ALicía al descubierto

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Capítulo 31

Mi hermana me llamo.

-Hola hermanito, como vas. Mira no te preocupes por Carolina ella está bien.

Carolina, no la había llamado desde mi llegada a España,

-Hola hermanita, gracias por llamarme me puedes pasar a Carolina.

-Claro ya te la paso.

Estábamos saliendo del hotel llego el amigo de mi hermano, ese si era el gallego.

-Hola amor, me alegra mucho que me llames.

No pude hablarle este tipo yo ya lo había visto, en la casa de mi supuesta tía, me toco colgar.

-Hermanito este si es el gallego, te presento a mi hermano.

-Hola Gabriel, que tal tu día.

Mire a mi hermano algo confuso,

-Nos va a llevar a la mansión de mi tía Alicia.

-Que bien vamos pues.

-vamos en mi carro, yo los llevo.

Nos señaló su carro, nos subimos, observé que un carro nos seguí muy de cerca. Mire a mi hermano, prepárate nos vienen siguiendo.

Observé al gallego se comportaba muy nervioso, le vi la forma de un revolver en la cintura. Saque mi pistola y le apunte directamente a la cabeza de mi hermano.

-Vámonos, baja le dije. Cuanto te dieron en cuanto me vendiste que te ofreció mi padre.

Sebastián me miraba aterrado.

Desactive mi pistola y nos fuimos bajando, el gallego me apunto directo a mi pecho, caí al suelo. El dolor era intenso, respiraba con mucha dificultad, las cosas pasaron en segundos, mi hermano estaba en show, me sobrepuse rápidamente, sentía el, olor a carne chamuscada, le apunté y le di un tiro en una pierna, mi hermano, logro quitarle el revólver y me apunto.

(Antes de salir del apartamento mi hermano, me sugerido colocarnos un chaleco antibalas.) La puntería del gallego era buena, me dio a matarme, esto se me hizo muy raro.

-Puto casi me matas, no se te ocurra volverme apuntar y desactivaste la pistola, por un rato no supe que pensar, me lo decía mientras nos subíamos a un carro, al gallego, lo recogían sus amigos, El chofer del taxi nos dijo.

-Muchachos que paso ustedes son policías.

-Si policías encubiertos,

Le pedimos al taxi que nos sacara a las afueras de la ciudad. Buscamos la casa de mi tía Alicia.

AL llegar vimos a los hombres que recogieron al gallego. Entramos a un local de horneados, tomamos un refresco, la ventaja era que nosotros los vimos primero. Esperamos un rato vigilando la casa, salió un carro, allí iba mi tía, junto con su hijo. Los hombres que estaban vigilando la puerta los siguieron en una moto.

-Que hacemos los seguimos.

-No tengo una idea mejor aprovechemos y entramos a la casa sin ser vistos, y la esperamos dentro de la casa.

Entramos por el ante jardín, el gallego dormía en un sillón, nos ubicamos en una de las habitaciones. A las dos horas regreso mi tía, efectivamente la alcoba principal era la de ella. Dentro a cambiarse, mi hermano se situó detrás de la puerta y yo lo hice detrás de las cortinas.

-Hola tía le dijo cuando ella serró la puerta, trato de gritar, pero le tapó la boca, yo Salí de la cortina y le dije:

-Cálmese, solo queremos respuestas.

- Le destapo la boca y no gritas, de lo contrario los tres la vamos a pasar muy mal.

Asistió con su cabeza.

-Porque te estas escondiendo, que es esta falsa.

--Su padre los envió.

-si te refieres a Alexander no, actuamos por nuestra cuenta, Quien está enterrado en tu tumba.

-No, una señora que me ayudaba, Alexander quería apoderarse de mi hijo mayor, tenía miedo, él era el heredero. Al raptar a mi hijo, sus hombres incendiaron mi casa, en el murió la señora que me ayudaba. A ella enterraron en mi nombre.

-Y recuperaste a tu hijo. Por eso vives huyendo.

Se dejó caer en la cama.

-No dijo llorando mi hijo no sé dónde está, lleva desaparecido 25 años.

-Entonces el que se hizo pasar por el gallego quien es.

-Es mi hijo menor. Tu tío no sabe que el existe, nos había dejado tranquilos.

Que paso, ese fue nuestro trato silencioso, yo me alejaba y guardaba su secreto.

-Ay más, Mira tía, nosotros estamos buscando mi primo. Mi padre, y meré fiero a Alejandro, dice que, si Alexander se apodera de él, puede tener de nuevo parte del control de las empresas y ya estoy seguro, tendría tres votos seguros, el tuyo, y los dos primos.

-Ya saben la verdad, si esa parte sí. El gallego es tu guardaespaldas, hombre de confianza.

-No él trabaja para Alexander. No puede saber que ustedes están aquí, apareció hace unos días a amenazarnos. Primero él y luego ustedes.

-Tía y porque no nos vamos todos, mi padre te va a proteger buscamos tu hijo. Piénsalo, nosotros nos alejamos, el gallego al saber que no estamos te va a dejar en paz. Tenemos que ponerle un fin a esto, no podemos hacer la voluntad del señor Alexander, si no lo haces por ti, hazlo por tus hijos.

Mi tía nos ayudó a salir, llamo alarmada a los secuaces del gallego. Diciendo que lo veía muy mal, para ella era mejor que lo llevaran a un hospital. Cuando los dos hombres entraron en la casa nosotros salimos.

Enci Silva

LA CAIDA DEL CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora