30. ¿Daniela?

6.1K 364 44
                                    

Seguimos unos minutos entre besos, en realidad se sentía genial cuando María José me tenía entre sus brazos y me dejaba subir a sus piernas para seguir besándola.

Los besos fueron aumentando de tono hasta que me encontré peligrosamente cerca del broche de su sostén y ella se portó un poco de mí.

- Daniela, no... no creo, para- me dijo después de balbucear algunas otras palabras.

- Yo... lo siento- Dije bajando la mirada, era vergonzoso estar así con María José y terminará por cortarme.

Quedamos unos minutos sin decir nada mientras volvíamos a la normalidad.

- ¿Daniela?- habló Poché- la mire sin responder- Calle- volvió a insistir.

- ¿Nunca te dijeron que no deberías comenzar con algo que no tenías planeado terminar?-
Pregunté con cierto tono de molestia.

- Cariño... yo no empecé nada- dijo tímida.

- Como sea- dije resignada- está bien- dije aún sin mirarla.

- Daniela... sabes que es algo que las dos morimos de ganas por hacer, pero aún es muy pronto para esto, preciosa, y ¿si quedas embarazada?- preguntó riendo- ¿vemos la película?- la mire con indignación fingida.

- Que tonta eres- dije medió enojada- si, ya que.

Me levanté de sus piernas y me siento de lo más lejos que pude, aunque fue en vano.

María José se levantó a poner una película, mientras yo intentaba no mirarla. Tenía esa extraña mezcla entre odio y vergüenza.

Puso la película y volvió al sillón, se sentó al lado de mí y me abrazó, no estoy seguro de cómo pasó, pero terminamos recostada en el sofá, ella detrás de mi envolviendo mi cintura y acariciando mi cabello.

- Daniela- dijo María José después de mucho tiempo en silencio, comenzaba a gustarme la manera en que pronunciaba mi nombre, no lo había notado antes, pero era simplemente mágico.

- Dime.

- En algún momento ambas estamos listas para esto, por ahora me gusta tenerte de la manera en que eres mía, pequeña.

- No entiendo.

- Me gusta lo que eres, me gusta hablar contigo, que me acompañes al hospital, que te sonrojes cada vez que te digo algo, que te pongas nerviosa cuando estamos juntas y haga comentarios extraños, me gustas tú por lo que eres en este momento y no quiero que cambie de alguna manera por querer tenerte en la cama todo el tiempo, ¿entendiste?- Pregunto y yo me sonroje.

- No creo que seas tan buena como para caer en ese extremo, eh- dije evitando reír- tampoco es que tú tengas manos de Marfan- bromeé, tome su mano y entrelace nuestros dedos, giré a verla y estaba tan sonrojada como yo.

Cómo pude gire todo mi cuerpo para quedar acostada frente a ella, era bastante incómodo, porque estaba a nada de caer, pero me gustaba más mirarla que sólo sentirla detrás de mí.

- Sabes que es broma, ¿no?- sonrió y asintió.

- No sé cómo es que tardaste tanto en llegar a mi vida, Daniela y no quiero que cambien las cosas, no aún. Aún me queda mucho de la Daniela inocente y torpe por disfrutar- dijo y me dio un pequeño beso en los labios.

- Aunque me guste la idea, creo que lo torpe nunca se me quitará, no te preocupes- dije riendo.

- Como sea, no quiero cambiar esto aún.

- Esta bien- dije resignada.

Terminamos de ver la película, bueno, ella terminó de ver la película, yo me quedé dormida, quizás aún estaba algo confundida, no era mi idea venir a casa de mi novia sólo para ver películas.

Me despertó después de un par de horas para ir a dormir a su cama y no estar tan incómodas.

Otra vez me quedé parada frente a su gigante cama como tonta, la idea de ver a María José dormir ahí era simplemente hermosa.

- ¿Tengo que preocuparme de que me puedas dejar por mi cama?- Preguntó María José riendo y la miré enfadada.

- Eres una tonta- Me acerqué despacio a ella y labrase por el cuello, si la besaba no podía contar como una noche tan mala, o ¿si?

Sentí sus manos recorriendo mi cintura y detenerse en mi espalda y me jaló más hacia ella.

La miré por un momento a los ojos, sus profundos ojos. Sentía su aliento en mis labios, que causa usaban cosquilleo en toda mi cara. Me incline hacia ella y la distancia entre nuestros labios terminó y comenzó a besarme, era tranquilizante la manera en que lo hacía, muy lento como disfrutando el momento a diferencia de los míos desesperado buscando algo más.

Es una de sus manos a mi mejilla para acariciar mi rostro y apartarse de mí poco a poco.

- Vamos a dormir, Daniela- susurró aún rozando mis labios.

Me prestó algo de ropa y me cambié en su cuarto, ya no me importaba eso, y supongo que a ella tampoco, aunque ella se cambio en el baño cuando vio que me quedaría ahí.

- Buenas noches, Poché- Dije después de meternos en la cama, nos quedamos como en el sillón, ella detrás de mí abrazándome y yo disfrutando de roce de su cuerpo con el mío.

- Buenas noches, Daniela- apartó el cabello de mi nuca y dos un beso.

- Sabes que te quiero demasiado, ¿no?- le pregunté intentando girar mi cara para verla.

- Estaba al tanto, si- dijo sonriendo y yo rode los ojos- y te quiero mucho más, aunque no lo creas- me dio un beso en la mejilla y volvió a mi posición anterior.

Pasó sus manos por debajo de la camisa del pijama y sólo las dejó ahí, yo aproveché para entrelazar nuestros dedos y dormir con la sensación de que al menos estaba en la misma cama que la chica de mis sueños.

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora