54. Dos minutos para pensar

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Me quedé unos segundos intentando procesar lo que acaba de pasar, la residente-vampiro-hermosa era la ex de mi chica.

Intento de traer a mi memoria que estaba pasando con María José cuando comenzó aceptar que realmente algo pasaba entre nosotros, pero nada, no sabía mucho sobre su pasado; sabía que había salido con algunas chicas del hospital, pero no sabía si internas, residentes, enfermeras o quienes.

Me sentía perdida en cuanto a su vida. ¿Quién era María José en el fondo?

Seguí como perrito regañado a Ana lo suficiente cerca para no perderla de vista, pero con la distancia correcta para oxígeno, quizás también eso podría molestarla.

Todo el camino hasta la sala de residentes fui pensando en lo que pasó, quizás ella tenía razón, pero ella lo había dicho, ahora estaba yo y eso no podía evitarlo o cualquier otra persona en el hospital. Punto para mí.

- No hay nada realmente importante en este momento, pero hay una clase para residentes en una hora.

" Ve a tomar la historia clínica a un paciente y regresas a enseñarme lo que hiciste"- terminó de explicarme- Y más te vale que esté bien hecho o le diré al doctor que no puedes irte antes.

Parecía realmente enojada, pero yo no tenía la culpa de que ella dejara a la reciente más linda del hospital y alguien más pudiera estar con ella, en todo caso debería enojarse con María José por cambiarla por mí. Al fin de cuentas,, aún no sabía que era, pero algo en su persona resultaba demasiado activo y no era sólo su físico o su cara bonita. Algo que yo no y jamás sería tan linda como ellas.

Algo raro tiene esta Hospital y sus guapo residentes.

Camine por el pasillo de camillas viendo a quien podía usar para una historia, al final me decidí por una señora que no tenía visitas y se veía aburrida. Esperaba tener que pasar una hora aburrida con la misma pregunta de siempre, pero resultó una paciente interesante por su historial con uso de drogas y como habían afectado en su salud.

Era bastante divertida o perturbadora, no sé cuál es la definiría mejor. Tenemos pláticas entre preguntas y resultó ser una persona que se dedicaba a leer cartas y a predecir el futuro. Tengo muchas dudas al respecto, escuchar las cosas que me decía, al principio por pura cortesía hasta que hizo más ameno el rato.

- Usted sólo sigas esforzando, sé que lograrás ser una gran doctora- me dijo mientras intentaba hacer una evolución neurológica. Reí ante sus comentarios.

- ¿Y como lo sabes?- Pregunté con curiosidad.

- Eres atenta y cuidas detalles, aunque olvides tomar el tiempo de revisar las frecuencias cardiacas- se burló de mí.

Esta mujer debía tener tanto tiempo en el hospital que ya debía saberse de memoria lo que los doctores debían hacer y había olvidado un par de cosas. Me ruboricé y me encogió de hombros.

- Estoy nerviosa, lo siento- Le expliqué rápido.

- Solo bromeo- contestó- lo entiendo.

Después de hacer unas evaluaciones más había terminado. No era mi mejor historia, pero esperaba cumplir las expectativas de Ana.

- Creo que termine- le expliqué a la señora- muchas gracias- dije con una sonrisa de las plumas en la bolsa de mi bata.

Giré sobre mis talones para salir de la sala pero me tomó del brazo.

- Tranquila que no pasa nada, ¿sí?- Me dijo y no entendía qué se refería, era fácil intuir que no estaba del todo bien, quizás era todo. Sonreí, asentí con la cabeza y salí a buscar a la residente.

No fue fácil encontrarla, estaba platicando con otro residente justo afuera del salón en que se reunían y esperé a que se desocupara y le tendí el formulario lleno.

- Listo- confirme cuando lo tomo.

Le dio una ojeada y me dedicó una mirada inexpresiva.

- Nada mal, Daniela- dijo después de unos momentos- vamos, la reunión es en el piso 11 con los de cirugía.

Comenzó a caminar y la seguí rápido, no sé cómo con piernas cortas podría moverse tan rápido.

Esperamos al elevador junto con otra gente y Ana por fin me miro.

- Es un caso interesante, ¿no?- Asentí con la cabeza

- No puedo creer todo lo que le ha pasado- comenté. Por el uso de drogas, había tenido endocarditis que causó una valvulopatía y luego cardiomegalia y terminó con hipertensión pulmonar. Definitivamente era interesante, al menos para mí que no tengo tanto acercamiento a pacientes así. ( Diache que difícil fue escribir esas palabras)

- Todos tomamos malas decisiones. La suya se la llevaron a problemas de salud- se encogió de hombros- pero todos tenemos nuestras consecuencias- me dijo y el de elevador llegó.

Subimos y no seguimos hablando, había mucha gente y era incómodo mantener una conversación así.

Cuando llegamos al piso bajamos y me guío hasta una pequeña sala de conferencias.

- Siéntate aquí y no te vayas, te veo al final- me dijo refiriéndose a los lugares de la última fila, así que me senté en una esquina para intentar pasar desapercibida.

No había llegado mucha gente, sólo había otras seis personas además de nosotras. Conforme pasaban los minutos y van llegando más y más, y justo a la hora comenzaron.

No estaba entendiendo mucho de lo que decían, así que me distraía mucho, con cada persona que llegaba me entretenía unos segundos mirándolo y volví a prestar atención.

Después de unos 10 minutos, apareció María José por la puerta, tenía la esperanza de que estuviera en una cirugía importante o simplemente no estudia de guardia, pero aquí estaba.

Mira molesto pensar en María José y Ana en la misma habitación.

Mira molesto la simple existencia de Ana.

Cuando María José estaba buscando una silla para sentarse, Ana levantó la mano para hacer una pregunta el doctor encargado de la sesión y vi como los ojitos de mi residente se iluminaron, como la miro como sonrío con melancolía con ella por un pequeño momento y luego siguió buscando y me miró a mí.

Con una sonrisita y camino para sentarse a mi lado. Sabía que la había visto pero no le tomé importancia.

- Hola- me saludo después de darme un beso en la mejilla.

- No sabía que te llevas tan bien con las de medicina interna- dije con cierta molestia y me miró confundida.

- ¿Que?

- Acabo de conocer a Ana y acabo de ver tu cara al encontrártela de sorpresa en la sala- dije sintiendo una lágrima formarse en mis ojos.

Me levanté sin saber qué más hacer. Fui a la cafetería. Necesitaba el segundo café del día y dos minutos para pensar.

5/5

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora