Azucena la hermana de Carolina

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Salimos del centro comercial, pensé en tomar un taxi. Carolina me miro y me dijo:

-Mira por aquí pasa la ruta 42, nos deja en el supermercado grande. Alzo la mano en señal de pare y la buseta se parqueo en frente de nosotros.

-Vamos dijo.

Subí lentamente, observe a todas las personas, no supe que hacer era algo nuevo para mí, me sentí muy incómodo, me di cuenta que paso la registradora y le paso un billete al chofer, yo pase, hacia todo autónomo, no me gustan las situaciones donde tengo que improvisar. Me jalo de la mano y nos sentamos casi a la salida del bus.

La gente hablaba en vos alta, algunos por teléfono, otros entre sí. Carolina me miro y me sonrió.

-Su primera vez en bus... Me tomo la mano de nuevo y dijo: Primera vez y gratis.

-Qué bueno, que viva la liberación femenina. Esta es la parte buena. dije 

Ella se sonrio.

-Bueno Ingeniero me dijo en voz baja, Victoria volvió con su novio, al parecer solo era una pelea, no se dio cuenta que salió con usted. Eso sí es liberación femenina.

Aproveche para interrogar a Carolina, ella para mí era la mujer perfecta, quería saber si intelectualmente también concidiamos.

-Y usted que opina, de esas relaciones así, tan liberadas.

-No son de mi agrado, por eso es que ay tanto niño infeliz, cambian de pareja con cualquier pretexto, hacen daño sin medir las consecuencias. Donde queda el compromiso, la lealtad, la construcción de un futuro, si uno quiere esa libertad no debe tener hijos, es mas no debe casarse.

-Si esa es la verdad, por eso yo no tengo hijos, no encontrado la persona, que me ayude a cumplir ese objetivo. Crear mi propia familia. Merece usted criando los hijos de su hermana.

- Si, pero esa es mi obligación, yo fui la culpable de que eso pasara. Soy tan culpable que asumo mi culpa sin derecho a juicio musito.

Esta vez fui yo que le cogí la mano.

-Uno es culpable de las decisiones de los demás, cada quien toma su propio camino. le dije

-Ya llegamos dijo mientras se limpiaba las lágrimas, se paró y timbro.

-Muchas gracias señor, que tenga una excelente noche dijo.

Me baje muy intrigado sobre lo que acababa de decirme Carolina. No me gustaba meterme en la vida de los demás, pero me intrigo saber, porque ella era culpable.

Caminamos unas cuadras en silencio.

-Qué bonita noche dije, para romper el silencio.

-La luna nos mira. dijo mirando al firmamento

Llegamos al apartamento, yo abrí la puerta principal y le invité a seguir, al llegar a nuestro apartamento.

-Carolina que bonita noche, el pase muy contento.

-Yo también el pase muy contento, no salía hace mucho tiempo.

-Espero que se repita muy seguido, su compañía me agrada mucho.

-A mí también, los niños están durmiendo dijo abriendo la puerta y observándolos. Le provoca un vino.

-Bueno, pero traiga la botella y no lo tomamos en la cocina o si quiere en mi apartamento.

-Bueno entonces espere yo el saco de la nevera dijo.

Saco una botella de vino de manzana y dos vasos. Abrí mi habitación y la invité a seguir, se sentó en un sillón que tenía, siempre tan puestecita, no se podía sentar en mi cama. Tome la botella le ayude abrirla y le serví.

-Gracias señor. Siéntese me dijo, está usted en su casa bromeo.

-Gracias señorita, y ya que esta tan cómoda, le puedo hacer una pregunta.

-Claro ingeniero Arango, pregunte.

- ¿Porque se siente tan culpable con la decisión de su hermana de dejar a sus hijos a cargo suyo? mientras se fue.

-Ella no se fue y no me los dejo a cargo mío dijo mientras levantaba su copa y la dejo vacía.

- ¿No entonces que paso?, aumento mi curiosidad al límite.

-Es una historia un poco larga, pero se la voy a contar.

-Bueno, tengo mucho tiempo.

-Vivíamos en un barrio popular, crecimos con los niños de nuestros vecinos, todos éramos amigos, fuimos creciendo y se formó una pandilla en una invasión alrededor del barrio, la lideraba el novio de mi hermana azucena, le decían el cabezón, era novios desde jóvenes, él se metió a la pandilla y mi hermana le termino. Logro convencerla y siguieron sus amoríos, mientras mis padres quedaron al margen, no se dieron cuenta de los malos pasos que estaba mi hermana. Cuando nació Diego yo le ayude a cuidarlo, con la aprobación de mi madre mi padre no quería saber nada de ella. Se embarazo de Ana miles y de nuevo me hice cargo, en esa invasión las viviendas estaban en mal estado, se llovía mas afuera que adentro, no tenía pisos, pasaba una quebrada donde se depositaba la tubería de aguas negras, el mal olor era constante.

Mi hermana estaba muy decepcionada de su compañero, se había vuelto un maleante, se peleaba con las demás pandillas, fumaba marihuana, sus hijos no les importaba, mucho menos ella. Le propusieron servir de mula, debía llevar a España un cargamento de cocaína, lo empacaban en capsulas y se las debían tragar y para ello a mi hermana le dijeron que comiera uvas, uvas chilenas, se las pasara sin morderlas, ella empezó a practicar, por eso me entere, la veía tragar y después se le devolvían hasta que lo logro.

Yo le aconseje, que no lo hiciera, pero ella decía que era la única manera de comprar una casa para sus hijos y poner una tienda de abarrotes.

Tenía mucho miedo, pero ella, no desistió, le dieron las capsulas se las tomo no podía comer nada en el aeropuerto, pero para no levantar sospechas, debía recibir el refrigerio y empacarlo en una maleta y ponerlo en la cisterna del baño. Antes de bajarse por si la requisaban.

-Bueno, pero le dieron toda la técnica y que fallo.

-Yo le conté a mi madre y mi madre a mi padre, el me obligo a denunciarla, el señor que la había contratado se enteró que yo la denuncie y busco vengarse, ella fue deportada y pago condena en la cárcel de mujeres, yo la visite, Azucena me echo, me dijo que no volviera, que no quería saber nada de mí.

Yo seguí pendiente de ella, la mataron en la cárcel por orden del cartel que ella trabajaba. Me sentí tan culpable, fui su cómplice y le falle. Dijo mientras se ponía la mano en la boca y lloraba. Carolina termino su relato llorando, yo la abrace. Me pareció terrible lo que habían vivido esa familia.

Enci Silva.

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora