47. ¿Capricho?

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POV Calle:

La semana después del problema con el doctor Cuevas fue muy confuso para mí, el lunes decidí soltar mi clínica quirúrgica, así tenía más tiempo para estudiar otras cosas y de paso le daba un descanso mis sentimientos de María José.

La quería muchísimo pero no encontraba el sentido en el que iba mi relación, es decir, todos deberían ser más linda que esto ¿no? Decir más te amo, pero no en otro lugar que no sea el hospital, que no sea prácticamente mi profesora, así que tenía ciertas dudas en cuanto a lo que pensaba.

María José y yo ya habíamos pasado por bastante y suponía que debía ser la chica correcta, como ya lo he dicho, pero ¿qué pasa si mi presidente era un simple capricho? O ¿qué pasaba si yo era el simple capricho de María José? Sabía que en teoría no debía de estar con estudiantes, pero aquí estábamos las dos.

Me gustaría ser un poco más sensata en cuanto mis decisiones pero lamentablemente, esa no soy yo, yo era Daniela que tomado decisiones sin pensar y demasiado impulsiva, así que termine contigo en un antro en un barrio de mala muerte a mitad de la noche con nada más que mi tristeza, un poco de dinero que no me alcanzaría para mucho y unas cuantas buenas decisiones acumuladas.

- ¿Y si sólo es un capricho?- repetí en voz alta para Diego elegante arrastré de las palabras por el alcohol ya en mi torrente sanguíneo.

- Si tanto te preocupa eso, Daniela, de las cosas así, dile que no está segura de que deberían seguir con esto y fin, tus problemas se terminan.

- No estás viendo el panorama completo- se paso la mano por la cara y me miró.

- Lo que tú no ves, linda, es que tú sólo estás esperando una respuesta de mí. Sólo quieres que alguien te diga lo que tú quieres escuchar y no lo haré, hoy no.

- "Toma tus propias decisiones y ser responsable de ellas"

- Quizás tienes razón.

- Siempre la tengo, Daniela, si crees que las cosas van mal, habla con ella, ella es mucho más inteligente que tú- me dijo y golpee su brazo por lo que dijo.

- Otra ronda por tu sabio consejo, yo pago éstas- Dijo Daniela.

- Si sigues tomando así, para mañana ya no recordarás lo que te acabo de decir- me dijo Diego, pero no importó mucho porque seguimos pidiendo más al chico detrás de la barra quien se rehusó a seguir sirviendo después de que casi caigo de la silla y fue ahí que nos dimos cuenta que era hora de irnos.

Por alguna razón, mi amigo y yo terminamos ebrios en su casa, que estaba a cuatro minutos caminando del hospital. ¿Sería tan mala idea ir a ver a María José?

Tome mi celular y con mis temblorosos dedos encontré su contacto y ya me después de que Diego se quedó dormido.

- ¿Hola?- Contestó con la voz ronca, acababa de despertarla.

- Hola- dije bajito, quizás así no notaría mi estado por mi voz.

- ¿Qué pasa, Daniela? ¿Sabes qué hora es?

- En realidad no- le dije y comencé a reír.

- ¿Estas borracha?- preguntó algo irritada.

- Quizás un poco- respondí avergonzada.

- Y ¿que quieres?

- Hablar contigo, pero creo que podemos dejarlo para otro día.

- Ven al hospital, estaba durmiendo.

- Llego en unos minutos.

Me levante del sillón, tomé la pequeña bolsa que traía y salí caminando al hospital. Jamás en mi vida había sentido tanto arrepentimiento de algo hasta que me di cuenta que estaba a la mitad del camino en la calle totalmente sola y oscura, así que simplemente comencé a correr, lo que no me salía nada bien tomando en cuenta mi estado.

Después de unos largos minutos llegué a la puerta del hospital donde María José me esperaba con los brazos cruzados.

- Finalmente- con voz aún ronca.

- Tuve que caminar- reclame.

Me miró negando con la cabeza y me jaló del brazo hacia dentro del hospital. Caminamos por el pasillo hasta llegar al elevador y como era habitual, subimos al piso 11. El grabador no dejó muy rápido teniendo en cuenta que no había casi nadie despierto.

A llegar al piso, me volvió a tomar del brazo y me empujó a una habitación vacía del fondo.

- Acuestas en la camilla- me ordenó.

- ¿Intentarás aprovecharte de mi estado?- Intenté bromear, pero María José me miro seria y se dobló las mangas de la bota.

Decidí hacerle caso y me tumben la cama, que más daba; ella salió y tomó algunas bolsas estériles y una solución Hartman, esto me iba a doler.

Abrió la primera bolsa y saco una aguja que conectó de un extremo al bote de solución, y el otro a mi mano.

- Te sentirás mejor en un rato y podremos hablar. Mientras tanto, ir a dormir, vuelvo en una hora.

salió por la puerta y todo se quedó en silencio e intento pensar bien las cosa, pero el sueño me ganó y me quedé dormida.

Desperté luego de un rato por alguien que se acudía le vende mi hombro y sonreí al ver a María José al lado de la cama.

- ¿Mejor?- Preguntó después de dejar escapar una sonrisa.

- Mucho mejor- afirme y me levante.

- Entonces, ¿de qué querías hablar?- Respire profundo y la voy como queriendo evitar el tema.

- Es algo tonto- dije nerviosa- en realidad, bueno. ¿Porque nuestra relación es así de extraña? Tú deberías salir conmigo y no pasarme solución cuando vuelvo a ebria- dije sonrojándome un poco.

- Eso se puede arreglar- dijo riendo.

- No así, todo, siempre estamos en el hospital o en tu casa, no se, es raro, pero quizás sólo son mis ideas.

- Sal conmigo entonces- dijo algo entusiasmada- mañana, vayamos a un lugar y pasaremos el día como dos personas normales, sin hospital.

- ¿Segura?

- Si. Te buscaré mañana en tu casa. Te veo a las 5- me dio un beso en la frente y salió del cuarto donde estaba y volví a dormir.

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora