32. Descansa

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POV Calle:

Después de la guardia, fuimos a mi casa como habíamos acordado, salimos a las 8 am y ella se veía el doble de cansada que yo.

Me ofrecí a manejar, era muy mala, yo no tenía auto y sólo practicaba con el de mi papá, pero María José parecía estar medio dormida.

De cualquier forma se negó y condujo a mi casa que quedaba considerablemente más cerca del hospital y yo me dediqué a hacerla reír mientras ella iba al volante, supongo que era la única manera que se me ocurría a no dejar que se durmiera.

Después del camino que me pareció el más largo de mi vida y el más estresante llegamos a mi casa.

Por suerte no había nadie, como supuse que sería, sería extraño dar explicaciones de porque llego a casa con la residente de mi clase.

Se estacionó frente a mi casa y ya nos bajamos, hacía bastante frío, así que prácticamente corrimos dentro.

- Entonces, ¿qué vamos a desayunar?- Preguntó María José cuando llegamos a la sala.

- puedo servirte un vaso con chocolate.

- ¿En serio no sabes preparar nada?- Me pregunto riendo y yo negué sonrojada.

- Pues, veamos qué podemos hacer para ir a dormir después.

Dejé mis cosas en uno de los sillones y fuimos a la cocina, donde encontramos algunas cosas para hacer un desayuno decente.

- Solo cuida que no se queme, ¿OK?- Asentí segura después de que ella hiciera la mayor parte del trabajo.

Creí que sería sencillo, pero no entendía muy bien qué era lo que pasaría si se quemaba, así que no presté mucha atención.

Mientras tanto María José me pidió ropa para dormir y fue a cambiarse y regresó algunos minutos después con pijama puesta.

- Te ves realmente bien así, Daniela- dijo cuando estuvo cerca.

Se puso detrás de mí, un abrazo por la cintura y me dio un beso en un costado del cuello.

Me mordí el labio inferior y suspiré profundo, a María José sólo le gustaba jugar conmigo para dejarme después así.

- Ya Poché- dije después de unos momentos.

- ¿Qué pasa, linda?- Pregunto susurrando en mi oído, lo que provocó un escalofrío por todo mi cuerpo.

- No me gusta sentirme así.

- ¿Como así?

Gire mi cabeza para verla algo enfadada y no respondí. Ella aprovechó que estaba más cerca de mi beso en los labios.

Intenté resistirme, pero era inútil, me tenía atrapada entre la cocina y sus brazos, así que termine por ceder.

Pasé mis brazos sobre sus hombros que intente deshacer el espacio que aún quedaba entre nosotras.

Quedamos unos momentos así solo sintiendo sus labios sobre los míos y como el ritmo de nuestros corazones alcanzaban velocidades que no recordaba antes.

Comencé a sentir ese calor sofocante que María José me hacía sentir cada que estábamos en una situación como esta y no terminaba por ceder.

Intente disminuir la velocidad antes de qué María José terminar con lo mismo, pero ella no se detenía, era como si ahora ella fuera la que necesitara nuestro contacto, quizás había entendido que querías esto tanto como yo o simplemente no sentía todo lo que yo sentía.

- María José- alcancé a decir entre un beso y otro.

- ¿Que?- preguntó bajito.

- Para, por favor- dije mientras intentaba alejarme.

- ¿No era lo que querías?- dijo deteniéndose por un momento y mirándome a los ojos.

- Si pero... - Me interrumpió antes de que pudiera terminar.

- Daniela, se quemó el desayuno- dijo riendo- ahora en serio creo lo torpe que eres- dijo negando con la cabeza.

- No puedes culparme, tu me distrajiste!- dije intentando hacerla responsable.

Ella se rió y se encogió de hombros.

- Supongo que siempre está la opción de un tazón de cereal- Dijo y me dio un beso en la frente.

Nos alejamos de la comida y busque el cereal, no servimos un poco y fuimos a comerlo; adiós desayuno lindo con María José.

No hablamos mucho sólo nos dedicamos a comer, habíamos tenido toda la noche para hablar, sí, eso, sólo hablar.

Cuándo terminamos recogí lo que había en la mesa y ella me acompañó de vuelta a la cocina.

- ¿Calle?- me habló y gire a verla- ¿podemos ir a dormir?

Reí por su cara, se veía como si estuviera medio muerta ya.

Subimos a mi habitación, había una desocupada, pero ni lo mencioné, era capaz de ir a dormir a otro lado, lo sabía.

Yo tome mi ropa y fui a cambiarme, no podía desaprovechar a María José en mi habitación, aún si sólo hablábamos. Volví y ella me esperaba parada a la mitad del cuarto sin saber qué hacer, así que la tomé de la mano y la llevé hasta mi cama, abrió las cobijas y entró y yo lo hice por el otro lado.

Era algo incómodo ni siquiera sabía si podía acercarme a ella y abrazarla.

Aunque pensándolo bien, ella me debía algunas cosas que aún no había cobrado.

Me acerqué lo más a ella que pude y lo abrace por la espalda pegando todo mi cuerpo al suyo. Cuando vi que no tuvo problema pase una de mis manos por debajo de su blusa y comencé a acariciar su piel, escuché como su respiración se alteró y sonreí para mis adentros. Mi otra mano la pasé apenas sobre su piel debajo de elástico del pantalón de la pijama y note como su cuerpo se tensó, aunque unos segundos después, giró su cuerpo para quedar de frente a mí, con sus manos tomo mis mejillas y me besó, algo parecido a lo que pasó en la cocina, era mas un beso desesperado.

Después de unos momentos me detuve y me aleje de ella.

- Descansa, María José- Le di un beso rápido en los labios y me voltee para dormir.

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Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora