16. Tu, Daniela.

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El fin de semana la pase pensando en que la habría podido pasar a María José, muchas veces, a los residentes les daban vacaciones sin avisar y solo desaparecían y volvían unos cuantos días después, pero... al menos podría contestar mis mensajes, ¿no?

El siguiente lunes volví a clases, pero creo que no hace mucha falta decir que María José tampoco fue, aunque el profesor me asignó guardia ese día. A lo mejor tenía una posibilidad de encontrarla en los pasillos de hospital.

Al terminar mi clase, me cambie de ropa y sin muchas ganas subí al piso 11.

Busque al doctor Cuevas, ya que sin la residente, no sabía con quien ir.

- El es Alan, es residente de cirugía como María José, pero el esta en cuarto año- me explico el profesor una vez que encontramos a un doctor para pasar la guardia.

Sonreí tímidamente y el apretó mi mano a manera de saludo.

- Se supone que ella viene a guardia con María José, pero, bueno, ya sabes- le dijo mi profesor a Alan.

- Buenos, tengo cirugía programada en 30 minutos, ve a lavarte y puedes entrar- me dijo.

Hice lo que el residente me pidió y unos momentos más tarde ya estaba lista en la puerta del quirófano. La noche pintaba para ser muy aburrida. ¿Donde estas, Poché?

Todo fue muy rápido, fue cuestión de un par de horas y ya habíamos salido.

- Normalmente ¿que haces con tu residente?- me preguntó.

¿Besarla contaba?

- Casi siempre vamos a ver pacientes o revisamos sus expedientes y me explica algunas cosas que yo no entiendo.

- Bueno, yo tengo una junta con los demás doctores, así que no puedo hacer lo mismo, te llevaré con un interno y te quedarás el resto de la noche con el ¿está bien?- asentí con la cabeza.

- Oye, ya se que no debería importarme, pero... ¿sabes que le pasa a María José?

-Si- lo dudo un momento y respondió.

- ¿Me podrías decir si ella está bien?

- No creo que deba decirte algo.

- Por favor- me miro confundido.

- María José no está bien- dijo reflexionando un momento.

- ¿A que te refieres?

- ¿Enserio tienes que ser tan curiosa? - asentí mirándolo seriamente- No está bien anímicamente, y el fin de semana se enfermo; el jefe de residentes pensó que ella merecía un descanso y le dio la semana. El cree que el estado de ánimo tuvo que ver con su salud y bueno, a lo mejor una vacaciones le vienen bien.

- ¿Entonces vuelve la próxima semana?

- No lo se- me dijo ya algo enfadado por mis preguntas- supongo que si.

- Gracias- le dije y fuimos a buscar al interno.

En cuanto se aseguró de que podía estar con él, se fue y me quedé el resto de la noche a su lado. Descubrí que el interno era bastante agradable y era divertido correr de un lado a otro del hospital, porque básicamente, era como el esclavo de todos los demás.

Las horas pasaron más rápido de lo que esperaba y a las 4 am nos dejaron salir y buscar algo de comer, fue lo más extraño que me había pasado, en fin.

- Oye tu...- le comencé a decir algo insegura- ¿Sabes algo de María José?- aproveché para preguntar cuando salimos del hospital.

- ¿La residente guapa?- preguntó. Idiota.

- Si, ella- pregunte molesta, nadie más debería llamar guapa a mi residente.

- Creo que tuvo algunos problemas, pero no se cuales, no es como me digan lo que le pasa a todos.

- Alan me dijo que estaba enferma.

- Quizás fueron ambas cosas. Me toco estar con ella la semana pasada, se veía bastante bien, y luego, solo desapareció. Que yo sepa no tenía vacaciones.

Saqué mi celular para intentar mandarle otro mensaje, para mi sorpresa, todos anteriores, los había leído ya.

María José, ¿sabes que me estás haciendo pedazos sentimentalmente?

Compramos algo para comer y volvimos al hospital, estaba en serio cansada y me quedé dormida en la sala de espera y el interno siguió con su guardia.

Después de dejarme dormir un rato, volvió a buscarme y me despertó.

- El doctor dice que ya te puedes ir- me aviso cuando había despertado, mire la hora y ya eran las 7, así que me levante de la silla y fui a buscar mis cosas.

- Muchas gracias por todo, nos vemos- le agradecí y salí del hospital.

Ahora sólo tenía que asegurarme de no dormirme de camino a mi casa.

En la puerta de entrada y llegando a María José, ¿no se suponía que estaba descansando?

Me vio y vi como tenso de la mandíbula ¿en serio?

Siguió caminando, aunque venía justo en mi dirección y la detuve del codo antes de que pudiera evadirme.

- ¿Poché?

- ¿Que pasa?- me preguntó sin ánimos.

- Es lo que quiero saber de ti. ¿Estas bien?

- No son tus asuntos, Daniela- definitivamente, eso dolió.

- Poché, por favor.

- Estoy bien- dijo al final.

- ¿Entonces, que te paso toda la semana?

- Tu, Daniela. Eso es lo que me pasa- dijo sería.

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Hasta el Domingo!!! Espero que le haya gustado.

Adiós ✌🏼

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora