6. Una guapa doctora

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Para la siguiente clase llegue a tiempo y encontré al el doctor ya en la sala, aún no había llegado María José y no sabía si llegaría, lo que hizo que algo dentro de mi se quebrara y me quitara el poco ánimo que me quedaba para el martes.

Mis compañeros llegaron minutos después de mi y el profesor comenzó a dar su clase, algo aburrida para mi gusto.

A mitad de la hora llego María José sin muchos ánimos, con una taza de café en la mano y con una mirada de odio por el mundo entero.

A partir del momento en que ella llegó, no pude poner atención al tema, me concentré simplemente en María José y todo lo que hacía, descubrí que sus gestos eran bastante lindos, cuando escuchaba algo que no le gustaba mordía una pluma como para intentar reprimir sus palabras y arrugaba el entrecejo; cuando estaba concentrada succionaba la parte lateral de su labio superior; cuando estaba pensando entreabría la boca y se veía bastante bien.

- ¿Terminaste de comerte a María José con la mirada?- me preguntó una de mis compañeras en un susurro.

- ¿De que hablas?- pregunte haciéndome tonta- no siquiera la estaba viendo.

- claro- dijo riendo sarcástica.

Intenté disimular un poco mi mirada en lo que quedaba de la clase, lo que fue muy difícil, era demasiado hermosa como para evitar verla.

La clase paso antes de lo que espere, el profesor asignó un tema para la siguiente clase y se detuvo a hablar unos minutos con su residente, parecía algo desanimado mientras hablaban y conforme el doctor le decía algunas cosas, su rostro fue mejorando.

Me quede unos minutos observándolos para poder hablar con María José después del profesor.

- Oye, ¿ Estas de guardia esta semana?- le pregunté cuando me prestó atención.

- Hasta mañana, hoy me toca descansar- me explico.

- ¿Crees que pueda ir? Tengo que cubrir una para otra materia y no conozco otro residente y...- me interrumpió.

- Déjame ver si entendí, irás a una guardia de cirugía para una clase que no es cirugía... interesante- dijo levantando ambas cejas- ¿Estas escuchando lo que dices? ¿Podrías inventar mejores excusas?

- Es que...

- Daniela, si quieres pasar la noche conmigo solo dices eso, quizás me convences y te dejo ir- dijo con una sonrisa burlona.

- No es eso- dije totalmente ruborizada.

- A las 10, piso 11. Lleva café- me pidió y salió de la sala, yo me quede con una sonrisa tonta en la cara.

La busqué en el lugar y la hora donde me dijo el día anterior, lleve café como me pidió, le pregunté a todos mis amigos donde habían tomado el mejor café y fui a comprarlo donde varios coincidieron, así me aseguraría de llevarle algo rico a María José.

Cuando la vi le extendí el brazo con su café y ella lo probó, me dedico una sonrisa de satisfacción y me dio un beso en la mejilla. Erizó toda la piel de mi cuerpo y sentí algo en el estómago, ¿que me estas haciendo María José?

- Gracias y hola- dijo animada, tenia que traerle café más seguido.

- Por nada- sonreí.

- Estudiaste algo para hoy, Kepner?

- ¿como me llamaste?- pregunte confundida.

- ¿Kepner? ¿No es tu apellido?- preguntó riendo.

- Eh... ¿Que?- puse cara de confusión, ella soltó un bufido e hizo una seña para quitarle importancia.

- Olvídalo, vamos, por cierto buena manera de evitar responder mi pregunta.

- ¿Que? Yo no estaba evitando.

- Ay, Daniela, eres demasiado distraída.

- ¿Acaso me odias?- pregunte por su comentario anterior.

¿!Oh, María José, que me acabas de decir!? Mi estómago se volvió loco y sentí que podía morir en paz en ese momento.

- En fin- dijo para llamar mi atención- hay un caso interesante, vamos a verlo para decidir qué hacemos, luego buscamos cirugía para meternos y nos vamos a dormir un rato, ¿que dices?

- Genial- fue lo único que dije.

Hicimos lo que dijo, su paciente era la persona más linda que había conocido en el hospital desde hacía mucho tiempo. Nos recibió con una gran sonrisa y algunas bromas, tenia mejor ánimo que María José y yo juntas.

Primero ella habló un momento con el paciente, no alcance a escuchar muy bien sobre qué, solo me perdí en sus hermosos labios.

-¿Daniela?- me llamo María José con una extraña mueca.

- ¿si?

- Te lo repito, eres demasiado distraída- dijo burlándose de mi.

- lo se- conteste apenada.

- El es Mario, todos en este piso lo conocemos de mucho tiempo, este hospital es como su segunda casa. Comenzó con una valvulopatía y ha desarrollado otras patologías que tu me dirás en un momento. Pregúntale lo que necesites y hablamos en un momento, debo ver al doctor Cuevas- me dijo y se dirigió al paciente ahora- Mario, te dejo en buenas manos, ella es...- pensó un segundo lo que iba a decir- es una guapa doctora que necesita saber de tu caso- nos dedico una sonrisita y salió de la habitación dejándome inmóvil con mi cara ruborizada.

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora