

Paso un mes mi hermana estaba de regreso a casa junto con su hijo. Todo transcurría tranquilo, nos reunimos con los socios, mi padre llego con Alexander se veía bien, nos dispusimos a votar, por mayoría gano mi padre, almorzamos juntos con los socios, familia, Alexander se retiró junto con mi padre. Mi padre aprovecho para decirme que nos retiramos hacia el sur del país, allí tenía un amigo, era el cacique de los Huitorós, nos retirábamos a la selva, junto con nuestra familia, allí Alexander no tenia poder, el exteniente García y Alexander estaban en una pelea abierta, donde los perjudicados íbamos a ser nosotros. Porque García había secuestrado a mi madre. Alexander ofreció a Martínez y sus hombres para ir por su rescate.

La rescataron, Jean y nuestros hombres las esperamos en cierto punto, fue la última vez que vi Alexander, mi madre se despidió de él y se fue con nosotros. Caro y mi hermana ya estaban en la selva. Llegue era un lugar muy bonito, estaba en el corazón de la selva, allí los peligros eran los animales salvajes, Los huitotos eran nativos, los llamaban indios.

El cacique le recomendó a mi padre hablar con un guerrero aguerrido, era rastreador, un hombre con experiencia en batallas, fui criado por los blancos como nos decían a nosotros, los traficantes de caucho, lo raptaron, lo esclavizaron y le arrancaron la lengua, porque decía que los rezos que el Asia dañaba los cultivos, sin lengua solo vivía para aprender de ellos, creció dócil, obediente, planeo su fuga no sin antes matar a sus captores y dar libertad a dos indios como el huyeron y llegaron a donde los huitorós desde entonces, el luchaba con ellos, era un guardián, sigilosos como una gacela, pero fiero como un león. Nos enseñó a manejar la espada, la lanza a cazar ya conocer el terreno, la selva nos ayudaba a encubrirnos, el sol es la guía en la selva, es su reloj, la luna nos acobija y su misterio nos ayuda avanzar sin ser vistos. Al principio fue muy difícil para mis hermanos y para mi adaptarnos, para Jean Paul y Carolina fue muy fácil, ellos se divertían allí. Los niños Diego y Ana miles, el clima fue favorables para ellos, pero para mí y mi hijo no lo fue tanto, Armani la cacica me hizo un ungüento de vaselina y negaron, me lo frotaba en las partes íntimas, en las axilas, era donde se pegaba un inepto llamado Nigua por ellos, era pequeñito rojito, del tamaño de una pepita de pimienta se pegaba en estas partes, me picaba como los moscos y tenía que rascarme entre más me rascaba más se entraba en la piel. Con este ungüento no se me pegaba, estaba en el pasto, se pegaba con el aire.

El agua también al principio nos dio diarrea, mi hermana le encantaba andar descalzo, se le lleno los pies de laceraciones, el barro le causa llagas en los pies, a mi sobrinito le sentó muy bien el clima, aunque era prematuro, Mi hermana le colocaba un protector sobre la cuna lo llaman toldillo, era para que no le picaran los moscos. Todas nuestras camas fueron adornadas con este tipo de cobertor, todas las noches hacían sahumerios, colocaban sobre una pieza de aluminio hojas de eucalipto sobre brasas de carbón y pedazos de vela, para que saliera bastante humo. Lo ponían en las piezas para alejar toda clases de ineptos. Hace sobre vimos un año mi hijo cumplió dos años, mi sobrino tiene un año, Ana miles y Diego se sienten un nativo más, mi padre ayudo a sacar los caucheros y los cazadores de la zona, ahora es admirado por los nativos, es una especie de salvador, los caucheros, esclavizaban a los nativos, los utilizaban para extraer el caucho y llevarlo a Brasil allí, comercializaban con él. Mientras los indígenas, se morían por el paludismo, la fiebre amarilla o los picaba un mosquito y les daba Leishmaniosis, les produce llagas y ulceras que se van comiendo la carne y deja una perforación.

Los nativos se alimentaban de animales, su principal alimentación era la caza y de animales y el pescado, cultivaban maíz, plátano, caña de azúcar, mi padre traía de la ciudad en la avioneta, el arroz, harinas, sal, condimentos y vegetales, mi madre junto con las demás mujeres de la zona sobraron una huerta, cebolla, cilantro, hierbas aromáticas, calabazas, lechuga, al pie de un humedal, mi padre se encargaba de traerle semillas.

Mi padre y mi madre, se encargaron de mejorar nuestra estadía allí. Fue la primera vez que sentí el calor de una familia, nos preocupábamos por nosotros, teníamos demasiado tiempo para pensar, entrenar. Caro practicaba yoga junto con mi hermana, mi madre era su profesora.

Enci Silva

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora